Portada basura.

La foto de Leire Pajín en bikini en la portada del diario El Mundo, me genera un profundo rechazo. Hay muchas razones para ser crítico con la Ministra de Sanidad, pero es intolerable que se la pueda cuestionar por pasar un fin de semana con su familia en la playa, y que este sea un asunto para llevarlo a la portada de un diario nacional. Seamos claros, desde desafortunados comentarios hay un cierto “morbo” sobre el físico de Leire Pajín y esto es lo que ha tratado de alimentar la foto... No hay derecho a jugar con la dignidad de las personas y Pajín la tiene, como cualquier Ministro del Gobierno, como cualquier personaje de la vida pública o cualquier ciudadano, que están en su perfecto derecho de disfrutar de unos días de descanso. La foto publicada en las páginas de las noticias del verano, como se hizo en otros periódicos, es perfectamente comprensible, pero en la portada no.
A los Ministros debemos juzgarlos por su gestión. Nos debe interesar cómo resuelven los problemas, sus propuestas, los resultados de su trabajo... Algo no marcha bien en una sociedad que se dice moderna, pero se permite el lujo de hacer valoraciones y críticas por el aspecto físico de sus políticos. Seré clara: jamás he visto comentarios en prensa sobre si los ministros varones son gordos, flacos, calvos o melenudos. Apenas hay apuntes sobre el gusto que tienen vistiendo o el look que eligen para sus vacaciones... Muy diferente es el caso de las ministras, donde admitamos que sí se suele hablar de su estilo en el vestir, de su elegancia, de sus peinados, etc... Este trato diferenciado es admitido en una sociedad muy pendiente de la imagen y donde el periodismo rosa se ha instalado con gran fuerza. Pero es muy diferente entrar en comentarios sobre la apariencia física en bañador o lo que es peor, abrir un debate de baja estofa.
Me preocupa también la polémica que se desató en las redes sociales, donde “leirepajín” ocupó el tercer lugar de los “trend topic” de Twitter, es decir fue la tercera palabra clave más usada durante toda la jornada en España. Los tweets lanzados no se pueden reproducir, porque en general hacían todo tipo de chanzas y comentarios despectivos sobre el físico de la Ministra. Eran comentarios mayoritariamente machistas, de muy mal gusto, hasta soeces. Los menos eran aquellos que defendían su derecho a estar en la playa o ponerse en bikini. Es una situación penosa, porque en el fondo encierra el machismo recalcitrante de una sociedad injusta, capaz de valorar a las mujeres sólo por su aspecto, sin dar siquiera la oportunidad a su preparación o su valía. Es penosa la utilización de las redes sociales con esta frivolidad, porque si se produce la generalización de este tipo de prácticas, acabaremos por destruir una herramienta de comunicación de primera división... Twitter es fresco, audaz, dinámico, rápido. Es una fantástica herramienta de comunicación y de información que puede tener efectos muy beneficiosos sobre los usuarios. Ahora bien, si pasa a ser colonizado por la ausencia de valores, por la frivolidad o el mal gusto, si el efecto que hay que conseguir es causar la risión por la descalificación y el insulto, yo me borro. Me rebelo contra un sociedad que cada vez está peor en valores...¿sería un sueño unirse para evitar que estas situaciones se instalen entre nosotros?... Tenemos un serio problema de valores y si una crisis de estas características se instala (si no lo ha hecho ya), creo que superarla será una tarea titánica. Yo apuesto por el buen uso de las redes sociales, por su uso privado en libertad, para que las personas se conozcan, se comuniquen o se informen. No creo en las redes como instrumentos malévolos para lanzar libelos, para descalificar desde el anonimato, para insultar o reírse de nadie.
Leire Pajín se fue un fin de semana a Mahón de vacaciones con su familia. Se fue al islote de Lanzareto, un islote en las Baleares que está bajo la gestión del Ministerio de Sanidad. A él acuden funcionarios, altos cargos del ministerio y quienes participan en los cursos que el Ministerio allí imparte. Es cierto que Pajín fue quien firmó un convenio con el Gobierno Balear para que al islote puedan acceder todos los ciudadanos. Su error ha sido utilizar instalaciones ministeriales, un privilegio que carece de sentido en este momento y que no debió ejercer dadas las especiales características que vivimos y la imagen que proyecta. Pajín se ha pagado los gastos, pero en un país en crisis profunda, con 5 millones de parados, el uso y disfrute de privilegios es algo que debería estar muy controlado, porque en caso contrario la crítica está servida... Pero este es otro asunto. Acusémosla de falta de oportunidad, de no haber sido previsora, pero es intolerable que se haya usado su imagen de forma artera para desgastarla como Ministra. Estas son las prácticas de la política basura que no benefician a nadie y que sólo hacen daño por hacerlo.