BLOG DE MIREIA ARROYO DE LA PARTE

Un vistazo crítico y personal a la actualidad.

lunes, 31 de enero de 2011

"Excusatio non petita...."

Cuanto más se empeñan en el PSOE en demostrar que el debate de la sucesión de Zapatero está cerrado, más parece que está en plena ebullición. Y para muestra un botón: la Convención Autonómica celebrada durante el fin de semana, ha sido todo un montaje para escenificar un cierre de filas en torno a Zapatero y trasladar la imagen de unidad sin fisuras ante el próximo proceso electoral.
No me cabe ninguna duda que esta convención ha sido la réplica a la celebrada una semana antes por el PP en Sevilla. Como el PP salió fortalecido como partido, el PSOE debía dar oportuna respuesta. Nada como aprovechar un cónclave de barones socialistas y hacerles decir “donde digo digo, digo Diego”. Y así lo hicieron, desde un José Blanco que abrió la puerta la pasada semana al relevo de Zapatero, a un Guillermo Fernández Vara, que apenas 48 horas antes había insinuado la necesidad de que el Presidente anunciara que ya no iba a ser el candidato. Los estrategas de Ferraz son conscientes de que las cosas están mal no sólo por la crisis, sino porque se traslada a la calle el malestar interno y la contestación sobre el liderazgo de Zapatero. Zaragoza era lo más inmediato y la convención autonómica podría ser la gran percha para intentar neutralizar la situación. Dicho y hecho, manos a la obra. Desde el viernes el mensaje era común: Zapatero cuenta con el apoyo del partido sin fisuras. José Blanco abrió bocado, siguió Chaves y remató ayer un contundente Marcelino Iglesias: "Tienes el apoyo de este partido para tus políticas, tu gobierno y el apoyo para las elecciones de 2012, respetamos tus tiempos y tu decisión, pero no te faltará el apoyo rocoso y sólido de este partido". Faltaría más. Zapatero dio la réplica: “No debe ser el año de hablar del futuro del PSOE sino del futuro de España”. Un guión perfectamente milimetrado para crear una cortina de humo, para intentar alcanzar una calma interna que intente frenar el progresivo deterioro y con ello una posible debacle electoral.
Si examinamos las intenciones aprobadas por el PSOE en Zaragoza, no encontraremos muchas diferencias con las del PP en Sevilla: austeridad, colaboración entre las autonomías, eficacia en la gestión, regeneración democrática. Lo que ha intentado minimizar el PSOE estos días, es que el PSC se desmarca y dice que de ajuste autonómico nada de nada. Tampoco se ajusta al déficit cero aunque si habla de regular el gasto. Faltaría más.
Hemos asistido a un gran montaje en el que Pepiño Blanco ha tenido el desparpajo de proclamar que nada alimenta más a los nacionalismos que los nacionalistas de enfrente. Lo que alimenta de verdad a los nacionalismos, es la fabulosa factura que les paga Zapatero para mantenerse en la Moncloa. Y para que no faltara ningún tópico en la cita socialista, volvieron a mentar a Aznar como causante de todos los males. Lo que pasa es que ya no cuela y mucho menos porque quién lo esgrime es el partido que ha conseguido para España el dudoso honor de ser los campeones del paro en Europa, con una tasa de superior al 20% y con mas de 1,3 millones de hogares con todos sus miembros sin trabajo.
Zapatero se volcó en hablar de sus reformas y no es para menos, ya que hay que reconocer que está apretando el acelerador ante la atenta vigilancia europea, lo que se escenificará el miércoles con la presencia de la canciller Angela Merkel en España. Hay que reconocer el éxito de la reforma de las pensiones, donde se ha conseguido un pacto social que no tiene precedentes en Europa, ya que tan solo Suecia lo había conseguido. Este es un buen camino del que nos beneficiamos todos. Es un buen camino que es una lástima que no hayamos emprendido hace un par de años, porque la situación sería muy diferente. Pero no debemos engañarnos, para apuntalarlo la sociedad española necesita confianza. Sé que es algo que se reitera con mucha frecuencia, pero es que es que de verdad la necesita nuestro país. Y esa confianza no llega de la mano de Zapatero, aunque el PSOE le monte sesiones para subir su autoestima como la de este fin de semana, aunque el presidente se pasee por todos los medios de comunicación nacionales con sus nuevas recetas, aunque diga que es el campeón de las reformas.... La receta ya no es la imagen, ni la sonrisa; la única receta clave es la regeneración de la vida pública y la percepción de la misma por parte de la sociedad. Con Zapatero, lograrlo en este momento es un imposible y no hay más tiempo para intentarlo.

miércoles, 26 de enero de 2011

El precio que los españoles no podemos pagar.

El próximo viernes el Consejo de Ministros dará luz verde a que se debata en el Congreso el anteproyecto de ley por el que se retrasa la edad de jubilación a los 67 años. Una vez más los nacionalismos apuntalan al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, lo que indica claramente que el Presidente está en condiciones de finalizar la legislatura.
Es cierto que ayer hubo consenso en el Congreso para que se aprobaran las 21 recomendaciones del Pacto de Toledo, pero también es cierto que en ellas no iba el aumento de la edad de jubilación. Si el Gobierno ha garantizado que saldrá adelante, ha sido gracias a un voto particular de CiU, que permite un respiro a Zapatero que garantiza la reforma de las pensiones al margen de que haya o no acuerdo con los sindicatos. De esta forma, el Presidente comienza a exhibir ante los líderes europeos, en particular la canciller Angela Merkel, que se están acometiendo ya las reformas que nos exigen para hacer frente a la crisis.
La aritmética parlamentaria es una parte fundamental del ejercicio de la democracia. El parlamento es el lugar para la negociación, para los acuerdos, y no hay nada que objetar cuando éstos se alcanzan. Son siempre legítimos. Otra cosa es que sean éticos o políticamente correctos. Cuando un acuerdo supone realizar cesiones que perjudican a terceros, entonces carecen de ética, aunque puedan tener legitimidad. Lo que sucede es que en general, sientan precedentes peligrosos que acaban en enfrentamientos que en nada benefician a la convivencia.
En la etapa Aznar, los acuerdos con CiU fueron en general beneficiosos para el conjunto del país. Es cierto que cedió ante los nacionalistas, pero también hay que reconocer que la visión de Estado de Jordi Pujol, facilitó mucho las cosas. Con ello arrastró al PNV y si repasamos las hemerotecas, no hubo esta especie de agravio con el resto de los territorios que ahora abunda, para dar satisfacción a las sectores más radicales de esos nacionalismos.
Las cosas son muy distintas hoy en día. El hecho diferencial se ha utilizado como ariete político para fomentar el agravio entre las comunidades y para colmo, la apertura del melón de las reformas estatutarias de manera unilateral por Zapatero, para dar alas a los suyos en un acto claramente electoral y bastante irresponsable, ha enconado los ánimos hasta el punto de que ahora hay un estatuto con tintes inconstitucionales, que utilizan precisamente los nacionalismos para alentar la desobediencia al alto tribunal. CiU, que en la oposición radicalizó su mensaje, fagocitó a buena parte del electorado de la Esquerra, que no es su electorado natural, pero que vio en los nacionalistas conservadores el voto útil. Ahora, lo que prima es cultivar el agravio y para ello nada como cultivar el victimismo, buscar diferenciarse del resto y tratar de forzar la amenaza de la autodeterminación, que hoy en día no es mayoritariamente querida por los catalanes.
Zapatero vive en esta legislatura sus momentos más bajos. Necesita de la aritmética parlamentaria para evitar las elecciones anticipadas y está claro que la ha comprado. Sabe que su situación es muy difícil ante las próximas municipales y confía en una presunta recuperación económica. Ahora todo son prisas: la reforma de las pensiones, la reducción del déficit, la reforma financiera con las Cajas de Ahorros... En suma, acometer deprisa los deberes que durante tres años no se han hecho. Con ello espera frenar la escalada del PP que según las encuestas está imparable, y confía en que un año sea tiempo suficiente para ver los frutos de las reformas. Aquí aparece otra vez el optimista compulsivo que afirma que salimos de la crisis (van no sé cuántas veces que lo dice y desgraciadamente no se cumple) y que puede volver a ganar las elecciones. Esto último parece imposible... Si lo verán difícil en el PSOE, que ayer por la tarde José Blanco ya admitió que Alfredo Pérez Rubalcaba puede ser un gran recambio “si Zapatero da un paso atrás”. Mientras, el PP ha empezado a sentar las bases de su victoria. Mariano Rajoy ha dado orden de rebajar la euforia y trabajar a fondo. En 15 días se cerrarán todas las candidaturas autonómicas y el PP enfilará la campaña con dos grandes actos en los que volverá a constatar que es un equipo victorioso. Debe impedir parecer un partido aislado y solitario; por eso ayer no se desmarcó del acuerdo del Pacto de Toledo. Está claro que España necesita un cambio que ya se está fraguando; aunque Zapatero haya decidido pagar un precio desmedido para mantenerse en el poder.

martes, 25 de enero de 2011

¿En nombre de qué Dios?...

El atentado de ayer en el aeropuerto de Moscú, 35 muertos cuando escribo este post, es una muestra más de hasta dónde puede llegar la barbarie humana, disfrazada de lucha política o religiosa. De lo que no parece haber duda es de que se trata de otro atentado fundamentalista que nos lleva a la reflexión de hasta qué punto se puede seguir tolerando, que bajo el disfraz de una creencia, se juegue con la vida de los hombres/mujeres bomba y sobre todo, con miles y miles de inocentes que ven segadas sus vidas por una sin razón que jamás llegaremos a explicarnos.
Este tipo de atentados, además del drama humano, tiene unas consecuencias sociales grandísimas, porque generan falta de confianza en la propia sociedad, una lacra económica de gigantescas proporciones y una merma importantísima en la calidad de vida de todos los ciudadanos... Desde que se produjo el macroatentado de las torres gemelas, los aeropuertos se han convertido en un auténtico suplicio y viajar en avión es como una pequeña aventura que los usuarios sabemos cómo empieza, pero no tenemos ni idea de cómo puede acabar. Y lo más grave, es que con la excusa de la seguridad, se somete a los pasajeros a controles de seguridad que acaban por convertirse en auténticas vejaciones. Viajar en avión se ha hecho incómodo, a veces un imposible y va a peor, pese a que estemos en una sociedad que se dice avanzada y moderna.
No entraré en los motivos de los conflictos, la mayor parte étnicos, que se producen en las zonas calientes del planeta. Son muy complejos y a veces de imposible comprensión. Casi siempre obedecen a la mayor de las miserias humanas: el guerracivilismo. La historia nos muestra que al amparo de las religiones, se han desarrollado las más cruentas guerras de la tierra. Pero la sociedad avanza y la formación de las personas aumenta, sobre todo en las áreas más civilizadas. En estas zonas los conflictos acumulan grandes dosis de tensión, pero se suele imponer la negociación política y se llega a un entente, las más de las veces no cordial, pero que impide que el conflicto vaya a más. Otra cosa es las zonas más pobres, con más necesidades, zonas que son presa fácil para los fanáticos que aparecen como líderes de la salvación, que explotan la desesperación de quienes viven en la miseria y acaban por reclutarles para una causa, que sólo les lleva a la autodestrucción y a la muerte. Poderosos señores que desde ricos despachos manejan las mentes de personas desesperadas, a las que mueven como marionetas y a las que llegan a premiar con la gloria de su propia muerte. La sociedad avanzada ha asistido durante mucho tiempo impasible a estas situaciones y sin embargo, ahora se encuentra con que es esta sociedad la que también tiene el problema. Los señores de la guerra se han dado cuenta de que sus acciones tienen el eco de los medios de comunicación de todo el mundo, y que logran extender a todos los países una presunta guerra santa que sólo siembra nuestro mundo de horror y de miseria humana.
Además están las estupideces progres, como la alianza de civilizaciones y otras tantas zarandajas, que utilizan los que quieren presentarse ante el mundo como los mullidores del diálogo entre los que no quieren dialogar, o como redentores de la miseria, cuando hay muchos miserables interesados en no perderla nunca. Una sociedad moderna no puede seguir cayendo en la trampa de un falso diálogo con quienes sólo buscan su propio interés, el enriquecimiento personal y el poder y la influencia ante los más grandes. Una sociedad moderna es aquella que sabe distinguir el grano de la paja, y controla que esta última no crezca en demasía para lograr que en un tiempo prudencial haya más grano. No puede seguir la coartada de que al amparo de una religión noble se críen, y digo bien la expresión, se críen, terroristas, verdaderas alimañas que enloquecidos no dudan en explotar y sembrar el miedo, el caos y la frustración en cualquier país del mundo. Para el terrorismo no hay excusa, ni siquiera la de la creencia de una guerra santa que nunca llega, y que está latente para premiar la incultura de quienes no son capaces de interpretar las “maravillas” que se encontrarán en el más allá.
Cualquier religión que se precie, debe trabajar en una dimensión que no sea la política. Cualquier religión se basa en la autoayuda para encontrar a la persona, al salvador, al Dios de cada cual, que en todos los casos es bondadoso y es amor. Quienes desfiguran los caminos hacia Dios con intereses bastardos, deben ser perseguidos sin tregua, sin condicionamientos de ningún tipo, porque no podemos mantener una sociedad que se dice avanzada y que es incapaz de fabricar su mejor herencia para las futuras generaciones.

lunes, 24 de enero de 2011

Gotas de ilusión que han de calar hondo...

Normalmente, cuando los partidos políticos organizan grandes actos públicos lo hacen para los convencidos, para subir la moral de sus militantes y simpatizantes, y para demostrar a la sociedad que son capaces de movilizar masas. Estos grandes actos tienen una traducción pública en los minutos que copan en los telediarios o en las fotos de los periódicos. Sin embargo, las grandes convenciones son otra cosa, ya que en ellas hay debates y definiciones programáticas, en ellas el partido se define y traza su hoja de ruta.
Es cierto que en la celebrada por el PP en Sevilla este fin de semana, se ha hecho un buen ejercicio de autoestima, de preparación para los retos electorales que vienen, pero sobre todo ha sido la gran Convención de la ilusión. No me cabe ninguna duda de que el PP ha conseguido implicar de lleno a los suyos en la tarea común de cambiar la política en España; y pese a la que está cayendo, pese a saber que la herencia que pueden tomar es para volverse loco, han sido capaces de dar la imagen de que se puede mirar al futuro de frente, con vocación de sacrificio y con un proyecto para todos.
Ni siquiera la contraprogramación realizada por el PSOE con la convocatoria de Zapatero a sus barones, ha sido capaz de hacer sombra a la Convención ni alterar la estrategia popular; porque el PP sabe que tiene muchas posibilidades de ganar y no ha de caer ya en las trampas de Ferraz, que tratarán de desviar el debate y enturbiar el desarrollo de la campaña. Gaspar Zarrias ya ha empezado este fin de semana a encargarse de ello...
Lo cierto es que el PP tiene por delante una gran tarea, que no es otra que la de ser capaz de contagiar a su electorado y a buena parte de los españoles, que están hartos de lo que estamos viviendo, de esa ilusión que hemos visto este fin de semana en Sevilla, de ese mensaje de que se puede hacer política de otra manera y de que los esfuerzos que deberemos realizar y que el partido tendrá que capitanear, no van a ser estériles... Y no es tarea fácil, porque ya nos avisan las encuestas de que los políticos son vistos como un problema para los ciudadanos y además tienen poca credibilidad; pero ahí está el reto, el de ser capaces de ganar por méritos propios y no porque pierda el adversario... Eso significa dar una imagen atractiva, un mensaje centrado y creíble, hacer una oferta que aglutine y no que divida. Y el PP ha demostrado este fin de semana que está dispuesto a dar esa batalla, que está dispuesto a ofrecer a la sociedad gestos, pero también reformas en todas las áreas esenciales, reformas que son necesarias y que como indicó Rajoy ayer, serán efectivas y no con la sensación de que vamos a salto de mata, la especialidad de José Luis Rodríguez Zapatero.
El PP ha demostrado en los foros de estos días que tiene cuadros con ideas y soluciones para los temas municipales y autonómicos, y por ello ya prepara los dos grandes actos de presentación de los programas electorales. Con demasiada frecuencia se critica que no se den detalles de su programa general para salir de la crisis. Es un debate falaz e interesado, ya que en estos momentos quien gobierna y ha de ofrecer soluciones es el PSOE; y el PP no puede inmolarse y empezar a exhibir sus propuestas, porque sería desviar la atención sobre los problemas que existen, y en eso de desviar la atención en Ferraz son unos auténticos águilas... Si el PP es el futuro partido de gobierno para España, ha de presentar un programa para todos que deberemos conocer después de las elecciones municipales y autonómicas, cuando se abra de verdad el ciclo de las generales. Sólo si Zapatero decide convocar elecciones anticipadas, entonces sí, ya se debatirá a fondo sobre lo que proponen unos y otros y dar salida a las ideas.
Lo que es innegable es que el PP ha dado en Sevilla la imagen de un partido unido, sólido, moderno, ilusionado y abierto a la participación (la Convención se ha volcado en las redes y en todos los canales de participación existentes). Este PP no tiene nada que ver con el que salió del Congreso Nacional de Valencia... Ha madurado, se ha forjado en la tarea de oposición y está volcado en llegar a la sociedad. De un partido desanimado hemos pasado a un partido ilusionado. Ha llegado el momento de intentar contagiar la ilusión a los demás y entrar en la senda de la restauración de la confianza. No es un camino sencillo, pero desde el trabajo serio y riguroso hay que intentarlo. No hay que dejarse llevar por las corrientes favorables, hay que colaborar a ellas. Conquistar el poder por el poder no vale para nada, sólo generará más frustración en la sociedad. En política, el poder hay que ejercerlo para ofrecer soluciones. Es la regeneración que esperan los españoles y esa es la tarea que corresponde al PP, si quiere llegar a ser el partido de referencia para todos los españoles.

viernes, 21 de enero de 2011

Voracidad recaudatoria.

Llenar el depósito de gasolina nos puede dejar más helados que los 10 grados bajo cero que se esperan en la ola de frío que nos amenaza este fin de semana. La gasolina alcanzó ayer su record histórico, 1,285€, y lo hace cuando el barril de crudo no ha llegado siquiera a los 100 dólares, ya que cotiza el Brent a 96,20. Lo curioso, e indignante, es que estamos muy lejos de los casi 148 dólares que costaba el barril Brent en 2008, momento en que la gasolina llegó a 1,27€. Lo más inmediato es pensar que la causa de todo es la presión fiscal, ya que el Gobierno subió el IVA (al 18%) y el impuesto de hidrocarburos (2,9 céntimos por litro), pero estas subidas no son suficientes para explicar la diferencia. Tampoco lo es el cambio del dolar. ¿Dónde está entonces la causa de la espectacular subida?... Pues la verdad es que este parece uno de los secretos mejor guardados, porque la competencia en el sector de los combustibles prácticamente no se da en España y los precios son, con mínimas oscilaciones, los mismos en los distintos distribuidores; todo ello con los responsables de la Agencia de la Competencia cruzados de brazos y sin estar dispuestos a investigar nada. Tampoco se investiga por qué las subidas con precios máximos siempre se producen a las puertas del fin de semana o cuando comienza un periodo vacacional.
A mi me da la impresión de que la razón es sencilla y bastante alejada de las complejas ecuaciones que se manejan para determinar los precios de los combustibles. La gasolina sube porque al Gobierno le interesa, porque necesita recaudar más y de paso tan contentas las petroleras, que así forma consiguen pingües beneficios. Se da la paradoja de que en España la gasolina es algo más barata que en la zona euro, pero si descontamos los impuestos, la gasolina en España es más cara que en el resto de Europa. En nuestro país más del 50% del litro de gasolina son impuestos, así que cuanto más suba el litro que sale de la refinería, más sube la carga impositiva y por tanto más recauda la Hacienda pública.
Las uniones de consumidores llevan años poniendo el grito en el cielo sobre la regulación de los precios que hay en España y exigen al Gobierno que fijen unos precios máximos que actúen como referencia. Pero no hay respuesta. Sencillamente no interesa.
Pero hay algo más en todo esto. Si el precio de las gasolinas sube porque sube el crudo, ¿por qué no baja con la misma facilidad?... Se puede comprender que no exista el mecanismo acción-reacción, pero es que lo que sube, aquí nunca baja. Se justifica porque el petróleo se compra a medio y largo plazo, pero la falsedad es de tal calibre, que las subidas se repercuten de forma inmediata.
Es un mundo complejo que se maneja con una cierta alegría. Antes, con las pesetas, la gasolina siempre estaba en los telediarios porque subía una o dos pesetas. Desde que llegó el euro, los céntimos no interesan y lo que vale el litro sólo es noticia si sucede lo que ayer, que alcanza el máximo histórico. El asunto es tan grave, porque estas subidas repercuten sobre todo, ya que el combustible es fundamental para la fabricación o para el transporte y por tanto repercute sobre el precio de todos los artículos, también los de primera necesidad como son los alimentos. Considerar que porque la opinión pública no pone el acento sobre determinados temas estos no existen o son menores, es un gravísimo error. La gasolina es un producto recaudador de primera magnitud y los españoles seguimos usando el coche para todo. Por eso se aprovecha la circunstancia para seguir engordando la cesta de la recaudación. La situación empieza a ser demasiado triste, porque no sólo se fía la recaudación a las gasolinas, sino a las multas de tráfico, que ahora afloran por doquier. Ahí están los radares en las carreteras, que crecen como hongos bajo la excusa de la seguridad y en un porcentaje muy alto son exclusivamente recaudatorios. ¿Cómo es posible que la mayoría de ellos se instalen en tramos de autovía que no tienen problemas de seguridad o con desniveles cuesta abajo? La respuesta es recaudar y más recaudar, y para demostrarlo está la normativa que facilita el pronto pago con altísimos descuentos, para que la multa no se recurra.
La maquinaria del Estado se mueve con imprescindibles recursos. Lo que es lamentable es que para pagar alegrías que a todas luces han sido innecesarias, se siga sangrando a los contribuyentes con la fiscalidad de los productos... Así no se reactiva el consumo ni se gana confianza. Pero a estas alturas una tiene la sensación de que esto ya no es prioritario, lo que interesa es generar recursos que lamentablemente sólo sirven de parches.

jueves, 20 de enero de 2011

Sin palabras...

Nada más rico que una lengua. El vehículo de comunicación por excelencia. Nada más importante que hacerse entender, que tener un instrumento que traslade a los demás lo que pensamos, lo que somos capaces de maquinar, la expresión de nuestros sentimientos. Con las palabras somos capaces de amar, de reñir, de explicar, de emocionarnos o de transmitir nuestra pena. Esa es la magia de las lenguas, hacernos entender, hacernos vivir. Cuando esa magia desaparece, cuando esa magia se pierde y las palabras son fuente de confrontación, de controversia, es que algo no funciona. No es el lenguaje lo que falla. Somos quienes lo empleamos que no somos capaces de entender para qué sirve.
Cada día trato de explicaros lo que pienso sobre algunas cosas de la vida. Trato de buscar palabras que se comprendan, que os lleguen a los lectores, y vosotros, con la misma lengua, asumís mis planteamientos o los criticáis porque pensáis que lo que escribo no coincide con vuestra forma de pensar. Es la magia maravillosa del debate... Me contestáis desde muchos puntos de España, entre ellos mi querida Cataluña y me consta que también hay gente que escribe desde Galicia o el País Vasco. Pero nos entendemos en nuestra lengua común, que es un maravilloso vehículo de comunicación que nos une... incluso en la discrepancia.
Lo que está pasando estos días en el Senado es algo que me produce profunda tristeza. Me la produce porque demuestra lo poco que estamos dispuestos a hacer por entendernos. Es falso que el debate sea si tiene o no que haber pinganillos en la Cámara para la traducción simultanea o cuánto cuesta semejante tontería. Lo que sucede es que el Senado se ha convertido en un babel que no es lingüístico, sino intelectual, de convivencia, social, y eso sí que es difícil de resolver. Con la que está cayendo en este momento en España, con un déficit galopante, los ayuntamientos al borde de la suspensión de pagos, con casi 5 millones de parados, con una prima de riesgo disparada, todavía hay políticos que se dedican a exigir una traducción simultánea en el Senado para las mociones en todas las lenguas autonómicas, cuando minutos más tarde esos mismos políticos salen al pasillo y discuten entre ellos sobre lo acontecido en el idioma común o hablan con los periodistas en esa misma lengua. ¿Puede haber mayor disparate?...
Desde luego en cualquier país del mundo desarrollado que nos observen, no deben dar crédito. España es el único país de lengua española en el que se maltrata el idioma por criterios exclusivamente políticos. El concepto de la lengua madre, tan extendido en Latinoamérica, es para nosotros inexistente. Curiosa paradoja.
Yo hablo catalán. Me siento orgullosa de la lengua de mi tierra de nacimiento. Me expreso en catalán con los míos con absoluta normalidad. Pero no tengo ningún complejo en hablar en español en Cataluña si alguien no me entiende. Ni me molesta que se discuta sobre Cataluña y sus problemas en español, porque lo que realmente quiero es que se solucionen sus problemas. Las comunidades con lengua propia son muy afortunadas, tienen un hecho diferencial y un tesoro cultural de un valor incalculable. Cuidarlo y preservarlo es una obligación política y social. Pero para hacerlo hay que actuar con normalidad, con respeto y con inteligencia social. Convertir el idioma en arma arrojadiza, en elemento de divergencia y no de convergencia, es de una torpeza política e intelectual de dimensiones históricas. Hablar en el idioma regional en la cámara regional es legítimo y hasta saludable. Hacerlo en una cámara nacional, es además de un dispendio, un absurdo, un elemento de distorsión que conlleva una confrontación inútil e improductiva. Que Zapatero, con la que tiene encima, con los problemas que acumula el país, con los problemas que tienen las autonomías, se permita subir al estrado del Senado y se dedique a hacer apología del pinganillo, da la medida de la frivolidad del personaje y ratifica hasta qué punto es ya imprescindible que se vaya a su casa, por la buena salud del país y del propio partido al que representa.
Ya está bien de enfrentar en España por asuntos que no tienen recorrido. Ya está bien de dar alas a los nacionalismos omnímodos que siempre van un paso más allá. Necesitamos sentido común y resolver los problemas que realmente nos saquen de la crisis. Hacerlo en español, en catalán o en euskera es lo de menos... Lo que pasa es que cuando no hay recursos, se acuden a estos divertimentos que acaban siendo realmente peligrosos.

miércoles, 19 de enero de 2011

Rehabilitan al "Pensador".

Fue Ministro de Trabajo, hombre clave para que Zapatero ganara a Bono el congreso socialista y una de las personas que consiguió su máxima cercanía y confianza. También fue uno de sus primeros damnificados, ya que en 2008, el Presidente lo apartó del Ministerio y lo sacó del Gobierno. No lo aceptó bien, hasta el punto de que sus críticas eran muy comentadas en los círculos socialistas, aunque él siempre negó que se llevara mal con Zapatero. El jefe es el jefe... Pesaron en su salida del Gobierno las fuertes críticas que cosechó durante su mandato por la regularización que hizo de los inmigrantes, lo que para muchos generó un “efecto llamada” que resultó ser un problema mayor y origen de descrédito en muchos países europeos.
Caldera, que nunca fue profeta en su tierra (Salamanca), aceptó su destino porque no le quedaba otra, y recibió como consolación el encargo de montar la gran fundación del PSOE, la denominada Fundación IDEAS. Su tarea era poner a pensar a los intelectuales próximos al partido y preparar soluciones. Juntó las cuatro fundaciones vinculadas al PSOE y empezó a alertar a éste de los cambios sociales, al tiempo que daba sus recetas, entre ellas la oposición radical a la energía nuclear con el cierre de las centrales existentes en España, o el decálogo de medidas contra la crisis, cuyo éxito y resultados saltan a la vista.
Caldera pasó a ser un diputado más del grupo socialista en el Congreso hasta que ayer fue rescatado por Zapatero para entrar en el proceso de negociación de la reforma de las pensiones... Muy mal tienen que andar las cosas en el PSOE, para tener que echar mano de políticos que ya cumplieron su ciclo y que, además, pasaron a la historia con más pena que gloria. Claro que, por otra parte, a nadie extraña que Isabel López Chamosa, haya sido apartada de la portavocía del Pacto de Toledo, porque sus intervenciones han dado pie a todo tipo de confusiones (nunca sabíamos si había o no acuerdos, o qué se había negociado y qué no) y han puesto en no pocas ocasiones en serios aprietos al Gobierno. Además, nada como elogiar en política los trabajos prestados, para tener la certeza de que te quitan de un lugar para poner a otro.
Se da por seguro que Jesús Caldera subirá a la tribuna del Congreso para defender las posiciones socialistas, en el Pleno Extraordinario que debatirá las conclusiones del Pacto de Toledo, esos acuerdos de mínimos que son como un colador; que dejan al Gobierno manos libres para que haga lo que estime más conveniente en la reforma de las pensiones. Los miembros del Pacto se han amparado en que su trabajo es recomendar, no ordenar y eso hace que se descargue en el gobierno de turno la responsabilidad de la reforma.
El PSOE reformará lo que pacte con los sindicatos y está claro que jugará fuerte con las pensiones. Lo hará porque ha sido, junto a la reforma laboral, la bandera del cambio de posiciones de Zapatero y sobretodo, porque tiene que mandar al país el mensaje de que se trabaja para el futuro. No debe estar la situación nada clara, a pesar de que se habla de lo saneado de las arcas de la Seguridad Social, cuando hay que prolongar la edad de jubilación y aumentar los periodos de cotización para el cálculo de las pensiones. Con relación a este segundo asunto, está claro que se producirá un ahorro considerable, ya que al aumentar el periodo de cálculo, se incluyen los primeros años de la vida laboral, que son en los que menos se suele cotizar. Sin embargo, al aumentar la edad de jubilación, el riesgo que se corre es el de bloquear el acceso de nuevos trabajadores al mercado laboral, puesto que los que están, ocupan el suyo por más tiempo.
Caldera no es un político brillante, pero es un político comprometido con su partido. Se supo “tragar” el sapo de su marcha del Gobierno cuando su departamento era el menos cuestionado y cuando él fue el auténtico paladín de la llegada de Zapatero a la cúpula socialista. Ahora se vuelven a necesitar sus servicios como negociador experimentado y conocedor de las triquiñuelas de la mesa de diálogo con los sindicatos, y asume el papel con su mejor sonrisa. A fin y al cabo, es una rehabilitación en su tarea política, ya que como responsable de la Fundación IDEAS, lo suyo era un trabajo marginal, sin contenido práctico, como lo demuestran sus afirmaciones de que le parodiaban en el partido llamándole “El Pensador”, en referencia a la popular escultura de Rodin... Está claro, el PSOE tira de los históricos porque parece que ahí puede estar su única tabla de salvación.

martes, 18 de enero de 2011

El "thriller" político que nos espera.

Ya sabemos que en el PSOE se han encendido todas las alarmas, pero lo que más les duele es que esas alarmas se adviertan desde el propio terreno. Los medios de comunicación más afines, están dando a conocer sondeos que no aventuran nada bueno, les ponen al borde del abismo y aventuran que la catástrofe de unas eventuales generales en este momento, sería de un calibre inimaginable. Por el momento, estos medios no han entrado en las mediciones sobre lo que ocurriría en las elecciones autonómicas y las municipales; pero el temor real de los socialistas es que el próximo mes de mayo las urnas les hagan perder el poder en prácticamente todas las regiones españolas.
El problema, en este momento, se llama José Luis Rodríguez Zapatero, y lo que no saben es cómo atajarlo. Las hojas del calendario van cayendo inexorablemente y no hay repuntes, ni brotes verdes, sólo determinadas ilusiones que para nada afectan al sistema financiero; y ni las Cajas acaban su consabido proceso de reconversión, ni los bancos sueltan un euro al sistema, con lo que conseguir financiación para los proyectos roza la heroicidad. Sin embargo, en Moncloa no arrojan la toalla ni quieren escuchar hablar de otro candidato.
Ayer Marcelino Iglesias, que puede que en Aragón lo haya hecho bien pero como portavoz del partido está siendo un desastre, volvió a insistir que no hay otra hipótesis de trabajo que no sea ZP candidato... Si siguen empeñados en ello, no me quedará más remedio que pensar que en Ferraz se maquina una operación de suicido colectivo hasta ahora desconocido en la vida política española.
La clave a todo esto también la dan los mismos medios afines que junto a la debacle electoral, analizan otras variables que también son importantes y que sobretodo, calan en el consciente de la organización y tratan de orientar un cambio desde las bases. La operación es compleja y podría sonar a divorcio entre Ferraz y Moncloa; aunque sabiendo que el capitán es Alfredo Pérez Rubalcaba, una es capaz de pensar que es posible cualquier cosa. Hace unas semanas, las gargantas profundas de Ferraz aseguraban que había malestar en el entorno del Presidente porque los medios amigos elevaban a los altares a Rubalcaba, mientras que de Zapatero seguían resaltando la desconfianza que genera. Los mismos medios no han dudado en sondear la pregunta de que qué es lo que pasaría si en lugar Zapatero, el candidato fuera el omnitodo Rubalcaba. Los resultados son demoledores para Zapatero, que ayer mismo conocía por la SER que la intención directa de voto es 11 puntos mejor con el vicetodo de candidato. El mensaje es evidente: si Zapatero cae, el vuelco es posible; y para justificarlo, el mismo medio anuncia que la mayoría de los españoles no consideran un cambio necesario que el PP retorne al Gobierno de la nación. El terreno está sembrado y el escenario, preparado... Hay guión, actores y  desenlace con víctima; todo un thriller político en el que Rubalcaba se desenvuelve como pez en el agua. El único problema es saber cómo dejar en el camino a un Presidente que está en ejercicio y que es quien tiene las facultades para decidir fechas, quitar personas y decidir si se presenta o no.
La respuesta está en las próximas municipales y autonómicas, que ya están a la vuelta de la esquina, y que sentenciarán pronto si Zapatero recibe una sonora patada en el “culo” de los Barreda, Griñán, Fernández Vara y compañía... Si el PSOE pierde el poder autonómico y buena parte del municipal, a Zapatero no le quedará más remedio que abdicar y Rubalcaba tiene todo preparado para entrar por la puerta grande. La corte mediática le espera con los brazos abiertos para desplegar una operación de imagen que dará mucho que hablar.
Está claro que queda mucho por delante y si los peores presagios se confirman, se puede producir en el PSOE un tsunami interno de tales características, que le obligará a reorganizar naves a velocidad de vértigo porque llegan las generales que serán, al fin y al cabo, la gran prueba de fuego para todos... También para el PP.

lunes, 17 de enero de 2011

No permitamos que se repita.

No hay palabras para condenar la salvajada cometida contra Pedro Alberto Cruz, el Consejero de Cultura del Gobierno de Murcia, que fue brutalmente agredido y pateado el pasado viernes por tres desconocidos que le esperaban a la puerta de su casa. Utilizaron un puño americano, lo que indica el daño que querían inflingirle. Desgraciadamente, nunca faltan salvajadas en una sociedad cada vez más insensible a los sucesos, pero en este caso hay un “además” que provoca escalofríos y que debería llevarnos a una profunda reflexión. No podemos permanecer impasibles ante la agresión a un político porque se esté en desacuerdo con las medidas que gestiona su gobierno. Si una situación como esta pasa de largo, habremos entrado directamente y por la puerta grande en la más dañina de las leyes de la jungla.
Lo más grave es que se veía venir, porque el clima de crispación creciente en Murcia contra las medidas de recorte que había aprobado el Gobierno de Ramón Luis Valcarcel era evidente, ya que se alentaban desde la calle con manifestaciones, lanzamientos de huevos y otros objetos a miembros del Gobierno, y desde internet con incendiarios foros en los que se ponía a los miembros del Gobierno en el centro de la diana. Incluso se produjo una manifestación no autorizada ante la casa del presidente murciano, con la pasividad policial y con insultos graves y amenazas a su hija. Todo ello sólo cosechó tibias condenas de los sindicatos convocantes y de una oposición que veía como este clima le favorecía electoralmente en un tiempo en el que cualquier ayuda que les llegue es poca.
La crisis nos afecta a todos y el Gobierno murciano decidió recortar drásticamente subvenciones, ayudas y complementos a trabajadores públicos. Han sido medidas duras, de apretarse el cinturón, que todos sabemos que son imprescindibles. Que haya protestas por ello es legítimo y que se manifieste el descontento también. El estado democrático tiene sus cauces perfectamente determinados y no hay por qué salirse de ellos. Es muy posible que los grandes alborotadores sean, como presume la policía, grupos antisistema que aprovechan la situación de enfado colectivo para hacer de las suyas. Lo grave es que a ello asistan con cierto grado de complacencia los sindicatos y la oposición. Pero resulta que a estos bestias se les ha ido la mano y han agredido brutalmente a una persona (me da igual su ideología) y le han destrozado la cara, y esto no puede quedar impune. Interior, que seguramente debió tomar antes las medidas que ahora ofrece, tiene que trabajar a fondo y descubrir a los culpables, porque un suceso de estas características es un peligro, una mecha encendida en un polvorín, porque dada la coyuntura por la que atravesamos, son posibles muchos más recortes y no por eso se tiene que enrarecer el clima hasta llegar a la violencia y la agresión.
Se equivocan quienes piensen que este ha sido un atentado contra el PP o contra uno de sus miembros. Ha sido un atentado contra toda la sociedad, porque estos grupos están en contra de todo y de todos y sólo buscan alterar la normalidad democrática y la paz social. Para ellos el único destino es la cárcel. Poner paños calientes a métodos mafiosos que buscan amedrentar o condicionar decisiones políticas, es abrir la puerta al caos. La ley debe ser implacable, pero más implacable debemos ser nosotros, la sociedad, que es la primera que debe exigir el aislamiento de estos grupos y su condena, sin paliativos. No hay excusa posible. Un “tijeretazo” drástico que no es caprichoso, sino que viene dado por la crisis económica, no se puede convertir en coartada política. No cerrar esta espita, sí que sería un verdadero e insólito atentado contra la democracia.

viernes, 14 de enero de 2011

Engrasada ya la máquina electoral.

Cuando una persona acumula muchos problemas y pasa auténticas calamidades, una pequeña alegría parece algo maravilloso y alenta un optimismo que las más de las veces no se consolida. Algo parecido nos está pasando en la vida nacional en los últimos días, y tras meses y meses de indicadores nefastos, se han producido noticias que han abierto la puerta a la esperanza. Escribía ayer de la locomotora alemana, bajo cuyo amparo hay más dinero para los fondos de rescate y eso hace que los países en riesgo, Portugal el más inmediato, sientan que hay más dinero y que éste será más barato, lo que facilitará devolverlo y ayudar a salir antes de la crisis. Si además el fondo de rescate se dota al doble, que parece que es la cantidad que se necesitaría para rescatar un país como España, pues llega una mayor tranquilidad. Se revaloriza el euro, la bolsa sube, el Tesoro coloca, aunque sea un 28% más caro que en noviembre, los 3000 millones de los bonos a 5 años y parece que se aleja el fantasma de la huelga general. El Gobierno ha tenido una buena semana y un respiro para seguir adelante con sus reformas. O mejor dicho, para maniobrar políticamente con las reformas e intentar aislar al PP. Me voy a explicar...
Resulta que hace apenas una semana los sindicatos se oponían de forma radical a la reforma de las pensiones y a la reforma laboral. La posibilidad de acuerdo era inexistente y Zapatero echó el órdago de que con acuerdo o sin él, las reformas se harían y si fuera necesario por decreto. Los sindicatos se lo han pensado mejor y se han dado cuenta  de que su credibilidad está bajo mínimos y que si hay confrontación al máximo nivel con el Gobierno, este acabará con la negociación colectiva y eso significa dejarles fuera de juego. Así que lo mejor es empezar a suavizar posiciones. Primer asalto: la huelga se diluye y ya dicen que este mes es imposible.
Rubalcaba ha tomado las riendas de la negociación y está apretando las clavijas a todos porque sabe que el momento es tan difícil, que imponer las reformas no tiene un desgaste añadido al que ya sufre el Gobierno. Es como si hubiera visto que han tocado fondo y que ahora sólo es posible remontar. Y se ha puesto manos a la obra, primero capitaneando las negociaciones y luego buscando acuerdos también con los empresarios, de forma que se escenifique la recomposición del diálogo social y así exhibir la eficacia de conseguir las reformas por consenso en menos de un mes.  
Rubalcaba y Zapatero, Zapatero y Rubalcaba saben muy bien que el objetivo es recuperar terreno electoral y evitar la debacle el 22 de mayo; por eso la prisa ahora en hacer lo que no se ha hecho en dos años. Se trata de hacer de la necesidad virtud y pasar a ser el Gobierno de las iniciativas, consciente de que la presión sindical bajará de forma notable porque ya están casi fuera del terreno de juego y les urge volver a él... ¿Y donde queda el PP? Pues o está muy atento a la jugada o definitivamente se puede quedar fuera de juego. Con la que está cayendo es imposible que se oponga a un acuerdo de diálogo social y no tendrá más remedio que asumir los postulados gubernamentales sí o sí, aunque no le gusten, aunque los rechace, aunque sea un convidado de piedra, porque el Gobierno se ha propuesto la dinámica de que o pasa por el aro, o se queda aislado ante la sociedad y al PP eso no le interesa.
La jugada socialista se basa posiblemente en un espejismo, porque los condicionantes son muchos y la inestabilidad de los mercados es tal, que puede que en unos pocos días volvamos a los indicadores más negativos. Pero mientras tanto hay que reconocer que los estrategas de Moncloa están trabajando "full time" para volver a aislar al PP y presentarlo como un partido solitario, al que nadie quiere como compañero de viaje y siempre volcado en los intereses electorales en lugar de arrimar el hombro para buscar solución a los problemas.
El ambiente electoral ya lo impregna todo y el PSOE no va a vender barata su derrota. La maquinaria de Ferraz trabaja ahora engrasada con Moncloa y volverá a poner todo al servicio de sus intereses políticos. No serán los intereses de España los que primen, sino los del partido y como muestra basta con dar respuesta a una pregunta: si se pueden acometer las grandes reformas en unas pocas semanas, ¿por qué no explica Zapatero qué ha estado haciendo durante los dos últimos años?...

jueves, 13 de enero de 2011

La locomotora que tira de nosotros.

El impresionante dato de crecimiento de la economía alemana en 2010, el 3,6%, es una buena noticia para toda Europa, porque corrobora las impresiones generales de que hay una locomotora en marcha y, de alguna forma, “tira” del resto de los vagones. Si además, otros países en la zona euro, como es el caso de Francia, también evolucionan en positivo, podríamos concluir que hay una luz de esperanza de la que nos beneficiamos todos... Con estos datos España sale también beneficiada, porque hay sinergias de todos los países,cosa que comprobamos ayer en la importantísima subida de la bolsa.
Alemania crece, crea empleo, su economía tira y es pujante. Se contagian los mercados y brota el optimismo. Alemania lo ha hecho bien y la razón es muy sencilla: reconocer el problema, abordarlo sin complejos, atajar lo que no sirve y poner en marcha recetas, aunque sean duras, que empiecen a dar resultados positivos. Angela Merkel tiene ahora sobradas razones para erigirse en la directora de ceremonias del teatro económico europeo, porque sus recetas ya dan fruto y salen del túnel. Es verdad, la crisis es para todos, es una crisis global, pero sólo quienes la han abordado con valentía, tienen ya resultados.
Contrasta la actitud del gobierno alemán con la que en su día mantuvo Zapatero, que ante la sorpresa generalizada, negó la mayor, advirtió hasta en seis ocasiones de una recuperación que todavía no ha llegado y nos ha metido en casi cinco millones de parados y en una tasa de crecimiento que después de dos años no llega al 1%. Sólo las advertencias internacionales, entre ellas las de Merkel, lograron, no sin resistencia, empezar a enderezar una situación que dista mucho de ser pasado.
Volver sobre los errores de Zapatero es volver a lo de siempre. Pocas veces en la historia contemporánea veremos un gobernante que haya dilapidado su capital político con mayor desparpajo. Desde el primer momento se le vio un gobernante convencido de un mesianismo impropio de los tiempos actuales, pero que ha arrastrado a su partido a la sima en la que se encuentra y lo que es peor, nos ha puesto a todos los españoles ante la situación más dura de la etapa democrática... En resumidas cuentas, lo que ha pasado es que los españoles confiaron en un presidente de diseño, en una imagen preparada hasta en el más mínimo detalle, y en el momento en el que las cosas se torcieron, dio la cara de político, puede que listo, pero vacío, sin preparación y sin fondo. Verle frivolizar con el aprendizaje en materia económica “en un par de tardes” es un episodio que lejos de sonrojar irrita, por su gran irresponsabilidad.
A golpe de palos, y sobre todo a golpe de paro, Zapatero ha tenido que aprender, ha tenido que desdecirse hasta extremos jamás conocidos; y como es de un optimismo compulsivo y hasta patológico, ahora se considera el adalid de las reformas que necesita la sociedad española del siglo XXI. No señor, la política no es una carrera de velocidad y sin estrategia. En los tiempos que corren, sólo es posible la velocidad en la política en los momentos previos a las elecciones. El resto es una carrera de fondo, donde hay que dosificar las fuerzas, emplear al máximo la inteligencia, y sacar consecuencias de los momentos de adversidad. Todo ello requiere una preparación previa, concienzuda, una disciplina férrea y saber escuchar... Y Zapatero no ha tenido ninguna de esas cualidades y no sólo se ha desfondado, es que ha arrastrado a todo su equipo y por ello el PSOE tiene ahora unos problemas que tardará muchos años en resolver.
La política exige agudeza, inteligencia, capacidad de prevenir y de planificar. No es el ejercicio de la sonrisa por la sonrisa y de la palabra fácil y hueca. Exige mensaje certero y que llegue a la sociedad. La política es la capacidad de generar ilusión, de ofrecer confianza, de liderar a una sociedad. Zapatero no ha sido líder, está vacío, es sectario y es un maestro a la hora de generar desconfianza. Ahora trata de recuperarla como lo hace el mal estudiante a final de curso, ya que comprueba como a su alrededor, los compañeros que sí hicieron los deberes, aprueban y muchos de ellos con nota. La crisis es global sí, pero para todos. La vida se gana a base de sacrificios y de prevenir contingencias. Las alegrías y las frivolidades se pagan cada vez más caras y no tengo duda de que Zapatero será expulsado del poder porque las ha practicado sin inmutarse.

miércoles, 12 de enero de 2011

En la foto ya no están los sindicatos.

Zapatero volvió a sonreir. Aunque la foto no estaba completa, no era una mala foto. Faltaban los sindicatos, con quienes negocia la reforma de las pensiones y que se encuentran en pleno proceso de distanciamiento del PSOE, que entienden que les están traicionando. Pero del resto, estaban casi todos, la mayor parte del PIB del país. Presentaba el Presidente su Informe Económico 2010, un acto con menos parafernalia que en los cuatro años anteriores. Eso sí, contó con su golpe de efecto, ya que estuvo presente Paul Volcker, el gurú de los asesores económicos de Obama, que de gira por Europa aceptó la invitación de Zapatero, con quien posteriormente almorzó. Toda la cúpula empresarial, Rato y Botín, y sus fieles en el Gobierno, asistieron a un discurso de una hora en el que habló de recuperación, sacó pecho por las reformas en marcha y se vanaglorió de haber vuelto a ser elegido por el destino para capitanear, “uno de los procesos de modernización económica más importante de todo el periodo democrático”. Nada más y nada menos.
Después de varias semanas en las que el Presidente ni ha aparecido, monta ahora una gran puesta en escena para intentar dar confianza al empresariado y a la sociedad en su conjunto. Explica que acomete reformas de gran calado, pero a todos nos queda la sospecha de hasta qué punto cree en lo que está haciendo, porque está actuando sobre el corazón del estado del bienestar que él tanto dice defender. Sólo en la reforma de las pensiones, algunos analistas dicen que no sólo aumenta la edad de jubilación, sino que llegarán a rabajarse hasta un 26%. Además, todas esas reformas que él desgrana, son para que entre el 2011 y el 2015 el PIB crezca entre el 2 y el 2,5%, lo que parece imposible; pero es que además hay una regla, que no es exacta, y que se aproxima mucho, que dice que no se crea empleo hasta que el PIB no supera el 2,5%. Y tenemos casi 5 millones de parados.
La advertencia a los bancos de que deben recapitalizarse para normalizar el crédito, más que una advertencia debería iser una imposición, porque el verdadero problema de nuestra economía es que no hay dinero para acometer proyectos, para dar vida a los emprendedores, o para afrontar la necesaria modernización del tejido productivo. Sin crédito se ahoga a las empresas y las familias no pueden acceder a los bienes de consumo de más valor. Todas las reformas son importantes, pero la del sistema financiero es imprescindible para que el dinero circule.
Los sindicatos no asistieron ayer. El divorcio es cada vez más evidente y el acuerdo en las pensiones una quimera. Se agudiza además la situación, porque Zapatero emplea un lenguaje claro y firme para los empresarios que son quienes generan la riqueza. Esto supone escuchar que las reformas se harán con consenso o sin él, lo que podemos traducir de forma inmediata en la ruptura del diálogo social y la convocatoria inminente de una nueva huelga general.
Que un gurú de Obama de visita por Europa pare en España y hable con Zapatero, puede tener muchas lecturas, entre otras que comprueba si se aplican las indicaciones que en su día impuso el presidente americano a un Zapatero ausente de la crisis y metido en su particular burbuja. Lo importante es que los empresarios y los mercados perciban que se están haciendo los deberes, y que aunque la persona que lleva la nave, no tenga las dosis de credibilidad y de confianza necesaria, al menos sí sabemos que se ha caído de una vez de su particular caballo y parece que quiere reconducir las cosas.
Que Zapatero dijera ayer que España no es un país cansado, sino que tiene mucha fuerza, no dejan de ser palabras escuchadas muchas veces. Buscaba generar confianza, porque mañana, el Tesoro hace la primera subasta de deuda del año y tratará de colocarla en el mercado en bonos a 5 años. Pero no nos engañemos, a partir de este momento ya no son necesarias las palabras sino los hechos, y desgraciadamente hasta este momento no podemos echar las campanas al vuelo. Hemos perdido mucho tiempo y lo estamos pagando muy caro. Alemania previó la situación y hoy tiene velocidad de crucero. Quien ayer hablaba a los empresarios y banqueros, no sólo no vio la crisis, sino que la negó hasta el límite. Con esos antecedentes, lo único que suscita es desconfianza, y economía y desconfianza son incompatibles,... se repelen con una dureza que desgraciadamente ya hemos comprobado.

martes, 11 de enero de 2011

Con los ojos bien abiertos.

Dicen los entendidos en las estrategias militares, que lo importante no es ganar una batalla, sino la guerra. Sun Tzu en su universalmente conocido tratado sobre “El Arte de la Guerra”, establece que “por tanto, determina cuáles son los planes de los enemigos, y sabrás cuál es la estrategia eficaz y cuál no”. Son premisas que conviene recordar ante el comunicado emitido ayer por ETA, en el que declara un alto el fuego “permanente general y verificable por la comunidad internacional” con el descaro de poner sus condiciones a la democracia española. Seré clara: un estado democrático no debe consentir la supervisión internacional sobre su lucha contra el terrorismo, ni debe aceptar condiciones de una banda de asesinos que se han pasado la vida sembrando la violencia, el odio y el dolor de miles de españoles. Creo que estamos ante una tregua táctica derivada de un doble hecho: por un lado la evidente debilidad de la banda, y por otro la necesidad de facilitar a la izquierda abertzale el camino para presentarse a las elecciones municipales de mayo y con ello comenzar la recarga económica de las arcas del entorno de ETA.
Aunque es evidente que cualquier alto el fuego es una buena noticia que debemos de saludar, tampoco debemos olvidar que se produce en un momento de especial debilidad del Gobierno, (ya que puede parecer más fácil negociar con el débil), que con un Gobierno como fue el del PP, que arrinconó casi hasta asfixiar a la banda. Es una satisfacción que Zapatero despeje dudas reclamando a ETA más contundencia en acabar con la violencia, pero tampoco olvidemos que Zapatero no es la primera vez que dice una cosa y hace otra, y que le viene muy bien el posible final de ETA para acumular un éxito en el destartalado andamio de su bagaje político.
Si ETA se acaba de verdad durante el mandato de Zapatero, bienvenido será. Pero debe ser un final absoluto y que parta de una rendición sin condiciones. El comunicado etarra es tramposo porque no habla de entregar las armas, ni descubrir sus arsenales. Tampoco hace mención al final de la extorsión de los empresarios, la actual fuente de financiación, pone condiciones para negociar, y otorga el control del proceso a manos de observadores internacionales. España no es país bananero que necesite ser vigilado como si se estuvieran vulnerando los derechos humanos. Un planteamiento de estas características es ofensivo y trata de alcanzar el reconocimiento internacional de ETA como una organización que lucha por sus derechos, cuando sus actividades son la extorsión, amedrentar, el robo, la violencia callejera y el asesinato... Eso es ETA, una banda de cuatreros que se escuda en una pretendida bufanda política en la que sólo se enfundan los colectivos abertzales, que no sólo no luchan por la libertad de los ciudadanos, sino que han hecho del miedo su arma para hacerse presente en la sociedad.
La posición de los partidos democráticos ha sido la acertada y contundente, desconfiando de un comunicado que puede ser una nueva trampa, un señuelo para ganar tiempo y abrir el camino a Batasuna en las urnas. El Gobierno debe emplear todos los mecanismos del Estado de Derecho para cerrarles el paso, y el PP hará muy bien en ejercer con contundencia la advertencia de que vigilará este asunto con lupa... No olvidemos a las víctimas de los asesinos, a quienes se les debe una rendición incondicional porque es lo único que puede resarcirles. Esperemos que esta nueva presencia de ETA en la vida pública española se quede en el lugar que le corresponde, el de la desconfianza, el de seguir vigilantes y luchando contra ella. Ahí está el buen hacer de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado y de la Ertzaina que, como se señala en “El Arte de la Guerra”, están entregados a conocer en detalle los planes del enemigo, en la seguridad de que ése es el camino para saber cómo actuar y con ello ganar esta batalla y lo que es más importante, esta lamentable guerra de la que sólo es responsable ETA.

lunes, 10 de enero de 2011

Volver a empezar.

El pasado 22 de diciembre Zapatero y Rajoy escenificaron en el Congreso de los Diputados la disposición de ambos a colaborar en el sostenimiento del proyecto europeo. La buena sintonía de aquella sesión evidenciaba que había llegado la Navidad y se abría un periodo político de tregua que ya veremos cuánto tiempo dura. De momento, podemos hablar de tregua navideña, porque ni Zapatero ni Rajoy han asomado estos días por la actualidad, salvo para hacer un muy pobre balance al final de año.
Volvemos de las vacaciones y estamos igual que cuando nos fuimos, con una crisis agudizada por una cuesta de enero que ya se nota en las rebajas, porque según dicen los comerciantes, hay muchos visitantes pero ventas muy justas. Arrancar las rebajas con descuentos de hasta el 70%, da idea de cómo está la situación, y más difícil que se puede llegar a poner si el "run run" de las presiones a Portugal para que pida el rescate a la UE siguen en aumento y el asunto llega a materializarse. A partir de hoy, volvemos a los fríos indicadores que nos marcan la crisis, con bancos que sueltan poco dinero, subida de las hipotecas, los incrementos de precios disparados en enero, y la prima de riesgo por las nubes... En resumidas cuentas, que volvemos como nos fuimos, con una gran crisis que profundiza la desconfianza. Si echamos mano del CIS, sumamos además un estado de pesimismo que se está metiendo en nuestras vidas a pasos agigantados y con el riesgo de instalarse por mucho tiempo.
No es que de la mano de la gestión política vayan a remediarse todos los males, pero es un hecho que la confianza en los dirigentes es una receta esencial que parece que en este país no cuenta, o al menos el Gobierno no quiere que cuente, probablemente porque su imagen roza el desastre. No hay una sola encuesta, ni una sola (aunque sea de los más afines) que conceda la mínima oportunidad a Zapatero y ante ello, se esconde como el avestruz esperando a que escampe en algún momento. Una previsible victoria del PP aparece tan cantada, que una empieza a pensar que las encuestas buscan que Rajoy y los suyos se confíen y bajen la guardia; porque si no es imposible comprender cómo el Gobierno puede aguantar esta tormenta como si no pasara nada...
Arranca el 2011 y prosigue el calvario socialista porque, no sólo tendrá que pasar por unas elecciones que se les presentan como un gran abismo; sino que además en los ayuntamientos podrán hacer muy poco, porque no hay dinero, no se pueden endeudar y tienen que empezar a devolver a Hacienda los adelantos a cuenta debido a los cálculos erroneos del Gobierno y a la negación de la crisis en 2008 y 2009. Muchos ayuntamientos tendrán problemas para pagar las nóminas y los servicios básicos, con lo que el enfado de sus rectores, socialistas y no socialistas, es de aúpa... Si como parece, Zapatero cosecha un plus de castigo en las elecciones de mayo, el PSOE quedará como un solar, al margen del poder local y regional, y entonces las voces contra quien lo fue todo y ahora es sólo un espectro, comenzarán a tronar. Y con este panorama el problema ya no es Zapatero, es recomponer las trizas en las que está convirtiendo la moral de los españoles y los jirones que deja en su partido, al que se le vaticinan los peores resultados de la historia. Pero él sigue. Es verdad que sólo él puede decidir un adelanto electoral y su futuro, pero también es verdad que a un dirigente se le presupone capacidad de análisis y liderazgo y hasta ahora, Zapatero demuestra que ni lo uno, ni lo otro. Si no lo hace por España debería hacerlo por su partido, que es quien se lo ha dado todo. Pero lo curioso es que invocando la responsabilidad, actúa contra los españoles y contra su partido. Es como si hubiera decidido que ya que él se hunde, que se hunda el barco. Algún día el PSOE explicará por qué mantiene todavía el apoyo a Zapatero... Lo dicho: volvemos tal y como nos fuimos.

miércoles, 5 de enero de 2011

"Queridos Reyes Magos..."

Si hay una fecha en la que uno quisiera volver a ser niño es la noche de Reyes. La ilusión, la emoción, los nervios, nos impedían conciliar un sueño que sólo llegaba cuando el agotamiento podía con la emoción del momento. Dormíamos poco porque saltaba esa alerta infantil que todos tenemos y que hacía que nos levantáramos como un resorte para correr a la habitación de los regalos y admirar aquel paraíso de la ilusión.
Esta es la historia de la gran mayoría de las casas españolas del 5 al 6 de enero desde hace muchas generaciones y, aunque hoy las cosas han cambiado bastante, los Reyes siguen trayendo la magia y la ilusión; algo que Papa Nöel, ese bonachón que nos llega del frío allá por Nochebuena, no es capaz de trasladarnos con la misma intensidad que nuestros Melchor, Gaspar y Baltasar.
Aunque los años borran la inocencia, lo que no desaparece es la buena costumbre de regalar y sorprender a los que queremos. No tiene que haber riqueza, sólo la intencionalidad de entregar un detalle que transmita un sencillo “te quiero y pienso en ti”... Vuelven los Reyes Magos con el comienzo del año nuevo y con ellos la bendita costumbre de escribir nuestra particular carta a Sus Majestades, tal vez porque nos resistimos de esta forma a perder nuestra faceta de niños.
El peso de los años y de la responsabilidad, hace que nuestra personal carta ya no se cargue de regalos materiales, sino de deseos, esperanzas e ilusiones... Así que hoy es el día para escribir esa carta, una carta colectiva, de todos y para todos, en la que recojamos las necesidades, las esperanzas y los sueños de una gran mayoría. Una carta que podría empezar con aquel socorrido: “Queridos Reyes Magos...” Y siendo poco original, la mía comenzaría pidiendo como bien fundamental para cada uno de nosotros salud, mucha salud; y para nuestra sociedad puestos de trabajo, o al menos la esperanza de poder encontrarlo. El tímido avance en el desempleo de diciembre, no aventura la creación de empleo, pero sí la esperanza de que signifique “tocar fondo” y así empezar la ansiada recuperación.
Incluiría en mi carta la petición del diálogo y del entendimiento, que seamos capaces de aparcar las diferencias que nos separan, para fomentar aquello que nos une. Somos una sociedad que ha luchado mucho, que ha dejado muchos problemas y diferencias en el camino, y deberíamos entender que el debate de las dos Españas jamás debe volver, porque ni aporta, ni presagia nada bueno...
Quisiera también que aumentara la solidaridad, la ayuda de unos a otros, olvidar el “esto es mío y nada más que mío”, para dar paso a lo común; complementarnos desde cada región, desde cada provincia y conseguir de esa forma ser cada vez más fuertes.
Desearía tener un año electoral enriquecedor y de debate, un proceso electoral abierto en el que los partidos políticos sean capaces de situar a los mejores en los puestos de responsabilidad, y en el que consigamos ilusionar a la población de que podemos tener mejores ciudades, más humanas y habitables y unas comunidades autónomas fuertes y en permanente estado de colaboración.
Para la sociedad, me gustaría pedir en mi carta que sepa entender que vivimos momentos muy duros, que se impone un sacrificio y renuncias que implicarán dejar de lado algunas conquistas del denominado “estado del bienestar”. Sólo una sociedad implicada y comprensiva, una sociedad preparada y consciente de su poder sobre el control de las cosas, puede hacernos a todos más grandes en lo personal y en el consciente colectivo.
Escribo también en esta, mi carta a los Magos, la petición de mejores deseos para todos vosotros, los que cada día me dedicáis unos minutos. Quienes os interesáis por el debate y observáis desde la afinidad o desde la discrepancia la actualidad. Formáis una parte muy importante de la sociedad, porque es la que crea opinión y la que puede hacer despertar el espíritu crítico y con ello ayudáis a salir de un cierto marasmo y pusilanimidad que en nada nos beneficia.
Son deseos para el año que acabamos de empezar, deseos que se unen a los vuestros y a los de una sociedad que me niego a admitir que se resigna a lo que venga, porque juntos podemos y juntos lograremos salir de la crisis y emprender grandes proyectos... Es la historia de esta España que un día protagonizaron nuestros antepasados y que ahora tenemos la obligación y la responsabilidad de protagonizar nosotros.