BLOG DE MIREIA ARROYO DE LA PARTE

Un vistazo crítico y personal a la actualidad.

martes, 30 de noviembre de 2010

"El silencio de los corderos..."

En el momento en que escribo, han pasado ya más de 24 horas de las elecciones catalanas y Zapatero no ha dicho ni pío sobre los resultados del domingo. Ni una sola palabra. A esta hora comparte cena con Gadafi, en esa patológica costumbre de estar siempre donde están los políticos más bananeros del mundo.
El desastre del PSC, que consiguió peores resultados que en las generales, denota que no sólo sufre desgaste por el tripartido, sino que traduce un duro castigo a las políticas socialistas, que son incapaces de crear el ambiente de confianza que el país necesita para salir de la crisis. Por primera vez en muchos años, se produce un trasvase, difícil de cuantificar, del voto nacional del socialismo catalán hacia el PP, porque es su único refugio y porque el mensaje de que los ciudadanos confían en el centro derecha, ha sido uno de los mensajes más evidentes de las elecciones del domingo.
En dos tiempos, se va Montilla. El domingo anunció que no se presentaría más a la secretaría del PSC y ayer anunció que no ocupará el escaño de oposición al que le han relegado los electores. ¿Pero se va Montilla o le obligan a irse?... Sinceramente creo que es lo segundo. Montilla asume así toda la responsabilidad de la derrota y se autoinmola para evitar que se extrapolen los resultados y se culpe a Zapatero del desastre.
Sinceramente, me parece de una desvergüenza que asusta, un fraude a los electores que le han votado. Lo decente es que un candidato asuma el papel que le reserva la soberanía popular. A veces da la impresión de que hay políticos que son incapaces de asumir, que la política se ejerce también sin el coche oficial y sin la corte que tradicionalmente rodea al poder. La grandeza personal y política se demuestra en la adversidad de la derrota; por el contrario, la generosidad se muestra en la victoria. Por desgracia hoy no hay mucho ni de lo uno y ni de lo otro... Se abre ahora un tiempo para el debate o para la catarsis en el PSC.
El ramo de rosas que Rajoy regaló a Alicia Sánchez Camacho en la ejecutiva del PP ante los presidentes regionales del partido, fue una forma de agradecer un trabajo intenso, que ha obtenido el merecido reconocimiento. El PP logra el mayor número de escaños de su historia en Cataluña y lo que es más importante, logra un importante avance que hace presagiar viento de cambio en España. De siempre, cuando el PP avanza en Cataluña, hay un factor multiplicador en el resto de España y sólo si se produce ese avance, se puede consolidar la victoria en el territorio nacional. Pero no olvidemos que es verdad que se logra el mejor resultado en escaños, pero 0,7% menos que Vidal Quadras en 1995 y ahora el deterioro socialista es mayor, lo que obligará no sólo a no bajar la guardia, sino a trabajar muy a fondo.
Y un dato a tener en cuenta. Si sumamos los votos del PP y Ciudadanos, voto claramente nacional, están muy cerca del PSC. Si hubiera funcionado el voto útil con el PP, este partido hubiera podido ser la segunda fuerza política de Cataluña, lo que ha ser una referencia para el futuro.
No hablaré del grupo de frikis que han entrado en el Parlament, porque me niego a hacer el juego a quienes siguen a un nefasto personaje que se sirvió de la buena imagen del Barça, mucho más que un club de fútbol en España y en el mundo, para enriquecerse y para proclamar ahora el independentismo. Ni representan a Cataluña ni a los catalanes, sólo se representan a sí mismos y a sus intereses. Me alegra que CiU anuncie que va a gobernar desde la moderación, porque ése es el mandato que le ha dado la sociedad catalana. No debe olvidar que los ciudadanos han apostado por políticas de centro derecha, y que lo que le han encomendado es la tarea de devolver a Cataluña la pujanza que tuvo y el papel que le corresponde. Sin embargo, me preocupa la imagen de Artur Mas en los periódicos, saludando desde el balcón con la mano extendida y el pulgar replegado, signo inequívoco de la independencia catalana... No es la prioridad ahora y espero que Mas entienda el mensaje.
Cataluña se ha pronunciado y Zapatero se ha quedado mudo... Noqueado o escondido, su actitud pone de manifiesto que le guste o no, estas elecciones han “tocado” seriamente al PSOE. Al Presidente, lo único que le habrá agradado de Cataluña en las últimas horas, es la victoria del Barça sobre el Madrid, 5-0, lo que no deja lugar a duda de quién dominó el partido... Él ya no domina nada.

lunes, 29 de noviembre de 2010

"Con 8 basta..."

No hubo sorpresas. La victoria de CiU ha sido inapelable y ahora asume la responsabilidad de formar gobierno en Cataluña. Su resultado (62 escaños) le permite manos libres para gobernar sin apoyos fijos. Sin embargo, sí ha habido novedades... El PP (18 escaños), mejora sus previsiones más optimistas, con los mejores resultados de su historia lo que consolida al partido como la tercera fuerza política. El PSC se hunde por debajo de los 30 escaños (logra 28) y ERC se queda en 10. Sorprende, y de qué forma, el resultado del partido de Laporta, que logra 4 escaños y que genera la peor noticia de la noche; porque se pueden defender unas u otras ideas, pero lo que es intolerable es hacer el ridículo y adoptar posiciones frikis para aglutinar un voto descontento y marginal... Lamentable y muy dañino para la política.
Las elecciones de ayer mejoraron las previsiones de participación, llegando casi al 60%. Se confirma que pese a la mala campaña de algunos partidos, los ciudadanos han asumido la responsabilidad de acudir a las urnas y de elegir a sus representantes, máxime en un momento tan difícil y tan duro como el que estamos atravesando en España.
No es cierto que los ciudadanos estén desmovilizados y “pasen” de la política. Son conscientes del momento y de la importancia del voto y eso se ha puesto de manifiesto en una jornada ejemplar; marcada por la normalidad y también por la incertidumbre del significado de unos comicios que abren un tiempo nuevo en Cataluña, que deja claro que no es posible reeditar un nefasto gobierno tripartito que ha sido “machacado” literalmente en las urnas.
La gran pregunta en este momento sería la de en qué forma estos resultados se pueden aplicar a la vida nacional. Cataluña tiene peculiaridades que hacen que se circunscriba casi todo a su territorio; pero no es menos cierto que hay datos que revelan que el PSC ha sido castigado no sólo por su papel en el tripartito, sino por el desastre de la gestión del Gobierno de Zapatero. La insistencia anoche de los socialistas en no hacer lecturas nacionales de los resultados, evidencian el miedo real que tienen a la mala imagen nacional del partido. Montilla es ya historia y el rostro de Corbacho deja claro el desastre cosechado.
Para el PP la lectura es muy positiva, porque no va a ser fácil aislarlo, e incluso puede asumir un papel muy importante en algunas decisiones del nuevo gobierno. El partido no debe morir de éxito y entender que este es un paso más en su proyecto político, y que sólo cuando se está cerca de los problemas de los ciudadanos, estos les perciben como una opción a respaldar. El PP logra sus mejores resultados con todo en contra, lo que consolida a Alicia Sánchez Camacho como una político a tener muy en cuenta.
Y gana CiU, que consigue que Cataluña sea más gobernable. Pero no nos engañemos, Cataluña alcanza, ¡y de qué forma! su mayor nivel nacionalista, porque CiU concentra todo el voto útil que se llevó en su día el tripartito. Sólo cabe esperar que Mas tenga la responsabilidad de unir y no de romper; algo que veremos enseguida, cuando comprobemos a quién se arrima cuando necesite los primeros apoyos... No es el mejor presagio que en su discurso de anoche no hubiera ni una sola referencia a España.
Estas elecciones han dejado claro que los ciudadanos quieren estabilidad para resolver sus problemas y que no quieren más experimentos inútiles. Han dicho que asuntos como el Estatut se la traen "al pairo" y para ello sólo hay que comparar los datos de participación en el referéndum y ayer en las elecciones... El nuevo parlamento tendrá que trabajar duro y hacer un esfuerzo por el entendimiento... Y el PP se articula como una opción a tener en cuenta para moderar el avance nacionalista, por lo que su papel de partido nacional estará ahora más vigente que nunca.

viernes, 26 de noviembre de 2010

"Les 12 van tocant..."

Faltan sólo unas horas, para que concluya la campaña electoral catalana. El domingo, a votar. Desde el primer momento se sabía que estas elecciones iban a marcar la pauta de la vida política en los próximos meses, pero lo que no imaginamos es que podían obligar a una revisión a fondo de lo que deben ser las campañas electorales.
Las elecciones marcarán la pauta porque es imposible que de ellas no se haga una extrapolación política, sobre todo de los resultados del PSC, que para muchos analistas serán el termómetro de la percepción de los votantes sobre el momento actual del PSOE. Se mirarán con lupa los datos del “cinturón rojo” de Barcelona, bastión clave en todas las victorias socialistas.
Aunque en menor medida, también las elecciones serán un termómetro para el PP. El hecho de que, casi con total seguridad, recuperen el puesto de tercera fuerza política, ya es un respiro; pero la clave es saber si habrá incremento de votos y escaños y, si los escaños populares podrán ser el puntal que dé estabilidad al Gobierno seguro de CiU, que no parece que vaya a conseguir la mayoría absoluta. Lo demás está cantado: debacle de ERC, bajada de IU, mantenimiento de Ciudadanos y reparto de votos sin escaño para el espectro friki de la política.
Decía que no se suponía que fuera a obligar a revisar las campañas electorales, pero lo ha hecho, porque hemos asistido en estos 15 días a lamentables espectáculos para olvidar. Todo ha sido un cúmulo de despropósitos, desde la actriz porno pidiendo el voto para un cara dura, a una Monserrat Nebrera que no se sabe muy bien qué es lo que entiende por inteligencia política o al desatino y la chapuza de algunos jóvenes cachorros de partidos... Claro que los activistas de Mas han pasado de la nada al todo, de la campaña plana al estímulo de los nacionalistas radicales. Ahí está para la antología del despropósito su declaración sobre que se va a acabar que Cataluña pague la “fiesta” de España. No hay que entrar en una provocación sin sentido, porque ya está bien de enfrentar a los territorios y hacer de todo un agravio comparativo. Cataluña aporta a España, porque puede hacerlo, porque tiene más población, más puestos de trabajo, una lengua, etc...; y España aporta a Cataluña, porque favorece su desarrollo y la considera un territorio estratégico para la fortaleza del país.
En resumen, una campaña para olvidar, a la que se ha sumado como guinda la Junta Electoral, prohibiendo un cara a cara porque no se solicitó a tiempo. Vivimos en un país que a este paso controlará hasta el momento en que tenemos que comer. No sé muy bien qué entendemos por libertad de expresión. No se puede debatir entre las dos principales fuerzas políticas porque se vulnera la imparcialidad... No se ha visto patochada semejante en una sociedad moderna. Admitamos (igual que lo hacemos en lo de “pulpo como animal de compañía”), que no se pueda debatir en las televisiones públicas. Pero, ¿y en las privadas ¿Por qué no se puede debatir en las privadas ¿Por qué no se ha solicitado con 5 días de anticipación?. ¿Me puede explicar alguien por qué hay que pedir oficialmente un debate?... En una sociedad moderna o avanzada, se ponen de acuerdo las dos partes y punto pelota. Aquí no. Aquí hay que autorizarlo todo. No se puede debatir, pero se puede emitir un video donde una joven sufre un orgasmo por votar a Montilla.
El domingo se vota. La previsión, que ojalá no se cumpla, es la de una baja participación. La campaña, desde luego, no ha contribuido a aumentarla. Esperemos que el resultado sea el que necesita Cataluña y abra un tiempo nuevo que refuerce a una sociedad clave en el protagonismo de este país... Yo lo tengo muy claro: una Cataluña fuerte es lo que necesita España y corresponde a los partidos que el domingo se someten a las urnas, propiciarlo... Ojalá sean responsables con los ciudadanos y con la historia.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Otra foto como bombona de oxígeno.

Es una buena idea, pero llega tarde. Reunir a los 30 empresarios más importantes del país para hablar de la crisis, es algo que debería haberse hecho hace mucho tiempo, aunque también podría aplicarse aquel “más vale tarde que nunca”... Lo cierto es que hay muchos “peros” que poner a esta reunión.
Zapatero, ahogado hasta el cuello por unos indicadores económicos que dejan muy claro la falta de confianza que existe en él y en el país, mueve ficha para intentar tomar oxígeno y tratar de ganar tiempo para que escampe la gran tormenta internacional, donde Irlanda, Portugal, la progresiva debilidad del euro y otros tantos elementos, se conjuran para agudizar la ya de por sí profunda crisis instalada en España. Pero mucho me temo que estamos ante una nueva operación de imagen a la desesperada, porque Moncloa advierte que la reunión de Zapatero con los 30 empresarios el próximo sábado, es una sesión para escuchar a las empresas, conocer sus problemas y analizar en qué forma se les puede ayudar. Todo ello en 3 horas, lo que supone que cada empresario tendrá seis minutos para exponer su punto de vista y para debatir, un tiempo que me parece claramente insuficiente para abordar el tema de que se trata.
Es otra operación de imagen porque Zapatero busca una portada con muchos empresarios, los que están en el IBEX, con la excusa de que si las grandes empresas tiran, empujarán a las pymes. Hay que estar ciego para no ver que la recuperación, la generación de empleo, sólo será posible gracias a las pymes, que son aquí el elemento fundamental para la generación de riqueza. Y hay más, sorprende que para una reunión como esta no cuenten con la CEOE que agrupa, no sólo a estas grandes empresas, sino también a las imprescindibles pymes.
Al todavía presidente de la CEOE, Díaz Ferran, que no es que sea la voz más autorizada, no le falta razón cuando muestra su enfado por la exclusión de la confederación empresarial y asegura que la situación de las empresas y las posibles soluciones a sus problemas, así como las medidas necesarias para regenerar el tejido productivo, ya han sido entregadas al Presidente y las tiene sobre su mesa de trabajo, aunque deben ser un elemento meramente decorativo porque no les ha hecho ningún caso... Es evidente que lo que pretende Zapatero el sábado es otra cosa, dar a la sociedad la imagen de que toma la iniciativa, que asume el liderazgo social y que es capaz de lograr una reunión anticrisis de la que no hay precedentes.
Si tiene tanto interés en abordar una salida a la crisis, situación de emergencia que nos afecta a todos, está muy bien que hable con los empresarios, pero ¿a qué espera para convocar solemnemente en la Moncloa al líder de la oposición?... Esta foto no interesa de momento, porque todo son intereses electorales y lo que quiere es medirse con él en el debate político público que se genera en los medios o en el Congreso de los Diputados, en las sesiones de control, para acusarle de negativismo y de no aportar soluciones... A Zapatero le interesa que triunfe la estrategia del "Comando Rubalcaba" y cuaje la imagen de un Rajoy bronco, que se niega a la colaboración y sólo volcado en los intereses electorales.
Cualquier iniciativa para salir de la crisis debe ser alentada, pero no volvamos a la practica de la política de imagen, porque no soluciona los problemas. Hay una reforma laboral por acometer y aplicar, hacen falta ajustes en los que Zapatero ni quiere pensar. Seguir instalado en el ilusionismo, el buenismo y en tantos otros “ismos”, pudo en otro tiempo darle alegrías electorales, pero en este momento le están hundiendo en un pozo del que cada vez le será más difícil salir.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cuesta abajo y sin frenos.

Noviembre se está convirtiendo en el “mes horribilis” de Zapatero. Realmente lleva un “annus horribilis” porque salvo el respiro que le supusieron los cambios en el Gobierno, el resto ha sido ir en una cuesta abajo y sin frenos.
El balón de oxígeno que para el PSOE supuso la llegada del todopoderoso Rubalcaba, se ha ido deshinchando poco a poco y la timorata reacción ante el desmantelamiento por parte de Marruecos del campamento saharaui Dignidad, fue el suceso que acabó con la leve recuperación experimentada. Luego ha venido el batacazo de las encuestas ante las elecciones catalanas y lo más inmediato es la falta de confianza de los inversores, que ante la decisión de Irlanda de aceptar el rescate europeo, ven en España un país que tenga que recurrir a este procedimiento. La caída de la bolsa, que ya se ha olvidado de los 10.000 puntos en el IBEX y, sobre todo, la prima de riesgo española, que ya se sitúa en los 235 puntos, demuestran hasta qué punto se recela de nuestra situación y muestra cómo se ha perdido gran parte de la confianza en nuestro país.
Es verdad que nuestra situación no es como la de Irlanda, porque rescatar a España sería otra cosa. Nuestro PIB duplica al de Irlanda y Portugal juntos, pero no es menos cierto que desde Europa se nos ve como un problema, porque somos el único país de la OCDE que no mejora sus resultados. Ya sé que son indicadores y que la situación real no es  tan dramática, pero lo cierto es que sin confianza no hay dinero y sin dinero no existe recuperación. España se encuentra en ese círculo vicioso del que parece que hoy por hoy es muy difícil salir, porque hacen falta medidas más duras que este Gobierno, en tiempo electoral, no se atreve a asumir, máxime cuando tiene garantizada la estabilidad parlamentaria por la compra que ha hecho del PNV.
Lo del Sahara traerá cola interna en el PSOE, partido al que sólo le faltaba que las divergencias internas saltaran a la luz. Por otra parte, es lo que suele pasar cuando los liderazgos se tambalean y ya no es ningún secreto, que Zapatero está muy cuestionado y que cada respaldo público que le hace Felipe González, lleva aparejado “veneno político”, en el que cuando no le acusa de haber actuado tarde, lo hace de no haber tenido capacidad de adelantarse a los acontecimientos, o lo que es peor, volviendo a llevar a la escena política la guerra sucia del GAL contra el terrorismo. Veremos en lo que acaba el debate de la última reunión de la ejecutiva socialista, en la que muchos fueron los que protestaron airadamente por la reacción ante Marruecos y han pedido una tarea pedagógica de explicar a la sociedad que el gran apoyo político en España al Polisario es el del PSOE.
Y ya para que nada falte, los de la ceja abandonan el barco y ante la catástrofe que se avecina, optan por irse con IU-Los Verdes y en Cataluña, apoyar al iluminado de Joan Herrera, cuya consistencia política es difícil de encontrar y su papel en la campaña catalana inexistente... Vamos, que han dejado muy claro que su voto de izquierda, interesadamente cedido al PSOE en la anterior campaña electoral, se cambia de bando porque las perspectivas no son nada buenas y es mejor alejarse de los perdedores “por un por si acaso”.
El mesecito de Zapatero se las trae. Lo malo es que quien sufre es España y los españoles. Todo ello es la consecuencia de la falta de una política seria y rigurosa, de un programa de gobierno centrado en los problemas reales del país. Cuando la suerte te vuelve la cara, o tienes recursos o la caída es inevitable. El vacío intelectual de Zapatero estaba enmascarado, pero cuando ha dado la cara, ha llevado al país a una situación que difícilmente aguantará el año y medio que falta a las próximas generales... Tiempo al tiempo.

martes, 23 de noviembre de 2010

Felicitaciones merecidas.

No es un cumpleaños al uso, pero la fecha merece ser recordada. El 22 de noviembre, ayer, se cumplieron 35 años de reinado de Don Juan Carlos de Borbón. Lejos queda la imagen de un joven príncipe que asumía sobre sus espaldas el reto de conducir al país hacia la democracia constitucional que, con sus virtudes y sus defectos, hoy disfrutamos. La comparación de las imágenes de aquellos años con las actuales, nos permiten comprobar que no sólo la fotografía ha evolucionado hacia el color, sino que también lo ha hecho el país, aunque los años hayan hecho mella en el rostro de un monarca que, también por razones de su reciente enfermedad, aparece mayor y en ocasiones hasta cansado. Tal vez esta sea la razón por la que la Casa Real ha recargado de forma considerable la agenda de los Príncipes de Asturias que, lógicamente, deben estar preparados para asumir otro gran reto, afrontar el futuro de un país que no sabemos a ciencia cierta si es monárquico o juancarlista.
Para que evaluemos el mandato del Rey, digamos que ya tiene casi la duración de la dictadura. En un corto espacio de tiempo, España pasó de ser un país sin libertad, encerrado sobre sí mismo y aislado del mundo, a ser un país libre, abierto, con uno de los estados más descentralizados del mundo y que ha llegado a ser cabeza de las potencias de Europa e incluso con un puesto reconocido en el mundo más desarrollado. Ha sido tarea de todos, que hemos sabido mirar al frente y dejar a un lado intereses personales en aras de los colectivos. Bajo la batuta de un Rey que no ha gobernado, pero que sí ha reinado, la sociedad española ha asumido como propia una forma de regir el estado que no ha impuesto, que ha hablado y consensuado, que ha sabido tener cercanía, pero que a la vez ha sabido estar por encima de todo, incluso de las críticas de los más ácidos republicanos.
El Rey de España asumió un país con una derecha a la que se identificaba con la dictadura y una izquierda marxista y republicana hacia la médula. Ambos, sin embargo, tuvieron la responsabilidad de respetar a la Corona como árbitro, hasta el punto de que se llegó a decir que en España teníamos una “monarquía republicana” que era aceptada por todos. No hay duda de que los Reyes lo han sabido hacer y aunque ha habido fallos, que los han tenido, han sabido hacer frente con maestría a capítulos tan difíciles como el fallido golpe de estado de Tejero, los múltiples atentados asesinos de ETA, las difíciles relaciones exteriores o la matanza del 11M. La Corona ha estado siempre cerca del pueblo y ha sido árbitro en las grandes disputas políticas. Ha sido mullidora de acuerdos tan importantes como los de la Moncloa.
En el otro lado de la balanza puede haber estado el silencio en asuntos tan espinosos como los ataques nacionalistas a la unidad del Estadoo cuando el prestigio internacional de España ha estado en juego. A veces, eso ha sido un hecho, la Corona ha estado más cerca de las posiciones del PSOE que de las del PP, puede que haya sido complejo del republicano o simplemente cercanía personal, pero el caso es que la circunstancia se ha dado.
Con todo, el balance ha sido mucho más positivo y de cara al futuro, lo deseable es que el Príncipe Felipe, que ha tenido una preparación mucho mejor que la de su padre, cumpla el papel constitucional que tiene reservado. A mayor formación mayores retos, y ya lo creo que los va a tener, porque la España actual es muy diferente y los problemas que estamos viviendo no tienen precedentes. El Príncipe tendrá que moderar con mucha inteligencia, porque la situación no tiene nada que ver con la vivida. No hace falta ser muy avezada para intuir que una vez que Juan Carlos deje la Corona, los movimientos republicanos se movilizarán de forma contundente y hoy por hoy, España es una sociedad desmovilizada, que traga lo que le echen y que no parece dispuesta a defender ningún ideal. Al Príncipe le toca consolidar la Corona o dar paso a una nueva forma de Gobierno. Pero eso sólo lo dirá el tiempo... En este momento, en este cumpleaños, lo que procede es decir: “¡Gracias Majestad!”... No nos ha ido nada mal.

lunes, 22 de noviembre de 2010

En la recta final.

El arranque de la semana definitiva de la campaña catalana nos trae pocas novedades. Las numerosas encuestas que ayer se difundieron muestran una foto fija bastante evidente y con escasos cambios desde hace algunos meses. El desplome del PSC parece imparable y nada parece que sea capaz de frenar la caída.
Todos coinciden en que CiU roza la mayoría absoluta y que podrá gobernar en solitario con acuerdos puntuales, una posición francamente favorable para Artur Mas, que podría sumar apoyos de uno u otro lado a conveniencia. Todas las encuestas coinciden también en que el PP mejoraría sus resultados, con una subida de hasta 3 escaños en el mejor de los casos. Entre los perdedores está el varapalo de ERC, que de sus 21 escaños se puede quedar en 9, y destacar también el batacazo del PSC, que roza los 30 escaños en todas las horquillas. Esa es, precisamente, la barrera en la que los analistas políticos hablan de un fracaso asociado al que puede tener el PSOE a nivel nacional, lo cual hace que a nadie extrañe que ayer el presidente del Gobierno se volviera a lanzar al ruedo político para destapar su tarro de las esencias favorito: el de la extrema derecha, el de la identificación de los conservadores con la política más rancia y extremista, un latiguillo que ya cansa por vacío, por anacrónico y por miserable...
Que a estas alturas de nuestra vida política, con una democracia de 35 años, consolidada, y que ha pasado por duros y tensos momentos, tengamos que escuchar a quienes nos gobiernan desenterrar el lenguaje rancio y caduco de las dos españas, de la identificación de la derecha democrática con los movimientos de ultraderecha del mundo y con la nostalgia del pasado, demuestra hasta qué punto un dirigente político se siente acabado, vacío de ideas y noqueado para ganarse la confianza de los ciudadanos. Zapatero nunca ha sido una “maquina” de fabricar ideas, pero es que en este momento es un lastre para su partido, un lastre para la sociedad y un lastre para la imagen y el prestigio de España. Cuanto más se empeñe en utilizar este tipo de lenguaje-descalificatorio, más se le verá el plumero de su vacío de formación y de su consistencia como líder político.
También hay otros elementos en las encuestas que nos deben invitar a la reflexión. La baja participación que se espera es el más importante de todos. Ninguna encuesta llega al 55%, lo que indica lo poco que ha calado la campaña en los ciudadanos y lo alejados que se ven del debate político en Cataluña. Si a ello le unimos el suspenso clamoroso al tripartito, convendremos en que estamos poniendo fin a los cuatro años más negros de la vida política catalana, donde se han reabierto los debates de enfrentamientos entre la propia sociedad catalana y con los territorios del resto del estado. Lamentablemente, Cataluña no es más fuerte y ha perdido un tiempo precioso que ha deteriorado la vida pública hasta límites que costará restaurar.
Los videos de la semana pasada, el espectáculo del anuncio de los patrimonios de los candidatos, los insultos a otras regiones de España, han sido aspectos tan negativos que no sólo no han motivado, sino que han restado interés a los ciudadanos, sin duda mucho más encandilados por los 8 goles que a domicilio le metió el Barça al Almería... Y ojo, porque la baja participación beneficia a los partidos más pequeños que no tendrán escaños, salvo Ciudadanos, que puede mantener los suyos pero sin grupo propio, por lo que no podrá presentar proyectos legislativos. En resumidas cuentas votos, para la nada.
O mucho cambian las cosas o estamos comenzando una recta final sin grandes expectativas y que de una forma languideciente nos llevará al domingo 28-N. Los catalanes tienen la palabra.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Desviar la mirada no lava conciencias.

Hace falta tener muy duro el corazón para no estremecerse ante las imágenes que nos llegan de Haití. No puede haber sensibilidad que no se resienta al ver el cuerpo de un ser humano moribundo en las calles de una ciudad, cualquiera que sea. Es difícil entender cómo se puede convivir con la muerte en las aceras y mirar hacia otro lado. Sin embargo, la vida allí es la de la lucha por la supervivencia, por vencer la enfermedad, por conseguir un mendrugo de pan que llevarse a la boca.
¿Cómo es posible que una sociedad que se dice desarrollada permita que pasen estas cosas? Las catástrofes naturales son imprevisibles y también sus consecuencias. Pero a partir de ahí, la mente humana es capaz de afrontar todo y sin embargo, el mundo mantiene abiertos escenarios que estremecen y que es imposible entender que se mantengan así tiempo y tiempo, mientras sesudos burócratas dilucidan qué pasa en los grandes núcleos financieros.
No quiero caer en la demagogia de culpar al capitalismo de todo lo que sucede. No lo es. Hay una economía cada vez más global que es capaz de hacer los ajustes más finos y mover las cantidades más desorbitadas, sin que veamos un sólo euro. Son las transacciones electrónicas que mueven el mundo, que están ahí y que sin verlas condicionan nuestras vidas.
Ese mundo desarrollado y tecnificado, es capaz de mover las conciencias y conseguir movimientos solidarios a golpe de movimientos de comunicación. Cuando este 2010 asomaba en el calendario, un brutal terremoto sacudió Haití y de repente, supimos la miseria en la que vivía el país, en el que la catástrofe natural segó miles de vidas. La movilización internacional fue importante. Se nos estremeció el alma al ver a los bomberos de Castilla y León arrancar de la tierra vidas de niños para los ya no había esperanzas. Aquello abrió precisamente la puerta a la esperanza para un pueblo, al que todos coincidían que no había que dar el pescado, sino la caña para pescar.
El tiempo, que todo lo puede, nos borró la secuencia de lo que allí pasaba y ahora rebrota con una epidemia de cólera que tardará mucho tiempo en ser controlada. ¿Qué ha sido de Haití en los últimos seis meses?... Pues que la miseria sigue instalada, que una gran mayoría de la población vive con dos dólares por día, que el país decrece al ritmo del 9% y que el cólera infecta las aguas, llega a los ríos y coloniza los cuerpos de los habitantes de un país que vuelve a ver la muerte en las calles. Cuerpos inertes, retorcidos, que se deshidratan y pierden con el agua la vida. Quienes llegan a los hospitales se salvan, porque el cólera hoy no es mortal, pero los hospitales están desbordados y muchos no llegan. Y mientras, ¡que ironía!, el país se debate en un proceso electoral.
Estamos en el siglo XXI, el siglo de la tecnificación, de los grandes avances, también el de las crisis financieras que no se saben ni de dónde vienen ni a dónde van. Y se mantienen las bolsas de pobreza, ese gran monumento a la hipocresía de una sociedad que se dice solidaria, porque es capaz de dar unos pocos euros y mirar hacia otro lado. Estar en la zona desarrollada no nos debería permitir lavar nuestras conciencias solidarizándonos "de boquilla" con unas imágenes espeluznantes, que son la máxima expresión de la violencia, porque encierran el secreto de la pérdida de muchas vidas humanas, que parece que no son de nadie, pero que se configuran como el gran monumento a la vergüenza de este mundo al que se llama desarrollado.   

jueves, 18 de noviembre de 2010

¿Por qué meter la pata?

Mediada la semana, la campaña catalana avanza por derroteros que desde luego no van a estimular demasiado a los electores. Artur Más se ha empeñado en imprimir a su periplo de estos días un tono aburrido, bastante plano, con la seguridad de que lo que más le interesa a CiU es dejar las cosas tal y como están en este momento; es decir, una mayoría muy holgada que roza la absoluta. No merece la pena arriesgar, cuando se da por hecho una victoria cantada que le permitirá gobernar sin problemas.
La irrupción en la campaña de los jóvenes de los partidos, por increíble que parezca, no es capaz de estimular al voto. Sus propuestas intentan ser originales y acaban por convertirse en quebraderos de cabeza para los partidos. Nuevas Generaciones trató de apoyar a Alicia Sánchez Camacho con un videojuego, algo que no podría ser mala idea si no fuera porque los diseñadores decidieron poner a la candidata del PP, Alicia Croft, como una heroína que... cazaba inmigrantes ilegales e independentistas. No sé a quién se le ocurriría tal “originalidad”, pero el caso es que flaco favor le han hecho. Parece mentira que cuando desde el principio de campaña ya se adivinaba  que la decidida actuación del PP contra la inmigración ilegal sería manipulada por los grupos de la oposición, haya quien frivolice desde el partido. Un error que no se podían permitir, por su coste en términos de imagen.
Claro que no se quedan atrás las Juventudes del PSC, que anoche dieron a conocer su última ocurrencia, un vídeo en el que una joven siente un orgasmo al sobar la papeleta del PSC y al introducirla en la urna. Explícito a no más, con el lema “Votar es un placer”. No quiero ni pensar la que se hubiera montado si hubiera sido el PP el que hubiera utilizado la imagen de la mujer para semejante videoclip. Dicen que con ello se trata de captar el voto más joven; pero lo que consigue es el rechazo de ver cómo se frivoliza nuevamente con la imagen de la mujer y con el hecho de ejercer el derecho al voto. Los jóvenes no son tan simples, tan vacíos, como para sentirse llamados a votar por una situación semejante. Lamentable.
Está claro que lo que se lleva es llamar la atención a costa de lo que sea. Inauguró la moda el candidato de Esquerra, Joan Pigcercós, con el agravio comparativo con Andalucía (“En Andalucía no paga ni Dios”); que como le ha dado buen rédito en términos de publicidad, lo ha ampliado al eje Sevilla-Madrid-Bilbao-Pamplona, que dice perjudica económicamente de forma grave a Cataluña por el sistema foral Navarro y Vasco y por la distribución de los fondos comunitarios. Vamos, que a partir de estos momentos ERC se va a volcar en intentar vender que cualquier región española perjudica a Cataluña por el simple hecho de existir, lo que demuestra hasta qué punto esta formación está desesperada ante el previsible descalabro electoral.
Urge una llamada al sentido común, a reconducir la campaña y a aprovechar este tiempo para hablar de Cataluña y de sus problemas. Los ciudadanos tienen suficiente madurez para recibir mensajes en positivo durante las campañas. Las salidas de tono no benefician a nadie y lo único que consiguen es alejar a la sociedad de la vida política, lo que no augura nada bueno para el futuro.... Quedan 10 días para reconducir las cosas.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tan ansiados, como denostados.

¡Voilà! Estamos a las puertas de un nuevo globo sonda, o ante una nueva maniobra de despiste, que ambos casos se confunden cada vez más. Las palabras ayer de Manuel Chaves, asegurando que el Gobierno estudia ligar los salarios de los funcionarios a la productividad de los mismos, ya han fijado posiciones. No tiene mucho sentido lanzar ahora esta propuesta, cuando se habla de retomar el diálogo social roto tras la reforma laboral, porque los sindicatos tienen claro que ya hay mecanismos de productividad vigentes, que si no se aplican es porque el Gobierno no quiere o porque sabe que eso cuesta dinero y no va a gastar ni un euro más.
El debate sobre las retribuciones de los funcionarios es recurrente. Aparece y desaparece como el Guadiana, porque es uno de esos asuntos que siempre captan la atención ciudadana, ya que no son pocos los sectores de la sociedad que no dudan en poner en la picota a los empleados públicos por cualquier cosa. Lo cierto es que el acceso a la función pública se hace por oposición, lo que implica una formación y la preparación específica para el puesto que se va a desempeñar. Su ejercicio, debe ser la plena garantía de los derechos y los deberes de los ciudadanos y justo es decir que la gran mayoría de los empleados públicos cumplen su tarea con entrega; pero sí existe una minoría que no cumple con ese servicio público que detentan y son ellos los que dan tan mala fama al sector.
Si bien es cierto que los funcionarios tienen un trabajo para toda la vida, no es menos cierto que su promoción es mucho más difícil y menos reconocida que la de la empresa privada. No son iguales y por tanto no se pueden comparar, porque mientras los funcionarios cobran del dinero de todos y tienen seguridad, en el sector privado es el dinero particular el que paga las correspondientes retribuciones y no hay puestos garantizados.
Es la fijeza en el puesto de trabajo lo que genera el gran deseo ciudadano de tener un puesto de funcionario, y mucho más en un momento en el que tener trabajo es el bien más cotizado. Y es el exceso de aparato administrativo, la duplicidad de funciones y el solapamiento de competencias, lo que contribuye a la mala imagen de la tarea que se realiza.
En España hay casi 2.660.000  empleados públicos entre todas las administraciones, lo que supone que hay un empleado público por cada 17,58 habitantes. No es exagerado, si lo comparamos con el resto de los países más avanzados de la UE. Son las Comunidades Autónomas las que tienen mayor número, 1.345.500. La Administración Central mantiene 583.500; la Administración Local 627.100 y las Universidades 102.900.
Este inmenso ejército de trabajadores es el que permite funcionar la administración, tarea nada fácil y muy compleja, por lo que se exige una cualificación que tiene que estar en constante evolución. Es imprescindible su formación continua y el resultado debe ser el de una administración más ágil, menos compleja y más próxima al ciudadano. La gran tarea a realizar ahora es la de ajustarla y solucionar la crisis de crecimiento que ha tenido por la descentralización de competencias. Ello implicará redefinirlas en algunos casos, nunca suprimirlas y aceptar un debate serio y riguroso sobre el papel de cada cual. Lo han dicho varios dirigentes del PP, con la consiguiente manipulación socialista de que lo que quieren es quitar competencias a las autonomías. Da la impresión de que prefieren el modelo actual, porque es el que le permite mantener permanentemente abierto el debate de los funcionarios.

martes, 16 de noviembre de 2010

Cuando el miedo domina la escena...

Si no fuera por el desastre de la política exterior española, una pensaría que la actuación del Gobierno en relación con la intervención de Marruecos en el Aaiún, era producto de una muy elaborada estrategia diplomática. Pero ateniéndonos a los hechos y a la historia, mucho me temo que lo que está pasando es que el PSOE está pagando favores al monarca dictador, porque es imposible que se haya pasado del blanco al negro, sin recorrer la escala de grises.
Los proactivistas saharauis denuncian que están muriendo estos dias con la brutal acción del ejército y la policía marroquí, saharauis españoles. Ya hay certeza de al menos un muerto, se ha echado e insultado a periodistas españoles, que comenzaban a contar la barbarie de la actuación marroquí en los campamentos saharauis, y sin embargo desde España se ponen paños calientes, se lamentan los sucesos y se evita por todos los medios la condena a la actuación de Marruecos. Para remate, ahí está la desautorización socialista a su diputada Fátima Aburto, quien pretendía que todos los grupos firmarán un comunicado de apoyo al pueblo saharaui y de condena por las muertes que se han producido estos días.
¿Qué ha pasado para que el PSOE, que durante años y años se alineó con el pueblo saharaui en sus campañas (ahí están las fotos de Trinidad Jiménez con las chapas de apoyo al Frente Polisario) ahora sea incapaz de condenar las agresiones que le inflinge Marruecos?... Desde luego no es fácil entenderlo y mucho menos, cuando la flamante Ministra de Exteriores dice que el PSOE apoya la autodeterminación, pero que no corresponde al Gobierno de España investigar o condenar lo acontecido en el Aaiún. Curiosa respuesta, más cuando no hay ninguna duda en lanzar una condena en tromba si es Israel quien ataca posiciones palestinas...
Cierto es que la diplomacia con Marruecos es compleja. Por su posición geoestratégica y su acción como barrera islámica, goza de un privilegiado trato con Estados Unidos o con Francia; pero no es menos cierto que eso no da derecho a tener “patente de corso” con España, país al que siempre ha mirado con recelo y con los afanes anexionistas de nuestras plazas en África. La prueba más evidente es que cuando invadió Perejil, en febrero de 2003, Aznar logró el respaldo de EEUU para actuar sin contemplaciones en la defensa del territorio español. Y a partir de ahí empiezan algunas de las casualidades.
Cuando peor estaban las relaciones del Gobierno con Marruecos porque Aznar no se dejó quitar Perejil, Zapatero se marchó a presentar sus respetos al monarca marroquí. Desde entonces, jamás ha habido una crítica y sí fotos (septiembre de este año), donde aparecen Zapatero y el monarca en foto oficial y sólo con la bandera de Marruecos... Y todavía no se ha dado una explicación convincente al hecho.
Y luego están algunos datos inquietantes: hay declaraciones de Josep Piqué, cuando era Ministro de Exteriores, en las que reconoció que Marruecos “advirtió” de las complicaciones con el terrorismo islámico si no había respaldo español a su política exterior. Al año de los sucesos de Perejil, un atentado todavía no esclarecido, pero con marcado acento islamista sacude, ¡y de qué forma!, a nuestro país. El PP pierde unas elecciones que antes del atentado nadie daba por perdidas.
Recientemente, en lo más insólito posible, el Consejo de Ministros (septiembre de este año) concede la Gran Cruz de la Orden de Carlos III a Driss Jetou, que era el Ministro marroquí que dio la orden de intervención en Perejil...  No sé, son muchas coincidencias, demasiadas, y una explicación no dada... ¿Qué teme el Gobierno español si condena la brutal acción de Marruecos en el Sahara?... Sólo Zapatero tiene la respuesta. 

lunes, 15 de noviembre de 2010

Por fin ZP entró en la campaña.

El primer fin de semana de la campaña de las elecciones catalanas ya deja ver por dónde van las cosas. Se ve un CiU autosuficiente, muy seguro de su victoria y a la espera de los “novios”, en caso de ser necesarios, y seguros de que conseguirán pingües réditos con ellos... El PSC está a la espera del milagro, volcado en explotar sus diferencias con el PPC, al que no duda en descalificar con la más rastrera de las posiciones... El PP pisa el acelerador en una campaña en positivo, insistiendo en su apuesta por Cataluña en España y por eso no duda en contar con los barones regionales del partido... Finalmente, hay una Esquerra que ve tan mal las cosas, que no duda en rescatar la figura de Carod para mantener a los incondicionales y evitar la debacle que le vaticinan las encuestas.
Después de que Rubalcaba excitara los ánimos de los suyos a lomos de la proclamación de anticatalanismo del PP, Zapatero viajó ayer a Barcelona para seguir trabajando las “PPfobias” y apoyar a los suyos rescatando los atavismos marginales de siempre. Otra vez sacó a la iglesia a paseo y llegó a preguntar si tiene que hacer las leyes que quiere la gente o las que quiere el Papa (¿?). Zapatero ya no sabe a qué recurrir para arañar votos, para intentar evitar un desplome en sus tradicionales feudos a la vista del evidente desgaste Montilla. Y es que salvo el aludido Montilla, nadie echa de menos al tripartito y hay un intento de publicitar bajo el epígrafe de “políticas sociales”, un puñado de leyes que jamás han sido reclamadas por la mayoría de los españoles, que enfrentan a colectivos sociales, pero que tratan de rentabilizar a base de lobbys poderosos que controlan un puñado de votos.
El PP prefiere obviar los ataques e ir a lo suyo. Alicia Sánchez Camacho, que ayer reinó en las entrevistas periodísticas dominicales, trata de dar la imagen de normalidad frente a ese pacto no escrito de los restantes partidos, que demonizan al PP por su condición de partido nacional. Sánchez Camacho logró una buena foto con Feijoo y Basagoiti, foto que rompe los límites de Cataluña, y pone de manifiesto la unidad de una nueva generación de barones del PP, que desde su juventud y su probada experiencia, desde su mente más abierta y su compromiso por los territorios, creen en una nación cada vez más unida y más fuerte. Se trata de una nueva política en las instituciones, más comprometida con los problemas de los ciudadanos, sin complejos, dispuesta a afrontar las soluciones sin miedo a las críticas interesadas y malintencionadas, que sólo buscan captar votos, aunque sea costa de respaldar situaciones que están perjudicando de una forma muy grave a toda la sociedad. Hablar de xenofobia porque se quiere poner orden en la inmigración, porque se quiere regular a los que carecen de papeles, porque se quiere racionalizar el trabajo que hay, es de una irresponsabilidad que clama al cielo. Pero quienes han abierto la puerta a la llegada de inmigrantes, generando falsas expectativas que luego han tenido un coste brutal en términos de humanidad y de seguridad ciudadana, se permiten ahora el lujo de criticar a quienes tratan de regular lo que pide una gran mayoría de los ciudadanos.
Artur Más prefiere una campaña de perfil más plano, porque su gran crítica hasta ahora es que PSC y PPC necesitan a los líderes nacionales del partido. Sabe que es ganador y que si necesita apoyos para gobernar, no le van a faltarán para conseguirlo. No arriesgará ni dará baza a una Esquerra en declive, cuyo referéndum por la independencia no cala como esperaban. Por eso han rescatado a Carod para intentar reeditar los buenos réditos en las pasadas elecciones. 
Vayamos ya a por la semana de las propuestas, de los primeros debates y de las primeras sorpresas... Estaremos atentos.

viernes, 12 de noviembre de 2010

La carrera del 28-N.

Ya estamos en campaña. Es la primera de la larga serie que nos espera en los próximos meses, hasta que lleguemos a las elecciones generales del 2011. Para muchos estamos ante unas elecciones que afectan sólo a la Cataluña, pero no es descabellado pensar que habrá consecuencias importantes en el panorama político nacional.
Si en Cataluña se dilucida si CiU tendrá o no mayoría absoluta, si el PSC conservará parte de su voto y puede reeditar el tripartito o si el PPC mejorará lo suficiente para ser clave en la formación de un gobierno de CiU; en la vida política nacional hay otras claves muy importantes, como son el pulso sobre los liderazgos en los grandes partidos. Una derrota sin paliativos del PSC cuestionaría aun más a Zapatero que. en sordina, está muy cuestionado en el seno del PSOE. Si el PP no sube sustancialmente, el liderazgo de Mariano Rajoy podría volver a ser cuestionado por los de siempre, que parece que velan cualquier derrota para cercar al líder popular. En este caso, las presiones no sólo serían externas, sino que se provocaría un ruido mediático que tratarían de hacer la situación insostenible. Todo para intentar frenar las buenas perspectivas de las municipales y autonómicas y hacer tambalear al partido ante las generales del 2011.
¿Qué pasará estos días en Cataluña? Es una buena pregunta, porque esta campaña encierra mucha intrahistoria. Artur Más está seguro de la victoria y sólo tiene la duda de en qué forma se va a producir. El PP sospecha que puede haber un preacuerdo con ERC para convocar un referéndum por la independencia, el gran argumento de campaña del partido de Carod Rovira, que ha preferido suavizar su imagen con un más ilustrado Puigcercós.
El PSC no tiene buenas vibraciones y firmaría ahora mismo repetir resultado y reeditar el tripartido. Esa será la estrategia de un gastado Montilla, que ha buscado refuerzos (?) en un aburrido Corbacho, que regresa a Cataluña tras un fracaso estrepitoso en el Ministerio de Trabajo. A la vez, los socialistas tratarán de desarrollar la estrategia de desgastar al PPC, ya que si lo consiguen, de paso estarán provocando un daño colateral muy importante al PP nacional y eso permitiría recuperar terreno al PSOE..
El PPC no lo tiene fácil. El cerco es general. Todos los partidos manejan un lenguaje ambiguo, imbuidos por un nacionalismo que se envuelve a la mínima en la bandera de la independencia. Sólo el PP exhibe la bandera de una Cataluña fuerte, integrada en una España fuerte y plural. Sólo el PP defiende sin complejos la convivencia en paz y en libertad de las dos lenguas, las oportunidades en educación y el trabajo en libertad de todos los que hasta Cataluña llegan. Hablar claro tiene su precio y si se dice que la inmigración ilegal es un problema que hay que solucionar, todos se lanzan a calificarlo de racismo, algo que estoy segura que ni siquiera ellos mismos comparten, pero de lo que tratan de sacar rédito. Al PP le van a dar la campaña, porque hasta Ciudadanos buscará robar votos con su ambiguo y tramposo mensaje. Todos saben que el PP se juega mucho en estas elecciones. No será limpio, porque el nacionalismo militante lo quiere dominar todo y uniformizar las posiciones. Y eso no es lo que necesita Cataluña, que pide aire para respirar y para recuperar el pulso y la fuerza que siempre tuvo. El 28 de noviembre hay mucho en juego y tenemos que prepararnos para ver absolutamente de todo...

jueves, 11 de noviembre de 2010

Árboles para tapar el bosque.

Han sido tantas las críticas recibidas por el Gobierno Zapatero al mirar hacia otro lado en los enfrentamientos en el Sahara, que no le ha quedado más remedio que mover ficha y enviar a Moratinos a la zona. En principio ha ido a Argel a preparar la Cumbre del Mediterráneo prevista en Barcelona, que por cierto no se sabe si se celebrará, así que todos los analistas consideran que ha ido a ver si puede mediar en la tensión que viven Argelia, Marruecos y el Sahara. Es curioso que en el primer conflicto diplomático en el que puede intervenir España, Zapatero no envíe a su nueva flamante Ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, que sigue tranquilamente su periplo por Latinoamérica y para en Quito, interesándose por los problemas del sector hipotecario en Ecuador... Increíble.
A medida que pasa el tiempo y desgraciadamente se confirma que los brotes verdes son una mera fantasía en la mente del Gobierno, sufrimos un ejercido de despropósitos y de cortinas de humo para que no se hable de economía, el gran problema que tiene el país. Cualquier situación u ocurrencia se usan para generar un debate que no sea económico y que distraiga la atención. Veamos algunos ejemplos de los últimos días:
Arranca Felipe González en El País, con su sorprendente declaración sobre ETA que acaba teniendo todo tipo de interpretaciones. Una muy plausible es que González ha querido reforzar ahora la figura de Rubalcaba, que no olvidemos que fue portavoz del Gobierno en la época de los GAL, asumiendo que en aquella época era él el que tenía toda la información y la capacidad de decisión... Vino después la reunión de barones socialistas con los tres vice presidentes del Gobierno y con foto incluida con el Presidente. La sesión fue un acto de reafirmación socialista, una terapia de grupo ante la compleja situación del partido, buscando desesperadamente poner en valor los dos puntos de mejoría que dan las últimas encuestas... Sin embargo, no se acallan las críticas internas a la falta de soluciones del Gobierno ante la crisis y por ello se destapan esas leyes que guarda Zapatero en su cartera, que la sociedad no demanda, pero que mueven a los sectores marginales que con tanta frecuencia alimenta el PSOE para intentar asegurarse su granero de votos... Ahora sale otra vez a la luz el borrador de la Ley de libertad religiosa. Que si sí, que si no... los más radicales del PSOE la quieren a rebufo de la visita del Papa, pero parece que el Presidente la deja para más adelante, porque todavía queda mucho para las elecciones generales y entonces puede ser su momento... Y por último, ha venido la brutal intervención de Marruecos en el Sahara, que es algo que nos toca de cerca aunque el Gobierno, como siempre, no ha querido saber nada porque afecta a Marruecos y parece que si tomamos posición, tenemos un conflicto. Una muestra más de la tibieza de nuestra política exterior que cubre el expediente con Moratinos y trata de ganar tiempo en espera de que las agitadas aguas africanas vuelvan a su cauce.
Y mientras todo esto sucede, las ventas de coches se han derrumbado, las de las viviendas en octubre se han vuelto a caer y las esperanzas de mejorar los datos del paro se van diluyendo. ¡Si es que este Gobierno es incapaz de dar razones para la confianza!... Dedica su tiempo a maquinar apariciones públicas que den idea de una actividad pública y política que es incapaz de ser visualizada como acciones competentes y positivas para los mercados y para el ánimo de los españoles. No podemos seguir siendo un país triste... Tenemos que saber mirar al futuro y encarar los problemas. Lo malo es que quien lleva la batuta, pierde el tiempo y ya sólo piensa en el posible estrago de las catalanas. Tal vez por ello, ahora la estrategia del PSC es erosionar al PP catalán, para intentar dañar a Rajoy; mientras, Ciudadanos se frota las manos y aprovecha para beneficiarse de las miserables estrategias del PSC, en un ejercicio de parasitosis política que hay que denunciar. 

martes, 9 de noviembre de 2010

La "x" calienta el ambiente.

Que hoy sea fiesta en Madrid y que en la capital de España vivieran muchos ayer una jornada de puente, no ha evitado que los dos grandes partidos PP y PSOE, reunieran a sus máximos órganos de Gobierno, prueba de que las maquinarias de campaña ya están en marcha y hay mucho trabajo por delante.
Las estrategias son muy diferentes, ya que mientras en el PP se hace un claro llamamiento a que no haya certeza de victoria, sino espíritu y trabajo para la victoria, en el PSOE la cosa es muy diferente y lo que se hace es un desesperado llamamiento a la confianza. Sólo desde esa perspectiva puede interpretarse el coro de voces socialistas que ayer clamaban por la victoria. En Cataluña, Marcelino Iglesias auguraba una buena remontada del PSC, en Castilla-La Mancha se descalificaban las encuestas que dan la victoria a Cospedal y en Oviedo, José Blanco auguraba una victoria del PSOE “con Cascos o sin él”.
Curiosa estrategia la que emplea el PSOE para mantener alta la moral de sus bases e intentar rentabilizar el ligero repunte que le dan las encuestas a raíz del cambio de Gobierno, y cortina de agua para intentar aplacar el incendio de las declaraciones de Felipe González a El País, que para sorpresa y disgusto de muchos socialistas, reabre nada más y nada menos que la polémica sobre el origen y el mando de los GAL... Desde luego la macroentrevista no era un favor a Zapatero y Rubalcaba, porque el ex presidente confesó haber tenido en la mano la decisión de “volar” a la cúpula de ETA. No puede haber confesión más clara, mas inoportuna y más peligrosa, porque si González reconoce que tenía la información y sobretodo, que tenía también la decisión, no es descabellado pensar que en su mano estaba dar la orden de poner en marcha o de parar la guerra sucia. Es una especie de reconocimiento tácito de que el poder era él y que el control lo tenía él. Si a ello unimos la defensa a ultranza de la cúpula de Interior, que fue condenada por los tribunales por su participación en la guerra sucia, convengamos que sólo hay una conclusión: que González ayer desveló las claves que despejan la incógnita de quién era el señor X.
El PP ya lo ha apuntado y González lo ha propiciado. Guste o no, Felipe González es una persona muy inteligente, que no comete errores en sus declaraciones, que dice lo que cree y lo que quiere, por lo que seguro que hay una intencionalidad de sus afirmaciones. Lo más seguro es que con esta tácita autoinculpación y las justificaciones posteriores, lo que buscaba era lavar la imagen de lo que pasó en aquellos duros años con asuntos como el secuestro de Marey, los fondos reservados, Galindo, Vera o Barrionuevo. Sin embargo, el resultado final es muy diferente y reabre una polémica que puede tener un precio muy alto para el actual Gobierno, que será quien tenga que afrontar las consecuencias. Por si acaso, lo primero ha sido hacer de la necesidad virtud y ahí está Rubalcaba defendiendo a González y un insólito Bono, que ha defendido a González de la “A a la X”, otra evidencia sobre el reconocimiento del significado de la famosa X.
Mientras este terremoto sacude al PSOE, en el PP ya ven en González, no sin razón, al señor X, asunto sobre el que incidirán, aunque saben que el verdadero enemigo ahora es el exceso de confianza. Contra eso clamó ayer Mariano Rajoy, consciente de que la izquierda mediática seguirá adelante con los datos de las encuestas sobre presunta falta de confianza en las políticas del PP. Es de prever que los populares no vuelvan a ser tan inocentes como responder a las trampas mediáticas que dan munición extra al PSOE, y por ello está muy bien la advertencia de que el PP no sólo es el partido mejor situado en intención de voto, sino que es el partido que más confianza ofrece a los españoles a la hora de resolver los problemas de carácter económico.
Una incógnita despejada: González calienta los prolegómenos de las catalanas. 

lunes, 8 de noviembre de 2010

Si queremos, podemos.

No voy a volver sobre el fondo y las consecuencias de la visita del Papa. Ya se ha hablado mucho de ello y aún tendremos algunos coletazos. Sin embargo, sí quiero referirme hoy a un aspecto que me parece destacable, por el modelo de convivencia, de respeto, y sobre todo de normalidad que ha tenido. Hablo del uso que se ha hecho de las lenguas en el transcurso de la misma. Una convivencia modélica de todas las sensibilidades que no ha generado ninguna crítica, en un país que tan aficionado es a motar líos por todo.
La iglesia ha apostado por unir la convivencia en normalidad de las lenguas y el resultado ha sido alentador, porque nos hace albergar esperanzas de que, tal vez, en un futuro no muy lejano, se pueda acabar con esta inútil guerra de guerrillas que tanto daño está haciendo a los territorios y tanta distancia ha sembrado entre muchos ciudadanos... Teniendo la iglesia como tiene un idioma oficial, el latín, renunció a él en las celebraciones y optó por responder a las sensibilidades territoriales y emplear la riqueza multilingüística de nuestro país. Lo hizo sin imponer una sobre otra, sin contraponer una lengua a otra, utilizando todas en una combinación asumida por la sociedad como debe ser: como un hecho convivencial que enriquece.
¿Qué extraemos de todo esto?... Lo primero, que las imposiciones no sirven para nada, sólo para distanciar poco a poco. Lo segundo, que la lengua es un vehículo de comunicación y cuando hay mensaje, que se emplee una u otra es indiferente, lo que importa es el contenido. Lo tercero, que deberíamos ser lo suficientemente inteligentes como para buscar los elementos que unen y considerar las cosas, los hechos, las culturas, como propias, independientemente de la lengua en que sean expresadas.
Gaudí y su obra es universal. Que haya grabados en su impresionante legado en catalán, no molesta a nadie, porque es patrimonio de todos. No se rechaza, como tampoco se hace si estuviera en español o en latín. Estoy convencida de que ayer, todos consideramos esa Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona como nuestra y nos sentimos orgullosos de que esté construyéndose en España, en Cataluña, y no fuera de nuestro país. Qué decir de la impresionante secuencia del Papa peregrino en Santiago, en un santuario emblemático de la Cristiandad que está en España y no en otro lugar del mundo. Lo dijo el Rey ayer al despedir al Papa, son nuestras raíces comunes y eso es un verdadero tesoro. La misma raíz que tienen nuestras lenguas, la misma raíz que tenemos todos los españoles, que si sumamos esfuerzos y nos ponemos a trabajar en común, tendremos un futuro esplendoroso por delante.
Estos días ha sido la iglesia (que no olvidemos que no es un edificio, sino un colectivo) la que ha sabido poner en valor esa unidad. Hagámoslo los ciudadanos... y si la clase política es incapaz de verlo, se verá arrinconada y castigada en las urnas. España tiene un patrimonio envidiable, es una lástima que tengan que acontecer situaciones extraordinarias para que sepamos verlo en todo su esplendor. Si la lección sirve de algo, habrá merecido la pena.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Poner tierra de por medio...

Que Zapatero no haya estado en España durante la primera jornada del viaje del Papa bien merece un comentario. Nada se sabía de las intenciones del presidente para esta jornada de sábado, pero el lío manifiesto que tenía el Gobierno sobre el protocolo que aplicar a la visita papal, tenía que imponer alguna sorpresa. Zapatero no podía soportar el masivo respaldo popular al pontífice y decidió poner tierra de por medio, la mejor forma de demostrar su indiferencia o rechazo a la visita.
Si el Papa viene en avión, Zapatero se va en avión a visitar a las tropas españolas en Afganistán. No había otro momento para programar la visita... Sin duda ha sido una estrategia para intentar robar la primera página informativa a Benedicto XVI, una estrategia lamentable porque demuestra hasta qué punto el presidente está fuera de la realidad de lo que hoy concitaba la atención en España. Una muy discutible forma de eludir su responsabilidad para con los españoles y con tan ilustre visitante.
Zapatero es el presidente de todos los españoles, incluidos los católicos. El error que ha cometido es el de no saber estar, no abordar ciertas cuestiones de Estado con naturalidad, dejando a un lado sus particulares complejos (o fantasmas) y no ser capaz de entender que el viaje del Papa entra dentro de sus tareas de representación y por eso tendría que haber recibido a un jefe de estado, porque el Papa es jefe del Estado Vaticano. Sin duda, haber cumplido con su obligación institucional hubiera sido bien visto por la mayoria de los españoles.
Pero la trayectoria de Zapatero demuestra que lo suyo es estar al lado de los grupos marginales y en este caso ha preferido dar satisfacción al conjunto de laicistas anticlericales, anticuras, que tanto se alteran cada vez que en su cercanía ven una sotana o un símbolo religioso... católico, por supuesto. Ha demostrado una vez más que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias y se ha alejado de un acto respaldado por miles de ciudadanos.
El Papa estará hoy en Barcelona y consagrará la Sagrada Familia. Volverá a recibir el clamor de miles y miles de fieles; un clamor que tal vez Zapatero, por su falta de cintura política y por su incapacidad demostrada, no vuelva a recibir jamás de los ciudadanos, de los que cada vez está mas distante.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Siempre dando la nota...

A partir de mañana, la noticia en España, pese a quien pese, será la visita del Papa a Santiago de Compostela y a Barcelona. La segunda visita del máximo representante de la Iglesia Católica está levantando una oposición que sonroja. De nuevo un sector de la denominada progresía de izquierdas, que disfruta exhibiendo su laicismo y su anticlericalismo, acaba de encontrar un caldo de cultivo en la figura de Benedicto XVI.Somos un país de extremos, lo mismo preparamos la recepción más impresionante, que nos volcamos en mostrar el más furibundo rechazo. Y claro, esto pone en pie de guerra a los partidarios y a los detractores.
Dejemos clara una cosa, la gran mayoría de la sociedad no se opone a la visita del Papa y la acoge desde la normalidad que supone la visita de un personaje ilustre, que es respetado y admirado en el mundo entero. El Papa, al margen de las creencias, siempre ha sido visto como un hombre de paz, un líder espiritual y, sobretodo, una gran oportunidad para la difusión de las zonas que visita. España es un país mayoritariamente católico y la visita de su líder no ofende, ni tiene por qué levantar ampollas, ni tiene ha de tener otra significación que la dimisión espiritual de su viaje... Como cualquier otro jefe de estado, su desplazamiento impone un sistema de seguridad que, es verdad que es mayor que con otros líderes mundiales y que obliga también a prever contingencias en los preparativos de las grandes concentraciones. Pero lo mismo que pasa en grandes conciertos públicos, grandes concentraciones cívicas o deportivas o grandes visitas, como por ejemplo las recientes vacaciones de la esposa de Obama a Andalucía... La patulea progre, en estos casos no protesta.
Nadie que no albergue en su interior la intolerancia, el rencor, los atavismos más bajos, puede sentirse ofendido por esta visita y lo que acarrea, porque prescindiendo del carácter espiritual, es una inversión económica de primera, ya que la proyección mundial de Santiago de Compostela o de Barcelona serán impresionantes, porque la cobertura mundial está garantizada.
De la importancia que ha despertado este viaje hablan los datos: son 3.000 los periodistas acreditados para su cobertura, de los que 600 lo seguirán en su totalidad, 900 más estarán en Santiago y nada menos que 1.600 en Barcelona; la señal de televisión, que la producen las Cadenas Autonómicas, se distribuirá a todo el mundo y el cálculo más bajo apunta que seguirán el viaje por la tele más de 150 millones de personas. Durante 32 horas Santiago y Barcelona serán las ciudades del mundo que mayor seguimiento informativo tengan... ¿Es o no es rentable para España este viaje?... Aunque se defienda la pose del laicismo,¿es responsable no apoyar una acción de este tipo?...
¡Pero cómo no van a encontrar los grupos hostiles un caldo de cultivo adecuado en la laicidad de un gobierno tan paleto, si a estas alturas aún no sabe qué protocolo dará a la visita!... Es increíble ver a un Presidente del Gobierno más preocupado de no verse fotografiado en los actos religiosos, que de hacerlo en la proximidad de un personaje que le garantiza una imagen en todo el mundo. Hablo del mismo personaje que se quedó sentado para agraviar a la bandera americana en el desfile de la Fiesta Nacional, con el consiguiente perjuicio internacional para nuestro país.
La sensibilidad del Papa ha ido en este caso más allá, porque utilizará en Barcelona el catalán, lo que supone, como bien dijo ayer Rajoy, el mayor favor y la mayor proyección a la lengua y todo desde la normalidad, sin la necesidad de que ello suponga que los nacionalistas capitalicen la visita, como ya lo han intentado.
La patética secuencia de un humorista ayer en la Plaza Sant Jaume comparando al Papa con un payaso, agitó el fervor de 3000 contrarios que no aceptan la visita, pero al mismo tiempo dio una imagen lamentable de Barcelona que no se corresponde con la realidad... La ciudad tiene el privilegio de albergar la obra cumbre del genio Gaudí que el domingo consagrará Benedicto XVI y eso supone contar con un gran centro espiritual y una gran polo de atracción de visitantes que será referencia en el mundo entero. Agitar el anticlericalismo irracional y caduco de nostálgicos progres y antisistema, es un error de graves dimensiones por las consecuencias para la imagen exterior de un país moderno y tolerante. Los primeros que deben de tomar nota son los representantes del Gobierno que están dando con todo esto, un ejemplo bochornoso.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Al pan, pan...

Es curioso cómo partidos que defienden los postulados más firmes de la izquierda, se han colado en la política para cosechar los votos del centro derecha. UPyD de Rosa Díez, ha hecho de la unidad nacional una bandera que tapa su contrastado programa de izquierdas; y Ciudadanos-Partido por la Ciudadanía, de Albert Rivera, ha aprovechado la defensa de lo español para intentar arañar votos al PP de Cataluña.
A punto de comenzar la campaña electoral en esta comunidad, bueno será detenernos a desenmascarar a un partido que se envuelve en el antinacionalismo y la ambigüedad de su mensaje, para confundir al electorado de centro. Esta formación intenta pescar en el río revuelto y presentarse como el único defensor de los intereses de Cataluña en España y viceversa. Pero si escarbamos un poco, lo único que encontramos es a un político oportunista, Albert Rivera, que en lugar de realizar propuestas, opta por la imagen llamativa, llegando a fotografiarse desnudo para llamar la atención.
En Ciudadanos, el programa electoral es secundario y prácticamente desconocido. No difunde sus propuestas y si lo hace, procura que no se note. Su acento es la defensa del español y volcarse en una ácida crítica al nacionalismo catalán. Poco más... Con ello se trata de captar la atención del voto español en Cataluña, voto que mayoritariamente es del centro derecha, y que no hay ninguna duda de que rechazarían los postulados radicales que defienden Rivera y sus cuatro amiguetes.
Para confundir aún más, en las pasadas europeas se integraron en la coalición Libertas, cuando sus posiciones programáticas eran muy distantes. Desde Ciudadanos se ha llegado a acusar al PSOE de ser tibios en la ampliación de la ley del aborto, defienden un laicismo militante o mantienen un posicionamiento favorable a la eutanasia. Para suavizar la cosa, ellos mismos se definen de centro izquierda. No olvidemos que su germen fue la plataforma Ciutadans de Catalunya, creada en junio de 2005 por un grupo de intelectuales catalanes que se oponían a las imposiciones del nacionalismo. Es decir, dicha plataforma estaba mayoritariamente integrada por conocidos personajes ligados a la izquierda, en muchos casos militantes, y cuyo posicionamiento no deja la menor duda.
Creer que votar Ciudadanos es lo mismo que votar PP es un grave error, no sólo por lo alejado del posicionamiento ideológico entre ambas formaciones, sino por la rigurosidad en el trabajo y en la defensa de los intereses de Cataluña... Ojo: Ciudadanos es una formación contra lo catalán y el PP es una formación a favor de Cataluña.Ciudadanos es tan excluyente como lo puede ser el nacionalismo radical y Cataluña no es una comunidad excluyente. Siempre ha sido tierra de integración y jamás debe renunciar a su historia, a su cultura, a su idioma y a su riqueza sociológica. Defender que no se imponga el catalán, no es argumento suficiente para otorgar el voto. Hay un día a día para el que hay que tener un programa serio y en él defender la convivencia en paz de las dos lenguas y el enriquecimiento cultural de quienes la utilizan. Lo que trata de hacer esta formación, es parasitar el trabajo del PP de Alicia Sánchez Camacho, que ofrece a la sociedad una propuesta transparente, sin ambigüedades y basada en la convivencia y en la tolerancia. Un voto al PP es un voto por Cataluña, uno para Ciudadanos es un voto perdido y abrir aún más el paso a los nacionalistas y a sus posiciones más excluyentes... A medida que avance la campaña se irá desenmascarando la realidad de un partido oportunista y sin propuestas eficaces para Cataluña.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

"Yes, we can”... Seguro?

La asunción del control de la Cámara de Representantes por los republicanos, con una ventaja mucho mayor de la esperada, supone un serio castigo a los demócratas en las elecciones legislativas americanas de ayer. La ilusión que generó Obama se ha volatilizado en sólo dos años, pese a que el Presidente se ha vaciado en estos comicios. Su estrella mediática se apaga entre el descontento y la frustración de los colectivos que apoyaron, sin  fisuras, que el primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos iba a ser un revulsivo para la sociedad americana y para el mundo entero.
Es cierto que en las legislativas americanas siempre suele vencer el partido que no gobierna, ya que se interpretan como una evaluación del mandato y una llamada de atención de la sociedad hacia el Presidente, para que corrija sus errores. Y a Obama, ayer, los americanos le han dicho que ni le convencen sus políticas, ni su denominado intelectualismo, ni su reforma sanitaria... O cambia su política o en dos años será desalojado de la Casa Blanca.
La frustración que ha creado es tal, que ayer no le funcionaron ni las redes sociales, ni los discursos “in extremis” a los jóvenes a través de las emisoras de música; porque la sociedad americana ha percibido que su Presidente ha sido incapaz de reconducir la política económica. Y es que tienen un 9,6% de paro y las conquistas sociales que proyectó, se demuestran carísimas para las arcas públicas, lo que no es aceptado fácilmente por los norteamericanos. Tratar de europeizarlos es un valor activo en EE.UU. y Obama se ha ganado el apodo de “socialista”, que es lo peor que podía haberle pasado. Los republicanos lo han rentabilizado y han logrado un buen golpe de efecto.
La sociedad americana es muy diferente a la nuestra y los resultados de aquellas tierras no se pueden extrapolar a las nuestras. Ellos tienen un sentimiento patrio que no abunda por estos lares, y para ellos ver cuestionado su potencial económico ante el avance imparable del gigante asiático, es una rémora que tiene un costo electoral claro. También lo tiene la caída del consumo y la ralentización de la economía; de ahí que Obama tenga que revisar algunas de las reformas sociales que tanto prodigó en su campaña ganadora y que tanto ilusionaron a algunos sectores del país.
Ni Obama representa al socialismo, ni los republicanos son la representación del PP. Nada que ver la política del otro lado del atlántico, porque los valores de ambas sociedades son muy diferentes y el estado del bienestar no se parece en nada. No defenderé cuál es mejor o peor, porque en ambos sistemas hay elementos que los hacen muy valiosos; pero en ambos casos sí hay algo que los hace comunes: la tasa de paro. En ambas sociedades se percibe como el gran problema y tiene un coste importante para los gobernantes, incapaces de afrontar con éxito su solución. En España duplicamos la tasa de paro con relación a EE.UU. y nuestra capacidad de crecimiento es muy inferior a la americana... Si en aquel país, con una democracia mucho más asentada y participativa que la nuestra, un personaje como Obama en sólo dos años pasa a ser cuestionado; sería impensable sostener a un gobernante como Zapatero, que después de negar la crisis, en apenas 3 años ha dilapidado un capital económico de un enorme potencial.
La sociedad americana ha dado un severo toque de atención a Obama, que se pensará muy mucho obviar el mensaje que le mandan los ciudadanos. Zapatero lleva años recibiendo avisos desde todos los sectores y desde todos los países desarrollados. Sólo el ultimátum de estos últimos le ha hecho variar algo sus posturas. El resultado hasta el momento es un país endeudado y con una tasa de paro histórica. Las urnas ponen a cada uno en su sitio y las encuestas en España ya avanzan lo que puede pasar dentro de año y medio... Es sólo cuestión de tiempo.

martes, 2 de noviembre de 2010

La irresponsabilidad de mirar atrás.

No son pocas las voces que se alzan contra la estrategia de Mariano Rajoy de no detallar su hoja de ruta en el caso de ganar las próximas elecciones. Algunas de esas críticas las han vertido en distintas ocasiones lectores de este blog, que no entienden cómo en una situación como la actual, Rajoy no pone blanco sobre negro sus soluciones. La respuesta la hemos encontrado en este prolongado fin de semana que acabamos de vivir. Ha bastado una entrevista del líder de la oposición en uno de los  medios de cabecera del PSOE, el diario El País, para que se haya destapado la caja de los truenos. Ha sido una operación perfectamente orquestada que ha revelado la estrategia socialista en estos casos.
La lectura detallada de la larga entrevista, pone de manifiesto la sintonía ideológica de Rajoy y el PP con sus correspondientes europeos, aclarando en todo momento que no es lo mismo España que Inglaterra, a la hora de aplicar la doctrina Cameron. Del contenido de la entrevista no se puede colegir que el estado del bienestar esté en peligro, ni que las “conquistas” sociales se vayan a acabar si el PP alcanza el poder, pero el “Comando Rubalcaba”, que todo lo controla, ha puesto la batidora en marcha y ha dejado caer que asoma el “doberman”. Al frente de la operación, se ha colocado el propio Pérez Rubalcaba, que en su primera aparición en mítines desde que es el dueño y señor del Gobierno, empezó por dar la consigna: ahora no se puede hablar de que el PP no tenga propuestas (ya que Rajoy las ha hecho), sino de que esas propuestas no las detalla porque no les gustarían a los españoles. Es la señal para que se hayan puesto en marcha todos los colectivos afines y beneficiados de la izquierda, para empezar a tejer el “cinturón sanitario” al PP... ¡Qué cosas hemos tenido que leer y escuchar estos días!
Que un partido critique los postulados de otro, entra dentro del juego democrático. Es sano y positivo, porque genera debate, y del debate y la sana confrontación de ideas sale la luz. Pero que la crítica se haga siempre en base de meter miedo, de tratar de infundir desconfianza en los ciudadanos, de cuestionar el estado de derecho y las conquistas sociales, es de una irresponsabilidad que espanta, porque no conduce a nada bueno. Lo que se consigue por este sistema es generar crispación y de paso evitar el cierre del maldito debate de las dos Españas, un debate que de una vez por todas se debería enterrar en este país. 
El PSOE ha prestado grandes servicios a la democracia. De eso no cabe ninguna duda. Su llegada al poder culminó la transición y nos metió de lleno en la democracia. Llegó el PSOE y no pasó nada, pese a las profecías de los agoreros y nostálgicos del régimen que, como hoy hacen los socialistas, utilizaban impúdicamente el factor miedo y la desconfianza, para tratar de cerrar el paso a la izquierda. Al PSOE le sucedió en el Gobierno el PP, y no sólo no se eliminaron las conquistas sociales que se implantaron en la era González, sino que se amplió ese estado del bienestar y se entró en la época de bonanza económica de la que ha estado viviendo Zapatero, hasta que la crisis ha puesto en evidencia su incapacidad para Gobernar el país. Volver a la guerra sucia, a intentar reabrir heridas, es mirar para atrás y una sociedad moderna no se lo puede permitir. Si insisten en la estrategia, los españoles se lo harán pagar al PSOE...