¡Voilà! Estamos a las puertas de un nuevo globo sonda, o ante una nueva maniobra de despiste, que ambos casos se confunden cada vez más. Las palabras ayer de Manuel Chaves, asegurando que el Gobierno estudia ligar los salarios de los funcionarios a la productividad de los mismos, ya han fijado posiciones. No tiene mucho sentido lanzar ahora esta propuesta, cuando se habla de retomar el diálogo social roto tras la reforma laboral, porque los sindicatos tienen claro que ya hay mecanismos de productividad vigentes, que si no se aplican es porque el Gobierno no quiere o porque sabe que eso cuesta dinero y no va a gastar ni un euro más.
El debate sobre las retribuciones de los funcionarios es recurrente. Aparece y desaparece como el Guadiana, porque es uno de esos asuntos que siempre captan la atención ciudadana, ya que no son pocos los sectores de la sociedad que no dudan en poner en la picota a los empleados públicos por cualquier cosa. Lo cierto es que el acceso a la función pública se hace por oposición, lo que implica una formación y la preparación específica para el puesto que se va a desempeñar. Su ejercicio, debe ser la plena garantía de los derechos y los deberes de los ciudadanos y justo es decir que la gran mayoría de los empleados públicos cumplen su tarea con entrega; pero sí existe una minoría que no cumple con ese servicio público que detentan y son ellos los que dan tan mala fama al sector.
Si bien es cierto que los funcionarios tienen un trabajo para toda la vida, no es menos cierto que su promoción es mucho más difícil y menos reconocida que la de la empresa privada. No son iguales y por tanto no se pueden comparar, porque mientras los funcionarios cobran del dinero de todos y tienen seguridad, en el sector privado es el dinero particular el que paga las correspondientes retribuciones y no hay puestos garantizados.
Es la fijeza en el puesto de trabajo lo que genera el gran deseo ciudadano de tener un puesto de funcionario, y mucho más en un momento en el que tener trabajo es el bien más cotizado. Y es el exceso de aparato administrativo, la duplicidad de funciones y el solapamiento de competencias, lo que contribuye a la mala imagen de la tarea que se realiza.
En España hay casi 2.660.000 empleados públicos entre todas las administraciones, lo que supone que hay un empleado público por cada 17,58 habitantes. No es exagerado, si lo comparamos con el resto de los países más avanzados de la UE. Son las Comunidades Autónomas las que tienen mayor número, 1.345.500. La Administración Central mantiene 583.500; la Administración Local 627.100 y las Universidades 102.900.
Este inmenso ejército de trabajadores es el que permite funcionar la administración, tarea nada fácil y muy compleja, por lo que se exige una cualificación que tiene que estar en constante evolución. Es imprescindible su formación continua y el resultado debe ser el de una administración más ágil, menos compleja y más próxima al ciudadano. La gran tarea a realizar ahora es la de ajustarla y solucionar la crisis de crecimiento que ha tenido por la descentralización de competencias. Ello implicará redefinirlas en algunos casos, nunca suprimirlas y aceptar un debate serio y riguroso sobre el papel de cada cual. Lo han dicho varios dirigentes del PP, con la consiguiente manipulación socialista de que lo que quieren es quitar competencias a las autonomías. Da la impresión de que prefieren el modelo actual, porque es el que le permite mantener permanentemente abierto el debate de los funcionarios.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
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Gracias Mireia por defender que la mayoría de los funcionarios somos gente normal,que trabaja y que no se dedica a vegetar a costa del dinero de los ciudadanos. A veces los funcionarios somos las víctimas de una falta de dirección política y de la incapacidad para dar una buena prestación a los ciudadanos.Nosotros aplicamos las normas que ellos dictan y en general tratamos de hacerlo lo mejor posible.No somos ogros,sólo personas que nos ganamos la vida con honestidad y al servicio de los ciudadanos.
ResponderEliminarNos han reciortado el sueldo de por vida,nos han hecho los malos de la película y ahora hablan de ligar nuestro sueldo a la productividad.¿La van a juzgar los políticos?.Es una vergüenza lo que está pasando.Son incapaces ellos de arreglar las cosas y nos utilizan como escudos para proteger su incapacidad y su desvergüenza.Los funcionarios no somos muñecos en sus manos,porque si la administración funciona es gracias a nuestro trabajo.
ResponderEliminarCuando este Gobierno no tiene con quién meterse,arremete contra los empleados públicos.En estos tiempos de crisis,como muy bien indicas Mireia,un peusto de trabajo es un tesoro y como los empleados publicos lo tienen fijo,pues eso genera envidias y recelos.No hay derecho a hacer de estos puestos de trabajo el pim,pam,pum del divertimento de un gobierno que se ve incapacitado para enderezar nada.
ResponderEliminarSi muchos de los puestos de responsabilidad en las administraciones se designaran por capacidad y no por filiación política,si no se hubiera hinchado caciquilmente la función pñública,si el objetivo fuera el servicio público y no buscar la rentabilidad política,no tendría la administración tan mala fama.Las directrices han fallado y lo que se juzga es lo que se ve.La Administración es mucho más de lo que se ve y gracias a esa tarea callada,lo dices muy bien Mireia,es por lo que este tinglado funciona,a pesar de los políticos.
ResponderEliminarLa administración puede estar muy orgullosa de contar con los mejores,con gente que tiene vocación de servicio público y que se siente muy orgullosa de ser funcionario. Médicos,catedráticos,jueces,fiscales,arquitectos,ingenieros,administrativos...personas que de forma anónima hacen funcionar este inmenso engranaje que nos permite vivir,tener limpias las calles,que funciones los hospitales,que se hagan carreteras,etc...Ya está bien de demonizar a personas que se lo han ganado,que han hecho una oposición y a la que se juzga por unos pocos.Te doy las gracias más sinceras Mireia por poner las cosas en claro y defender a un cuerpo que cumple con su función y que hace que el país funcione.
ResponderEliminarUn saludo
Lo que ha dañado de verdad la imagen de los funcionarios ha sido las incorporaciones a dedo,los comisarios políticos que han venido a las administraciones y que no traen bajo el brazo un trabajo eficaz y al servicio de los demás.Solo buscan infiltrar al partido y tener controlado todo lo que se hace para manejar a su antojo.Son los menos,pero son los que destacan,los que se hacen más visibles y los que hacen más daño.Los funcionarios de carrera estamos muy orgullosos de serlo y cumplimos con nuestro trabajo de forma ejemplar.A la vista están los escándalos de la administración,son los menos.Si maneja la política,son los más.
ResponderEliminarUn beso guapa por tu artículo que está muy acertado.
Lo que señalas al final de tu post de hoy es imprescindible.Hay que ordenar,racionalizar y evitar duplicidades.No se puede engordar la administración para generar núcleos de poder,meter a amiguetes y entorpecer las gestiones a los ciudadanos.Se debe acercar la administración al administrado,no complicar la administración para el administrado.Después de los años de bonanza y de alegrías sin sentido,donde las autonom´`ias se han dedicado a gastar y a gastar y a gastar a lo loco,viene el momento de controlar todo esto y evitar que todo esté multiplicado,y en algunos casos por 17.El sentido lógico dice que esta feria se tiene que acabar y que hay que dar servicios a los ciudadanos y no crear superestrucxturas que hagan lo mismo y dependientes de cada administración.Si lo hace el PP pasará a la historia por esta tarea,pero no es fácil, porque hay un tejido de complicidad con los sindicatos que no va a resultar nada fácil de sortear.
ResponderEliminarAtacar a los funcionarios puede ser un deporte para algunos políticos,pero deben de tener en cuenta que son su seguro de vida,porque ellos son los famosos técnicos que resuelven sus problemas.Si ellos existen es porque hay funcionarios que resuelven los problemas,porque hay cada inútil que llevarían al hoyo de forma irremediable a la administración en la que hubieran caido.Más vale que dejen de jugar con nosotros,porque sin nosotros no son nadie.
ResponderEliminar¡Ah!,gracias por decir en alto estas cosas sobre nuestro trabajo,porque es precisamente la gente que entra en el empleo público por los puestos de confianza la que más nos ataca y nos denosta.No eres así y te lo agradezco.
Muy buen tono, Mireia, te lo dice un funcionario del Estado. Casi que me da por no añadir nada.
ResponderEliminarHas citado a las CCAA., ahí se ha hinchado la cosa, pero sus funcionarios tampoco son culpables de la situación. En la Administración General del Estado cada vez somos menos porque no hay tasa de reposición. También es cierto que los medios telemáticos optimizan labores que antes eran más pesadas, pero eso, precisamente, es nuestro yugo y nuestro arado: la telemática no entiende de trato humano y se hace perentorio controlar a la telemática.
Una persona no es sólo un NIF., una persona -o un contribuyente- tiene sus problemas, los cuales no entran dentro de los parámetros con los que se diseñó un determinado programa informático diseñado por un manitas al que no hay que pedirle más que la herramienta esencia de su trabajo. Son tiempos de cambios y a lso funcionarios se les está exigiendo mucho más que en tiempos pretéritos, y no pasa nada porque, en el fondo, hay voluntad de servir y ser útil al pueblo. Es la única satisfacción que tenemos a diario: ayudar al contribuyente, corregirlo y que no existan problemas futuros por una falta de comunicación.
Saludos.
Fdo.: J.RObles
Bueno, y ya hablando y ahondando en el tema, eso de pagar al funcionario dependiendo de su productividad verán ustedes a lo que me suena.
ResponderEliminarNormalmente, el trabajo de un funcionario (su productividad, vamos) está sometido a control por un superior jerárquico y éste, a su vez, por otro... y así sucesivamente. Normalmente la cadena citada se rompe en un determinado eslabón, es decir: alguien que ha llegado a valorarlo todo. Y éste es el intocable.
El problema de la productividad del funcionariado es complejo como también es complejo definir qué es un funcionario en global.
Supongo que se referirá a perfiles característicos del puesto desempeñado.
Lo que quería comentarles es que, seguro, habrá algún funcionario que se irá de rositas a pesar de que no sea productivo, esto me lo apuesto.
Y otra cosa que me apuesto es que si eres productivo pero caes mal a la jefatura... date por jodido porque tu análisis de "productividad" se decantará por la simpatía de la jefatura.
He sido testigo -teniendo la suerte de trabajar con unos baremos muy claros para ver resultados-
de pagos de incentivos de productividad (ahora hablo del concepto retributivo) que no obedecían a resultados baremados. Analizando los pagos se ha podido comprobar el plus de "afinidad" con el que ha de decidir a quién se paga más y a quién menos.
Hay que cambiar muchas cosas antes, es como si estuviéramos decidiendo el alicatado de una casa y ésta no tiene los cimientos que la sustente. Otra cosa que habría que cambiar es el método de acceso: está bien soltar el rollo de temas en la opisición, pero hay que perfilar más el perfil (valga la redun) del que va a servir al pueblo. Hay funcionarios que no tratan del mismo modo a sus contribuyentes: que huelan mal, que vayan mal vestidos, que sean conocidos...
Sí, estoy convencido de que servir al administrado es honroso, muy honroso, pero aparte de tragarse durante una media de dos años un tocho de temas y soltarlos los días de las pruebas, habrá que tener otros talentos como la asertividad, la empatía, la paciencia, la comprensión, la bonhomía, ¿por qué no?
Saludos, que ustedes me entienden.
Fdo.: J.Robles
Robles,hoy estoy de acuerdo contigo.Nuestra anfitriona lo ha bordado (como casi siempre) con un análisis fino y muy ponderado,con una agudeza que pone el acento donde está el problema.Para que todo fuera de 10,a ver si puede influir en el PP para que pongan en marcha los mecanismos que aseguren el ajuste fino de la función pública,porque hay que reconocer que en esto el PP le da cien mil vueltas al Psoe.No soy funcionario pero creo que es verdad que tiene que ser un honor servir a la colectividad desde tu trabajo.Da igual la administración que sea, local,regional o estatal,aunque hay que reconocer que las autonomías han hinchado la bola por ese pretendido toque diferencial que lo único que ha hecho es hacer daño y gastar a lo loco.Estamos a tiempo de racionalizar las cosas y todos esperamos que el sentido lógico se imponga.
ResponderEliminarUn saludo hoy desde la coincidencia.