Hace falta tener muy duro el corazón para no estremecerse ante las imágenes que nos llegan de Haití. No puede haber sensibilidad que no se resienta al ver el cuerpo de un ser humano moribundo en las calles de una ciudad, cualquiera que sea. Es difícil entender cómo se puede convivir con la muerte en las aceras y mirar hacia otro lado. Sin embargo, la vida allí es la de la lucha por la supervivencia, por vencer la enfermedad, por conseguir un mendrugo de pan que llevarse a la boca.
¿Cómo es posible que una sociedad que se dice desarrollada permita que pasen estas cosas? Las catástrofes naturales son imprevisibles y también sus consecuencias. Pero a partir de ahí, la mente humana es capaz de afrontar todo y sin embargo, el mundo mantiene abiertos escenarios que estremecen y que es imposible entender que se mantengan así tiempo y tiempo, mientras sesudos burócratas dilucidan qué pasa en los grandes núcleos financieros.
No quiero caer en la demagogia de culpar al capitalismo de todo lo que sucede. No lo es. Hay una economía cada vez más global que es capaz de hacer los ajustes más finos y mover las cantidades más desorbitadas, sin que veamos un sólo euro. Son las transacciones electrónicas que mueven el mundo, que están ahí y que sin verlas condicionan nuestras vidas.
Ese mundo desarrollado y tecnificado, es capaz de mover las conciencias y conseguir movimientos solidarios a golpe de movimientos de comunicación. Cuando este 2010 asomaba en el calendario, un brutal terremoto sacudió Haití y de repente, supimos la miseria en la que vivía el país, en el que la catástrofe natural segó miles de vidas. La movilización internacional fue importante. Se nos estremeció el alma al ver a los bomberos de Castilla y León arrancar de la tierra vidas de niños para los ya no había esperanzas. Aquello abrió precisamente la puerta a la esperanza para un pueblo, al que todos coincidían que no había que dar el pescado, sino la caña para pescar.
El tiempo, que todo lo puede, nos borró la secuencia de lo que allí pasaba y ahora rebrota con una epidemia de cólera que tardará mucho tiempo en ser controlada. ¿Qué ha sido de Haití en los últimos seis meses?... Pues que la miseria sigue instalada, que una gran mayoría de la población vive con dos dólares por día, que el país decrece al ritmo del 9% y que el cólera infecta las aguas, llega a los ríos y coloniza los cuerpos de los habitantes de un país que vuelve a ver la muerte en las calles. Cuerpos inertes, retorcidos, que se deshidratan y pierden con el agua la vida. Quienes llegan a los hospitales se salvan, porque el cólera hoy no es mortal, pero los hospitales están desbordados y muchos no llegan. Y mientras, ¡que ironía!, el país se debate en un proceso electoral.
Estamos en el siglo XXI, el siglo de la tecnificación, de los grandes avances, también el de las crisis financieras que no se saben ni de dónde vienen ni a dónde van. Y se mantienen las bolsas de pobreza, ese gran monumento a la hipocresía de una sociedad que se dice solidaria, porque es capaz de dar unos pocos euros y mirar hacia otro lado. Estar en la zona desarrollada no nos debería permitir lavar nuestras conciencias solidarizándonos "de boquilla" con unas imágenes espeluznantes, que son la máxima expresión de la violencia, porque encierran el secreto de la pérdida de muchas vidas humanas, que parece que no son de nadie, pero que se configuran como el gran monumento a la vergüenza de este mundo al que se llama desarrollado.
viernes, 19 de noviembre de 2010
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LO que pasa Mireia es que las teles nos dan imágenes violentas en cada momento y aprendemos a convivir con ello,hasta el punto en que ya nos cuesta distinguir cuando es ficción y cuando es real.De esa forma nos desconectamos de la realidad,porque cada vez tengo mas duda de que lo que sale por la caja tonta sea la realidad de lo que sucede.Si lo vemos en prensa la cosa es diferente,porque tiene más credibilidad,pero leemos poco,vemos poco los periódicos y eso nos justifica para seguir viviendo al margen del tercer mundo.Tienes toda la razón en que desviamos la mirada y pasamos de estos asuntos.
ResponderEliminarQue tengas un buen día.
Haití no tiene petróleo,ni gas,ni diamantes,ni oro... Como Haiti hay ya muchos lugares en el Caribe y hay que invertir mucho para hacerla una potencia turística,así que no interesa para nada al mundo desarrollado.Si hubiera riquezas,ese mundo desarrollaron entraría a saco a resolver el problema,es decir,a quedarse con los restos para levantar un imperio económico.Pero como lo que hay es miseria,pues que se las apañen ellos,les damos las migajas y como acertadísmamenete apuntas hoy,se lavan la conciencia.
ResponderEliminarDesde la comodidad del salón de casa se aguanta todo y lo consumimos todo.La sociedad necesita un cambio de actitud y necesita crecer en valores.Este puede ser un discurso que para muchos sea antiguo o clerical,pero es la verdad.Hoy en día todo es poder,triunfo,éxito,todo es conseguir dinero y notoriedad,sin deternernos a pensar que todos juntos podemos crear un ambiente social positivo que haga que los gobiernos se muevan por intereses,pero también por valores.Ambos no están contrapuestos y juntos harían un buen servicio social.
ResponderEliminarSaludos
Buenos días a todos, buen tema y buen análisis el que haces y realmente desgarrador. Aunque parezca mentira si Haití tuviese riqueza natural probablemente estaría peor, otra cosa es inversión extranjera en el sector servicios, como el turismo, eso podría salvarlos. Uno de los problemas es q estamos acostumbrados a ver ese tipo de imágenes y cada vez nos saturamos antes de verlas, las cadenas lo saben y ya no bombardean tanto tiempo con ellas. El hambre, la mortalidad infantil y las guerras son imposibles de erradicar, eso es una realidad, pero si podemos hacer una labor humanitaria individual a diario y con bajo coste. Con 3 o4 euros al mes ( son 3 cafés o un paquete de tabaco) donado a una ONG contrastada se hace mucho. No hay q intentar salvar al mundo, con ayudar a una sola persona ya es mucho.
ResponderEliminarGracias Mireia por poner estas reflexiones sobre la mesa, no dejas de sorprendernos. Buen finde
Los intereses son los que mandan en la sociedad actual y en Haiti no hay intereses,sólo hay pobres y los paises desarrollados no los quieren.Hay muchos organismos internacionales,pero los que se encargan de la solidaridad son testimoniales,la justificación para seguir fomentando a los poderosos.Sólo cuando consigamos un organismo internacional fuerte que anteponga a las personas sobre el poder y el dinero,tendremos un mundo con capacidad de resolver los problemas del hambre y la pobreza,mientras tanto estas imágenes que describen sólo servirán para seguir justificando las migajas que los países dan para lavar sus conciencias.
ResponderEliminarYo pienso Mireia que estas cosas tienen mucho que ver con la educación.Los niños y los jóvenes de hoy solo reciben mensajes de que lo importante es el dinero,el éxito.Se lleva ir de marcas,superpijos,estar rodeados de lujos.Los referentes son los yogurines de las series televisivas que alcanzan todo lo que quieren y ellos se forjan ese mundo.Los padres hoy no educan en valores,en la cultura del esfuerzo,en demostrar que las cosas cuestan esfuerzo y trabajo y que nadie da nada.Si cambiamos esa mentalidad,cambiaremos el mundo.
ResponderEliminarDescribes una situación real que conmueve,pero que causa dolor cuando se ve,pero como inmediatamente desaparece de los medios,pues ya nadie se da cuenta.Vivimos con el flash de lo inmediato y lo triste es que ya nos conmovemos poco porque las tragedias tienen un componente de exhibición grande,que hacen que lo veamos como cotidiano y no como excepcional.No deberíamos acostumbrarnos a estos dramas,que nos tendrían que recordar que es lo que pasa en una mayoría de la tierra porque nosotros vivimos en la mínima parte de mundo desarrollado.
ResponderEliminarDa gusto leerte Mirea porque demuestras una profunda sensibilidad con todos los asuntos.La descripción que hoy nos hace mueve a reflexionar de verdad.Pones de manifiesto la mentira real de nuestra sociedad y hacer reflexionar sobre lo que deberíamos de hacer las sociedades desarrolladas.Lo mejor de leerte es que no generas indiferencia,sino que tomas posición desde la sensatez y las posiciones de compromiso.Te doiy una vez más la enhorabuena por la claridad de tus exposiciones y por el acierto al advertir de las situaciones,por diversas que sean,que exigen una reflexión para mejorar y no dejarse llevar por la corriente.
ResponderEliminarEnhorabuena Mireia.