BLOG DE MIREIA ARROYO DE LA PARTE

Un vistazo crítico y personal a la actualidad.

martes, 26 de julio de 2011

A velocidad de vértigo.

Hay preguntas que nos hacemos con cierta frecuencia y para las que no acabamos de encontrar respuestas. ¿Por qué una persona se vuelve loca y pisotea el bien más preciado, que es la vida?... ¿Por qué quien lo tiene todo, lo dilapida sin valorar nada?... ¿Por qué nos empeñamos en vivir tan deprisa que en muchos casos acabamos por precipitarnos al vacío sin darnos cuenta?... ¿Por qué siempre queremos algo más sin pararnos a pensar en las consecuencias?
La tranquilidad de estos días del puente de Santiago se ha visto sacudida por la matanza de Noruega y por la muerte de la cantante Amy Winehouse. Por muchas vueltas que le doy, no logro entender qué pasa por la cabeza de un joven para perpetrar una masacre, la mayor de Noruega desde la II Guerra Mundial, y afirmar que era algo necesario. ¿Qué puede pasar por la cabeza de una persona para abatir a tiros, como si fueran caza, a casi 70 adolescentes (la policia noruega ha rebajado la cifra de muertos) que plácidamente participaban en un curso en una isla, hasta ahora casi paradisíaca?... Sería demasiado sencillo decir que está loco, pero esa no es la respuesta, porque su locura es una enfermedad que tiene mucho que ver con la sociedad en la que vivimos, con los odios que se generan sin demasiado sentido, con el afan redentor que otorgan las justificaciones de actuar en nombre de tal o cual ideal. No vale pensar que son ideas de ultraderecha o de ultraizquierda las que llevan a matar. Son motivaciones a las conductas de viles asesinos que además pueden estimular a muchas locuras sueltas, algunas organizadas, que son capaces de sembrar el pánico a toda la sociedad.
Anders Behring Breivik se consideraba un elegido para limpiar Europa de no sé muy bien qué. Era un hombre aparentemente normal, que un viernes de julio saltó a la fama más triste por cometer un acto de locura que ha sembrado el dolor en cientos de familias, el miedo en una sociedad que no lo tenía y la incertidumbre en una sociedad que se pregunta cuántos más Breivik habrá sueltos... Una sociedad que desconoce si se va a producir un efecto empatía que encienda la mecha de una locura colectiva de odios, de rechazos sociales y de justicieros anónimos que destrozan cualquier estado de derecho. Es el mal uso de la libertad, el mal uso de la convivencia y la demostración de la fragilidad de una sociedad que se considera demasiado fuerte y luego aparece demasiado débil; una sociedad que ha de ser consciente que estos comportamientos aislados pueden existir, pero que hay que intentar detectarlos y neutralizarlos con algo tan importante como la educación en el respeto a la vida y a los demás.
Es verdad que hay en toda Europa una corriente xenófoba que preocupa, una corriente que crece al amparo de los problemas económicos y de la irracionalidad de los gobiernos que han patrocinado aquello de “papeles para todos”. La lección de Noruega la recibimos todos cuando ya no tiene remedio, cuando el drama se ha producido. No vale ahora bajar la cabeza y pensar que es un desgraciado hecho aislado. Hay mucho por analizar, mucha lección que aprender y muchas responsabilidades por afrontar, para que este tipo de hechos no se repitan...
Amy Winehouse lo tenía todo. Una maravillosa juventud de 27 años, una voz y un talento para la música que sorprendía, un liderazgo entre los jóvenes apabullante... Lo tenía todo menos algo esencial, el respeto a sí misma. Si se hubiera respetado no habría sido la eterna borracha en los escenarios, ni habría tenido que bajarse del escenario de Belgrado, hace unas pocas semanas, porque no se tenía de pie, ni habría sido detenida por escándalo en un sinfín de ocasiones. Vivió demasiado deprisa, encontró en su pareja la piedra de molino que se ata al cuello, y cedió siempre a los extraños placeres del alcohol y cualquier tipo de droga. Nos deja el testamento en forma de dos discos que son dos joyas, que harán que su nombre se escriba con letras de oro en el Olimpo de la música. Pero a qué precio, a qué altísimo precio... el de su propia vida.
Tanto las muertes de las víctimas de Noruega, como la de Amy, eran absolutamente innecesarias. Son muertes sin sentido, son un altavoz para las conciencias y para preguntarnos en qué mundo vivimos. Si el precio de la popularidad y de la fama es este, prefiero el anonimato de cada día, el vivir en familia, con los amigos, luchando por las cosas sencillas de la vida, que son las más maravillosas... Noticias como las de este fin de semana, hacen pensar en lo especial que es la normalidad y la sencillez, en lo afortunados que somos quienes somos capaces de emocionarnos con las pequeñas cosas, tal vez con la maravillosa luz de cada amanecer...

7 comentarios:

  1. Qué verdad es eso de que lo más sencillo es lo que más vale,pero es un hecho que somos tan complicados que tendemos a complicarnos la vida con todo.A mi me parece que muchas de estas cosas se producen por la falta de valores,porque lo que prima es el ego de ser mas.El asesino de Noruega veremos comos los psiquiatras dictaminan que tiene un afan de protagonismo total y la vida de Amy deja muy a las claras que sus valores eran muy cuestionables.Ante estas situaciones lo que cabe es pedir más conciencia social sobre lo que son los valores y lo que es afrontar con racionalidad cada día que pasas sin dejarnos llevar por los cantos de sirena que desde las revistas o las televisiones nos hacen.

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  2. Produce escalofrío pensar que una sola persona es capaz de cometer una masacre como la que se ha producido en Noruega.Eso pasa en buena medida porque viven tan confiados de que ellos están al margen del terror,que tienen una policía que no vale para nada,como lo demuestra el hecho de que lo grabaran desde un helicóptero matando a los chavales y no lo dejaran fulminado desde el aire.A veces bajo el eufemismo de la convivencia y del respeto de los derechos nos pasamos de la raya y concedemos muchos más derechos a los verdugos que a las victimas y eso es muy grave.Otra reflexión,que ya tu haces,es que en nombre de la ideología extremista de uno u otro signo se cometen las mayores atrocidades,cuando lo que se debería imponer es la moderación y la vigilancia extrema de quienes odian tanto y este asesino tenía hasta su manifiesto colgado en internet sin que la policía hubiera reaccionado.

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  3. Se ha apagado unavoz maravillosa Mireia,una chica que prometía mucho si se hubiera dedicado a cultivar las dotes con las que la naturaleza le había obsequiado.Con su muerte perdemos las personas a las que nos deleítaba esa voz profunda,melódica,que te atrapaba en las primeras modulaciones;y ha perdido sobre todo ella que ha tirado una presumible vida de éxito y de bienestar que cambió por el alcohol,la droga y la vida desordenada.Se me puede decir que vivió como le daba la gana y es la verdad,lo que yo no sé es si el alto precio que ha pagado por ello merecía la pena.Ahora ya no sirve de nada lamentarse,solo servir de aviso para quienes creen que estar en esos mundos no trae problemas añadidos.
    Del asesino brutal de Oslo es mejor no decir nada,que se pudra en los infiernos y que ojalá sufra lo que están pasando ahora las familias de sus víctimas.

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  4. La única diferencia con los iluminados que en América suelen coger una automática y masacran en un colegio o en unos grandes almacenes,es que en Noruega se creían que estaban a salvo de estos matones.La comunicación global tiene el peligro de que lo extiende todo y tan iluminado es el que comete atrocidades como las de Noruega,como el dirigente que se cree que él y su país están a salvo de ello porque nunca ha pasado nada.Tampoco sabíamos nada en España del terrorismo islámico hasta que nos volaron unos cuantos trenes.La lección es que por locura,por permisividad o porque no queremos afrontar cuestiones que son siempre espinosas,no hay rincón de la tierra que esté a salvo de un miserable que en cuanto pueda la arma.

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  5. La convivencia no es fácil y mucho menos cuando hay falta de trabajo.Eso es lo que pasa con la crisis en muchos lugares y eso es lo que hace que haya algunos brotes de racismo o de rechazo a los extranjeros.Además la mano de obra de la emigración suele ser la más barata y de países de referencia.No fue acertada la doctrina Caldera de acoger a todo el que llegara y de hecho fue muy contestada en varios paises.Eso hace que en la mente de muchos los inmigrantes sean los que quitan puestos de trabajo a los del país.Aunque eso no es del todo cierto,hay muchas personas que lo creen y ahí es donde surgen estas chispas tan peligrosas que son las que hacen crecer a los partidos extremistas.Pero lo que ha pasado en Noruega no parece ser nada organizado,sino la obra de un loco con mucho afán de ser popular.

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  6. Me da la impresión de que la izquierda magnifica el crecimiento de un presunto movimiento xenófobo porque así lo identifica con la derecha y de esa forma se carga el problema al PP.Basta con que se pida un contrato de trabajo para que se acepte a los inmigrantes para que el Psoe y sus acólitos pongan el grito en el cielo por considerar que son actitudes xenófobas.Lo hemos visto en la campaña y el debate se agita cuando aparece un chalado asesino como este.Yo creo que hay que respetar todas las posiciones,también aquellas que tratan de evitar una masiva llegada de sin papeles.Esas no son actitudes nazis es simplemente un hecho de aplicar el sentido comun,algo que el Psoe ha hecho mal y tarde,pero lo ha hecho sin que nadie les haya llamado racistas.

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  7. Manuel, le daré una opinión.
    No hay izquierda en el PSOE por mucho que aglutine un gran sector de la sociedad. Dicho de otra manera: cuando hablamos de partidos no hablamos de éticas políticas, sociológicas o meramente de esencias. De hecho la ciudadanía de a pie perdemos -creo- mucho tiempo hablando y asemejando izquierda y derecha con un partido u otro.
    A lo mejor estoy equivocado, pero estoy convencido de que hay algo que se está perdiendo individual y socialmente a la hora de efectuar análisis: "sentido común".
    Nos están imbuyendo -y nos estamos dejando- del corto plazo, de la avaricia, del egoísmo en definitiva. Parece que estamos de excursión en un sitio al que no pensamos volver... y así nos va.
    Con el tema del asesino noruego hay que reconocer que algo le pasa a esta sociedad cuando un elemento con ese potencial puede acceder a un arma, la que sea.
    Lo mismo que cualquier cretino puede ser padre o conductor: eso es una bomba de relojería para el resto de la sociedad. Ustedes me entienden.
    Saludos.
    Fdo.:J.Robles.

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