España: un país de contrastes.

Hay una palabra en catalán que traduce los valores, las costumbres, la seriedad y la cordura de su sociedad: el "seny"... Y Juan A. Samaranch lo representaba con mayúsculas. Me refiero a esa sociedad rigurosa, seria, trabajadora y celosa de sus costumbres, que hizo grande a Cataluña y la convirtió en una referencia.
Samaranch era un gran catalán y un gran español. Amigo de sus amigos, charlista empedernido, defensor acérrimo de unir y no de separar, apasionado del deporte, monárquico hasta la médula, su vida es el mejor libro abierto sobre el bien hacer en el trabajo que a uno le toca desempeñar en cada momento... Sus 21 años al frente del COI, no sólo fortalecieron la organización al límite, sirvieron para llevar el nombre de España por todo el mundo y para incluir el nombre de Barcelona en el Olimpo del mundo deportivo de nuestro tiempo... Somos muchos los que podemos recordar sónde estábamos aquel 25 de julio de 1992, comienzo de los XXV juegos olímpicos de la era moderna, cuando el príncipe Felipe ondeó en el estadio barcelonés de Monjuic la bandera que nos unió entonces a todos... Fue emocionante y un ejemplo que no deberíamos olvidar. Aquello fue posible gracias a la apuesta firme de esta caballero, que desgraciadamente ha muerto sin ver su otro sueño hecho realidad: que Madrid también fuera sede de unos juegos.
España ha dado grandes hombres siempre, algunos de los cuales se nos están marchando en este 2010, pero cuyos nombres estarán siempre impresos en letras de oro en el gran y universal libro de la vida...
Contrasta la seriedad y el rigor del trabajo de Samaranch...y pido perdón de entemano por la comparación... con la permanente chapuza en la que estamos sumidos en la vida pública española, por unos gobernantes cada vez más desnortados. Por su trascendencia, la última gran chapuza la pone de manifiesto la advertencia que realiza el Registro de Economistas y Asesores Fiscales, de que las ayudas que los ciudadanos han recibido para la compra del coche, el pomposo Plan E, tienen que tributar en la declaración de la renta en el apartado de ganancias patrimoniales, y por lo tanto tributar por el exceso de renta... Es decir, que las ayudas de los planes del Gobierno son menos ayudas...
Nada se había advertido a los contribuyentes y lo que es más grave, es que ahora se nos trate de convencer de que todo ha sido un inocente olvido en la elaboración de las normas del impuesto. Esto no hay ni por donde cogerlo y pone en cuestión, incluso, lo único que parecía realmente serio en este momento: la hacienda pública. El daño no sólo es al bolsillo de los ciudadanos, sino al prestigio de las instituciones...¡País de contrastes!