Réquiem por Rodiezmo...

La decisión de Zapatero de no acudir el 5 de septiembre a Rodiezmo, cambia...¡y de qué forma!... la apertura del curso político. El Presidente aprovechaba esta tradicional fiesta sindical minera para hacer gala del carácter social de su partido, hacer todo tipo de promesas sobre las pensiones y para acusar al partido de la oposición de estar unido al capital y estar cada vez más alejado del estado del bienestar que propugnan los socialistas.
Ya nada será igual después de la crisis, ni siquiera la imagen de un Zapatero de campaña rodeado de las huestes sindicales que coreaban los “avances” del Gobierno que más les ha amparado. Ahora todo es diferente y el PSOE ya no puede presentarse como el adalid del estado del bienestar , porque se ha convertido en el partido de los recortes sociales. Es verdad que hay que hacerlos, pero también es verdad que son el fruto de la alocada huída hacia adelante de un dirigente político, al que la suerte le está volviendo la cara de tal manera, que cada vez aparece más alejado de sus más acariciados símbolos de la izquierda.
No obstante, la decisión de Zapatero vuelve a poner de manifiesto su contrastada falta de rigurosidad, ya que hace apenas cinco días, en el Debate del Estado de la Nación, no tuvo empacho en retar a Mariano Rajoy a asistir con él a Rodiezmo, porque su compromiso con la cita era evidente. Por increíble que parezca, lo dijo la semana pasada... Ahora Zapatero dice que no quiere interferir en la celebración minera y por su respeto al discurso de Cándido Méndez... No es verdad. Zapatero lo que no quiere es pasar por el trago del abucheo generalizado de quienes hasta ahora le vitoreaban. Zapatero lo que no quiere, es que muchos de los que han sido suyos le recuerden que ha traicionado sus principios, que ha cambiado su discurso y que ha tomado medidas que la derecha nunca se hubiera atrevido a hacer; tal vez porque llevaban años advirtiendo de la situación y ellos ya hubieran tomado medidas preventivas que evitaran el tijeretazo.
Zapatero ya no tiene credibilidad ni ante sus mayores valedores. Como bien ha dicho el PP, no puede ya mirar a la cara a los trabajadores y esbozarles una sonrisa, porque ha recortado los salarios a los funcionarios y ha congelado las pensiones... ¿Es posible un Rodiezmo sin hablar de las pensiones? ¿Por qué Zapatero no tiene la valentía de ir a explicar a los trabajadores el por qué de la congelación de las pensiones y hacerlo en el mismo sitio donde siempre ha anunciado las subidas?... Son preguntas que tienen respuesta por sí solas.
La canícula estival puede que dé un respiro al Presidente durante el mes de agosto, pero septiembre está a la vuelta de la esquina y la huelga general es un concepto que aterra a los políticos, aunque venga tan envuelta en “celofán” como lo están haciendo los sindicatos. Para Zapatero significará romper con sus aliados, a quienes ha cuidado con mimo exquisito, pero de quienes se tiene que separar porque está en juego la supervivencia de los propios sindicatos. De seguir la luna de miel entre ambos en la coyuntura actual, la vida sindical pasaría a mejor vida, porque los trabajadores están hartos, porque hay un paro galopante, porque el consumo está en la mínima, porque el fantasma de la subida de impuestos planea ya en el horizonte, porque...