No es un lunes cualquiera...

No es un lunes cualquiera. Todos nos hemos incorporado al trabajo con un poco más de sueño, pero con una hermosa sensación de bienestar. Ha sido esa explosión de orgullo colectivo que hemos vivido y saboreado con asombro, pero que ha sido tan intensa, que difícilmente olvidaremos. Anotemos en la agenda de nuestras vidas la fecha del 11 de julio y en unos cuantos años diremos aquello de: “¿Dónde estabas aquel 11 de julio en que España ganó su primera copa del mundo de fútbol?”...
Esta generación de futbolistas pasará a la historia. Primero, porque han logrado hacer despertar a este país de su letargo; segundo, porque han recuperado los símbolos para el patrimonio de TODOS los españoles; tercero, porque han dado una muestra de esfuerzo, sacrificio, vocación y entrega... Y así podríamos seguir enumerando una larguísima retahíla de razones por las que la generación de los Casillas, Villa, Puyol, Iniesta, Pedro, Xavi, Navas, Torres y un largo etcétera, capitaneados por un Señor, Del Bosque, trajeron a España la mayor explosión de ilusión que se recuerda desde hace muchos, pero que muchos lustros...
Disfrutemos del sueño hecho realidad, un privilegio con el que soñó la generación de nuestros padres, que amaban el fútbol con gran pasión y que siempre vieron cómo la barrera de los cuartos era infranqueable para España. Y tomemos nota de la enseñanza y apliquémosla a la vida cotidiana, a la convivencia, al orgullo de país que hemos sacado de una forma tan brillante, que está siendo referencia en todo el mundo. España se inundó de banderas, porque la bandera es de todos, no patrimonio de los “fachas”, como alguno ha tratado de vender con un utilitarismo vergonzante. Aprendamos de la convivencia en paz, porque Puyol exhibió en Johanesburgo una Senyera y es perfectamente compatible, y Pedro la bandera de Canarias, y es perfectamente compatible. España es plural y sus símbolos son también plurales... ¿Por qué miserias tenemos que enfrentarlos?... Responda a esa pregunta el nacionalismo rampante y cainita que tanto daño está haciendo. Respondan a esta pregunta políticos como Montilla, que en aras de arañar unos cuantos votos radicales, convoca una manifestación rayando la petición del independentismo, aprovechando un río revuelto de malestar, del que el primer damnificado fue él mismo, que tuvo que refugiarse en la Consejería de Interior.
España quiere vivir en paz y en su diversidad. Eso es lo que nos enriquece a todos. La selección nos une, a los del Madrid ya los del Barça; a los del Bilbao y los del Atletico de Madrid. Nos une en torno a unos colores que sentimos como propios, en torno a un país que, si está unido, es más fuerte y traduce la mejor imagen al mundo. Es un triunfo deportivo del que hay que aprender porque trasciende lo meramente deportivo. Esperemos que el primero que lo entienda sea el “Ministro del Deporte”, que en sus primeras declaraciones ayer en la radio, ya quiso capitalizar el triunfo. Y el triunfo, Sr. Presidente, no es ni suyo ni de su partido, es de todos.
Y un apunte al margen para esa prensa del corazón que todo lo que toca lo emponzoña. El gesto emocionado ayer de Casillas besando a su novia, la periodista Sara Carbonero, en plena entrevista postpartido, fue un verdadero grito de “¡basta ya!” a tanta basura, a todo lo que han tenido que soportar durante este mundial. Fue un canto a la libertad de que las personas tienen derecho a vivir su vida. Fue un gesto humano y sentido que les ennoblece, un gesto del que muchos sintieron simplemente envidia. Sólo eso...¡ENHORABUENA CAMPEONES!