Está de los nervios...

Está claro. Hace un par de años, sí expresabas públicamente la preocupación por la situación económica de España, eras un antipatriota. Ahora, si te opones a una medida como la de la subida del IVA, eres un irresponsable... Zapatero vuelve a decidir quién y cómo debe recibir el carnet de patriota y responsable.
Este fin de semana hemos asistido a un paso más de la escalada de descalificaciones del Gobierno a la oposición. Todo a cuenta de una medida testimonial, como es la llamada a la rebelión ciudadana por el incremento del IVA a partir de julio. Dicha llamada no es más que una postura puramente testimonial, porque nadie ha pedido que se deje de pagar el impuesto si entra en vigor, sólo que se muestre su oposición al mismo... ¿Qué hay de malo en ello?
Dice Zapatero que no hay precedente en la derecha moderna europea de tal llamamiento. Pero de lo que no hay precedente, es de que en un sistema democrático, el Gobierno arremeta sin piedad contra la oposición porque no comparta sus actuaciones. ¿Se ha olvidado Zapatero de cómo él se oponía a las medidas que aprobaba el parlamento en la época de Aznar? Nadie le llamó antipatriota por ello. Ejercía, como ahora lo hace el PP, el derecho legítimo a discrepar de las medidas no compartidas. Pero además, se da la casualidad de que la subida del IVA se ha aprobó en presupuestos, donde el PSOE contó con el apoyo del PNV y de Coalición Canaria. ¡Qué casualidad! ¿No son los partidos que representan a dos comunidades con un régimen fiscal especial, diferente al del resto de España?...
Zapatero quiere poner "puertas al campo". Quiere a toda costa recaudar más porque es incapaz de recortar el gasto público. Para ello vuelve a la política del miedo, al recurso de "¡qué viene la derecha y aplica recortes sociales!"... Pues no, Sr. Rodríguez. La derecha en España cumple con su obligación al presentar sus propuestas. Cumple con su obligación al denunciar una medida a la que se oponen 9 de cada 10 economistas. Cumple con su obligación al oponerse a una medida que todos creen que va a frenar el consumo. La democracia, parece mentira que haya que recordarlo, es el contrate de pareceres; la democracia, es la discrepancia. La descalificación del oponente clamando a un pasado, afortunadamente muy lejano, es índice del agotamiento de ideas de un Gobierno y un partido que tienen el agua al cuello y que claman desesperadamente para que se les eche una mano para salir del atolladero.
Mañana veremos en el Parlamento lo que piensa la Cámara de la subida del IVA. Zapatero lo va a tener muy difícil para justificar seguir adelante con su propuesta. Se lo dirá el Congreso y ya se lo dice la calle... ¿Será que todos están equivocados y son unos irresponsables?...