Vaya por delante el derecho a la presunción de inocencia, pero el auto del juez José Castro es demoledor. La medidas cautelares sobre Jaume Matas, prometen ser sólo el comienzo de un caso que ya resulta un auténtico escándalo político, ante el que el Partido Popular no puede echar balones fuera.
Que un ex-ministro y ex-presidente de comunidad haya reconocido públicamente haber manejado dinero negro (estrategia urdida para intentar evitar acusaciones por delitos mayores) ya pone sobre la mesa la catadura moral del personaje. Sólo por ello, su partido debería expulsarle de inmediato. La soberbia y altanería con la que él y su esposa se han mostrado estos días ante los medios de comunicación, resultan realmente irritantes.
A Matas no se le acusa por nada baladí. Hay 12 presuntos delitos de falsedad documental, prevaricación, malversación de caudales públicos, delito electoral, blanqueo de dinero y fraude a la administración. ¿Se puede llegar a más? ¿Se puede tolerar que un gobernante diga en una declaración que no tenía tiempo para controlar el gasto público? ¿Es de recibo que mientras él y su esposa hacían compras por valor de más de 4 millones de Euros, los movimientos bancarios apenas llegaran a los 400?
Debe haber un antes y un después de este caso de presunta corrupción política y el PP no puede escudarse en que ya no es militante del partido, para dejar correr el asunto. Un partido debe poner al frente a políticos transparentes, con techo de cristal, sin posibilidad de dar escándalo público y destrozar la credibilidad de la organización. Este caso pone de manifiesto que dentro de la organización hay que extremar aún más los controles de las manos limpias, porque el asunto perjudica seriamente la imagen de todos los políticos y de todos los partidos.
Con la corrupción no debe haber tregua, ni miedo. No vale encubrir silencios, ni justificar actitudes irresponsables. Matas tiene pendiente una gran causa jurídica, pero la política ya está fallada y sentenciada y eso, le guste o no al PP, pesa también sobre el partido que tiene que tomar medidas severas para que casos como éste no se vuelvan a repetir. Lo debe hacer por el bien de los ciudadanos y por la propia imagen, porque un partido tiene el deber de ser el garante de la transparencia de todos sus integrantes, y en este caso no lo ha sido.
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¡Pero tu sabes por qué el Partido Popular esconde la cabeza en este caso y en todos los de corrupción?. Porque tienen miedo a que hablen y les dejen con el culo al aire. Mira, aquí cada uno va a la suyo y el Rajoy es el primero. Pero cómo Rajoy le va a meter mano a Matas si ha sido colega suyo, sí han veraneado juntos.
ResponderEliminarEsto es una merienda de negros (con perdón para los negros contra los que no tengo nada).
Pobrecito Matas. Cuánto daño le han hecho. Que malos son que le han dejado sin trabajo. Se ha quedado en la calle, pobrecito. Seguro que estos días va a un comedor de beneficencia a que le den de comer y a Cáritas a que le vistan. Qué injusta es la política, con los sacrificios que él ha hecho, que ahora se lo paguen así. Que triste.
ResponderEliminarY usted señora Mireia, qué desalmada es al criticar a este prócer de la patria. Cómo se nota que a usted no la han dejado sin trabajo. A este pobre si. Qué falta de caridad.
¡Qué injusticia!