A las puertas del fin de semana...

Vamos tan rápido que apenas tenemos tiempo para reposar las experiencias, las ideas, los sentimientos... La información fluye como un torrente y va a tal velocidad, que apenas tenemos tiempo para analizar sus consecuencias. Puede que sea el fruto inmediato del momento en que vivimos, o el hecho de que nos hemos metido en una vorágine que nos impide mirar a nuestro alrededor, admirar lo que nos rodea y todo lo que tenemos...
La vida no es Zapatero, ni su incapacidad, ni la presión que ejerce la oposición, ni los mercados internacionales... La vida somos nosotros mismos, nuestra capacidad de creer, de trabajar, nuestra capacidad de emocionarnos, de enamorarnos... nuestra capacidad de transmitir a los demás...¡Qué poco nos fijamos en esas cosas!... Están ahí, las tenemos al alcance de la mano y sin embargo las dejamos pasar como si no fueran nuestras, como si fueran algo que pertenece a los demás y a nosotros nos es bastante ajeno.
Reconozco que soy de las que intento ver "el vaso medio-lleno" y aunque el transcurrir de la vida te pone en aprietos varias veces y te descrube momentos de mucho dolor y tristeza...; es bueno que cada mañana tratemos de encontrar los muchos regalos que nos trae la vida: los ratos con la gente que quieres, una charla con los amigos, la lectura de cosas inteligentes, el contemplar cómo están de maravillosos los campos en esta época,...disfrutar de las cosas sencillas. La vida es todo eso, todo lo que nos rodea.
Intentemos no dejarnos llevar por la corriente del negativismo y pensar que vamos desbocados hacia el descalabro... Vivimos un momento difícil, con unos gobernantes poco preparados, pero este país es fuerte, somos fuertes todos los que lo formamos y saldremos adelante. Lo haremos con nuestro día a día, con nuestro trabajo; pero también con nuestro esfuerzo por vivir, por soñar, por ilusionarnos, por ser capaces de iluminar la vida de los demás.
Como dice nuestro compañero "comentarista" J. Robles, un buen libro, una buena película, una obra de teatro, un paseo, el olor de la jara, el brillo del sol, el bullicio de los almacenes, el grito de un niño... todos son elementos que configuran nuestro mundo y que forman parte de una sociedad viva, dinámica, con fuerza, que debe de creer en ella y ser capaz de generar el espíritu de cambio. Luchar, no sólo no es un elemento negativo, es un elemento de rebeldía juvenil que debe estar impreso de por vida en nuestra mente, para ser capaces de superarnos, para ser capaces de juntar esfuerzos y constituir una sociedad más viva, más pujante y más real... Así es como saldremos de la crisis, unidos, trabajando en equipo, creyendo en nosotros mismos y en nuestro potencial. Si lo hacemos, seremos capaces de exigir a nuestros dirigentes lo que tienen que darnos, lo que tienen que hacer por este país nuestro, al que contemplan varios milenios de historia y que ha sido capaz de grandes gestas... Por delante tenemos la hazaña de ganar el siglo XXI. Podemos hacerlo, es nuestra obra, nuestra tarea..., la de todos.