ACUER-DOS

Han pasado 18 meses desde que Zapatero y Rajoy se vieran las caras en el Palacio de la Moncloa. Era octubre de 2008 y desde entonces, por increíble que parezca, el jefe del Gobierno ha sido incapaz de citar en su despacho al líder de la oposición, a pesar de que hemos pasado 18 meses de encrucijada y de agravamiento de la mayor crisis económica que ha vivido nuestro país. Claro que por entonces Zapatero negaba la existencia de crisis económica en España y criticaba duramente que el partido de la oposición encabezara a los “antipatriotas”, que vaticinaban esa crisis y un peligro de la posición de España en Europa.
18 meses después se vuelven a reunir. Cómo habrá visto Zapatero la situación para dar su brazo a torcer aunque, para “no enmendalla”, mantiene en la agenda de la reunión un par de asuntos importantes, la crisis en Grecia y la situación de las Cajas de Ahorros, que distan mucho de ser los grandes temas que los ciudadanos entienden que deberían de tratarse en un encuentro como este. Supongo, y en caso contrario seria un verdadero fraude, que sobre la mesa estarán también asuntos como la reforma laboral, el paro, la renovación del constitucional y la crisis de confianza de los ciudadanos, porque en caso contrario ambos responsables políticos estarían defraudando aún más a los ciudadanos.
Acabo de echar un vistazo a las hemerotecas sobre las reuniones de ambos líderes en la Moncloa en las dos legislaturas de Zapatero... Son la crónica de un fracaso total, ya que los acuerdos adoptados no avanzaron jamás y en otros casos, Rajoy se ha sentido engañado por las palabras y las promesas de Zapatero. A horas de la cita de mañana, los partidos se miden y hablan de la mejor predisposición, pero lo cierto es que hay recelo...
Lo que pienso es que ya no tendrán muchas oportunidades de acuerdo y que España los necesita. Ambos deben ser conscientes de que nos la estamos jugando y aunque estamos lejos de Grecia, deberíamos tomar conciencia de que es imprescindible apretarse el cinturón y sacar de la batalla política las medidas que sean más urgentes. Hay asuntos, como la reforma laboral y del mercado de trabajo, donde no basta el acuerdo con los sindicatos, es imprescindible el del PP, porque representa, y en este caso sí que representa, a más del 40% de la población española.
La expectación está garantizada, el resultado es una quimera que despejaremos en unas horas y nos permitirá comprobar la altura de miras de los dos máximos representantes de la política en España.