Prórroga por un voto.

Por un sólo voto... Ése es el margen de confianza que Zapatero tiene en el Congreso de los Diputados. La votación de la convalidación del Decreto de recortes sociales de ZP, era mucho más... Era una moción de censura o de confianza. Significaba tener que tirar la toalla y convocar elecciones o resistir hasta los presupuestos. Y esta segunda opción es la que ha triunfado, gracias al incongruente discurso de CiU, que bajo la apariencia de abstenerse por responsabilidad, lo que se asegura es que unas generales adelantadas no van a coincidir con las elecciones catalanas de noviembre. Pero si nos atenemos a lo escuchado ayer a Durán a Lleida en la tribuna, el presidente está acabado y debería convocar elecciones a final de año. Patético el momento en el que el presidente de Unió tuvo que pedir a los diputados socialistas que no le aplaudieran.
Zapatero se quedó sólo con los votos del PSOE. Ni siquiera logró en esta ocasión sumar alguno de los nacionalismos recaudadores que han acudido siempre a salvarle. Todos los grupos de la oposición, todos, dispararon con la artillería más pesada de la crítica para coincidir en que el problema económico que realmente tiene ahora España, se llama José Luis Rodríguez Zapatero. Curiosa paradoja, se encarga al problema la resolución del mismo. Cosas que sólo la aritmética parlamentaria y los intereses electorales pueden explicar...
El PP votó en contra en congruencia con la actitud crítica mantenida en la última semana. En todo momento dejó claro que hay que recortar, que lleva años pidiendo controlar el gasto y frenar el déficit, que hay que ajustar, pero no en la forma en que lo pretende el Gobierno, sin un mínimo consenso con nadie, por imposición y rompiendo el pacto más sagrado hasta ahora sellado, el Pacto de Toledo. Se puede discutir o no el sentido del voto del PP, pero no hay duda que ha seguido la línea de sus críticas, aunque yo creo que es evidente que votaban con red, conscientes de que CiU se iba a abstener y el Decreto iba a ser convalidado. Estoy segura de que no se iba a poner en riesgo la ya caótioca situación económica del país. Buena prueba de ello es que en su intervención, Rajoy no pidió ni una sola vez que se convocaran elecciones ya. La baza la guarda Rajoy para más adelante...
Lo que es evidente es que Zapatero está solo. Ha perdido hasta la valentía, porque lanzó a la achicharrada Ministra Salgado a defender el Decreto y ni siquiera él fue capaz de salir a la tribuna para cerrar el debate. Un lacónico “en adelante buscaremos más consensos”, precedió a su salida del Congreso con una pírrica victoria que es una prórroga hasta los presupuestos a final de año. Ahí está su prueba de fuego para continuar al frente de un Gobierno que está hundido... Pero eso será después de las elecciones catalanas y entonces, será otra historia...