El tufo de un tribunal político.

Algo no huele bien horas antes del comienzo de la campaña electoral, en relación a Bildu. No huele bien porque en el PSOE hay un "tam-tam" realmente extraño en relación con el caso... El Gobierno insta al Fiscal General y a la Abogacía del Estado a que recurra todas las candidaturas de la coalición, pero por detrás se producen extraños movimientos, amenazas veladas del PNV, declaraciones extemporáneas de Patxi López y afirmaciones de destacados dirigentes socialistas de que en el seno del partido hay un fuerte debate sobre la conveniencia, o no, de que los proetarras se presenten a las elecciones.
La decisión final está ahora en manos del tribunal más político que hay en España, el Tribunal Constitucional, al que todos miran para ver qué es lo que decide; porque es sorprendente que todo el mundo dé por hecho que habrá una sentencia en función de los intereses de los partidos que han elegido a los magistrados. Es increíble que el tribunal al que se apela para la garantía de los derechos civiles de los ciudadanos, sea designado por los políticos y se componga de los equilibrios de las fuerzas políticas en las cámaras legislativas. Así jamás habrá garantía plena de independencia en sus decisiones. Y a las pruebas me remito, porque salvo sorpresas, la sala que trata el recurso que ha presentado Bildu tiene un 3 a 3 garantizado y dado que el asunto es grave, puede pasar al plenario, donde un 7 a 4 decanta las decisiones a favor de los postulados del PSOE.
¿Dónde está el PSOE en este caso?... Pues está en el doble lenguaje más vergonzoso, en la ambigüedad rastrera que es la que da fuerza a los proetarras. Les vuelve a funcionar el “divide y vencerás”... Su estrategia ha sido descarada, llevando primero el tema al Supremo, porque sabía que al final la salvaguardia era el tribunal político. Hasta ahora la estrategia va por el libro. Más sorprendente aún es que Patxi López salga en defensa de Eusko Alkartasuna, cuando el Supremo no tiene ninguna duda en la sentencia de que es el “vientre de alquiler” de los proetarras. ¿A que juegan los socialistas?... ¿Es qué no se dan cuenta de la gravedad de su ambigüedad?... ¿No son capaces de ver que lo que se busca es la presencia de los abertzales en las instituciones para tomar oxígeno?... 
¡Ya está bien de tanta mentira y tanta maniobra! Zapatero negoció. Lo hizo con la buena voluntad de encontrar una salida negociada, pero tras el atentado de la T4 reconoció su error públicamente y fue contundente en cerrar cualquier puerta a la negociación. Pero no lo hizo. Volvió a engañarnos y se volvió a equivocar. ¿Es un pánfilo o un iluminado?... Pues lo que es, es un oportunista, un político fracasado que se intenta agarrar al único éxito posible ante un fracaso generalizado en la gestión. Zapatero no pasará a la historia por acabar con el terrorismo. Desgraciadamente no lo hará, porque lo fía todo a la negociación y a la palabra de los presuntamente arrepentidos. Los asesinos, los chantajistas, los defensores de la extorsión y la violencia, no tienen palabra y confiarse a ellos es ponerse una “soga” al cuello... Lo malo es que esa “soga” se coloca en el cuello de miles de españoles que han sufrido el drama de los terroristas, el dolor de la pérdida irracional de muchos seres queridos.
En unas horas conoceremos la resolución del Constitucional. Lo más dramático de todo es que no creemos en lo que va a fallar. Sea lo que sea, será el fallo político de un tribunal político. Que anote Zapatero en su "debe" haber sometido al Constitucional a una tensión que se carga el poco prestigio que ya le queda... ¡Ojalá que el fallo sea contra Bildu, porque en caso contrario el mal generado habrá sido doble!