El Consejo de Ministros aprobará hoy el documento del Gobierno sobre la negociación colectiva. A estas alturas, somos muchos los españoles que hemos perdido la esperanza de que lo que apruebe el Gobierno sea una especie de arbitraje entre empresarios y sindicatos, ante la incapacidad que ambos han tenido para llevar a buen término la negociación que han mantenido. Si se confirman todos los extremos que se han venido anunciando en los últimos días, el Gobierno hará una faena de aliño para pasar el listón (aunque sea por los pelos) que exige Europa, pero no tomará ninguna medida que solucione de forma eficaz el problema. De hecho, ya se sabe que algunas divergencias se llevarán a un arbitraje externo, un clamoroso ejercicio de lavarse las manos. Hablando claro, hará una “finta” para que el que venga luego tire para adelante... Además, parece claro que se colocará del lado de los sindicatos, señalando a los empresarios como los malos de la película y de paso reconciliándose con un ala de la izquierda que está llamada a tener un gran protagonismo el día que el PP pueda ganar unas elecciones.
Una, que a veces peca de incauta, tenía la impresión de que en aras del interés general, un Gobierno serio debería contemporizar entre las partes y buscar una especie de laudo que pusiera cordura a una rigidez laboral que es un fracaso, y que además nos está urgiendo a cambiar los mercados. Una pensaba que de una vez por todas se acabaría con una legislación obsoleta que establece 48, digo bien 48, modalidades de contratos laborales que hay en España, y que de paso llegaría una flexibilización que hiciera que el empresario venciera el tradicional miedo a contratar... Pues no. El Gobierno se entrega en manos de los sindicatos, ideologiza un asunto que por sentido común debería sacar de ese debate, y cierra la puerta a las peticiones que realiza la parte empresarial.
Es verdad que lo que hoy se aprueba no satisface al 100% a los sindicatos, pero a los que no satisface nada es a los empresarios. Me podéis decir que por qué hay que ponerse en este momento al lado de los empresarios, y yo lo creo porque los empresarios, los emprendedores, son los que crean riqueza y los que crean puestos de trabajo. Sin empresarios no hay empleo y una sociedad moderna debe facilitarles la tarea, máxime cuando la necesidad que tenemos de crear empleo es una necesidad vital de toda la sociedad, porque hay mucho paro y porque sólo con el empleo se logra que las familias lleguen a fin de mes. No estoy pidiendo manos libres para que los empresarios hagan lo que les de la gana. Sólo estoy diciendo que con los lógicos y legítimos controles, hay que facilitar que la contratación no se convierta en una trampa letal y que al final los derechos de un puñado de trabajadores acaben por ahogar las expectativas de otros muchos que esperan poder ser contratados.
No me sorprende la posición del Gobierno Zapatero. No lo hace porque este ha sido un Gobierno que siempre ha cedido a los grupos ideologizados y siempre se ha alineado con la izquierda más rancia para contentar a una parte muy importante de su parroquia... Ahora, tras el vapuleo que sufrieron el 22M, era iluso pensar que el Gobierno tomara cualquier decisión que no fuera orientada a intentar recuperar esos sectores desencantados. Lo malo es que lo hace en un grado extremo de debilidad, cuando nuestro prestigio internacional está en entredicho, cuando hay 5 millones de parados y cuando los empresarios están más al límite que nunca, porque ni les flexibilizan la contratación, ni los bancos les dan dinero. Con estos mimbres la creación de empleo es una quimera y conservar el tejido industrial que tenemos se me empieza a antojar una ilusión.
Dice el Ministro de Trabajo que lo que hace el Gobierno hoy con su decreto es comenzar la negociación. ¿Y se puede saber qué es lo que ha hecho hasta ahora?... Ya hemos visto que la anterior reforma laboral no sirvió para nada y que patronal y agentes sociales están en punto muerto. ¿Por qué el Gobierno se ha dedicado a mirar?... ¿Piensa ahora tomar las riendas?... ¿En cuánto tiempo?... ¿Para cuándo?... Los peores temores empiezan a tomar forma. A pesar de la urgencia del momento, Zapatero y sus muchachos siguen a la búsqueda del tiempo perdido y eso se traduce en conseguir estirar el calendario para que Alfredo recorra toda España, y llegar hasta marzo del año que viene. Lo malo es que lo que España no tiene es tiempo. Este verano parece que tendremos una buena campaña de turismo que puede aliviar la situación laboral, pero me temo que no vamos a saber aprovechar para facilitar que la creación de trabajo pueda prolongarse en el tiempo.
Me da la impresión de que una vez más podemos perder oportunidades. Vamos al exámen a por un aprobado raspado y como los profesores de la Unión y los mercados se pongan un poco duros, tenemos garantizado el suspenso. Avanza el tiempo, se merma la competitividad, Alfredo sigue a lo suyo y Zapatero mira para otro lado. Con estos mimbres, que se prepare el PP para recibir una herencia envenenada. Mucho más de lo que ahora pueda pensar.
viernes, 10 de junio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un hecho que el Gobierno Zapatero no va a arriesgar nada y sólo va a cubrir un trámite,lo que es la prueba de que su ejercicio responsable está supeditado a los intereses del partido ya que estoy totalmente de acuerdo en que a partir de ahora todo va a ser intentar movilizar a los suyos para Rubalcaba cueste lo que sueste y suponga dañar al país en lo que sea.Estan incapacitados para gobernar y para sacar a España de la crisis.
ResponderEliminarCada día que pasa sin que se convoquen las elecciones generales es un tiempo perdido y un avance de la crisis.Esto lo sabe Zapatero y Rubalcaba pero como sólo están metidos en los intereses de su partido y tratan de ganar tiempo para recuperar votantes,lo que hacen es mirar para otro lado y poner parches.España está perdiendo oportunidades cada día y hoy con el proyecto que aprobará el Gobierno no se va a lograr nada y perderemos más tiempo,mas competitividad y mas oportunidades lo que parfece que a Zapatero y al PSOE le da exactamente lo mismo.
ResponderEliminarLo que hay que hacer es una reforma de los sindicatos,cortarles el grifo de su financiación y ponerlos en su sitio.Con el decreto de hoy lo que hace el Gobierno es un guiño a los sindicatos porque se va a apoyar en ellos para ganar la calle antes de las elecciones o si es necesario para cercar al PP si es el partido que resulta ganador.La reforma no recorta no un privilegio sindical y la actuación de los sindicatos es un problema cada vez mayor porque se defienden a si mismo,a los que viven del presupuesto y les importa muy poco lo que les pase a los trabajadores.
ResponderEliminarEl día que pongamos a los sindicatos donde tienen que estar las cosas irán mucho mejor.Es un hecho que la reforma de la negociación es fundamental en España y hay que hablar de una mayor flexibilización en la contratación,pero no olvidemos que lo que de verdad hay que hacer es hacer una reforma de los sindicatos, que están anclados en unas estructuras caducas que solo funcionan para mantener los aparatos.Si los partidos están dominados por los aparatos en el caso de los sindicatos mucho más porque además han sido incapaces de evolucionar como lo ha hecho toda la sociedad.Con los sindicatos si que tiene un grave problema España.
ResponderEliminarMireia hasta ahora el gobierno no ha hecho nada de nada y la mejor prueba es que estamos en lo más profundo de la crisis y que los índices industriales han vuelto a bajar en el segundo trimestre del año.Por eso tiene que marcharse por incapaz y por inútil,por no saber dar soluciones y querer poner parches de todo tipo a situaciones que exigen medidas estructurales y reformas que cuanto más se dilaten más traumáticas serán en su aplicación.
ResponderEliminarNo todos los políticos son iguales pero los malos han calado de tal manera en la sociedad que parece que han manchado a los buenos.Es un disfrute leerte porque transmites ilusión,porque das con la palabra exacta y porque transmites la emoción que te produce la buena practica de la política.Reconforta pensar que en los partidos hay personas que tienen ideales y que no se mueven por el interés,sino que creen que se pueden hacer muchas cosas por los demás.Creo que hay que sacar esos papeles de los que hablas y ponerse a trabajar en proyectos,porque los ciudadanos quieren líderes,personas capaces de arrastras y de contagiar vibraciones buenas que parece que ya han huído de la política.Además de haber hecho un bello artículo,has dado una lección de humanidad y eso siempre se agradece.
ResponderEliminar