BLOG DE MIREIA ARROYO DE LA PARTE

Un vistazo crítico y personal a la actualidad.

sábado, 11 de junio de 2011

Creer para ver.

Hoy se constituyen la gran mayoría de los ayuntamientos españoles. Se renueva el primer frente institucional, el órgano de gobierno de la administración más cercana, el primer eslabón al que acude el ciudadano cuando tiene un problema. Son tan importantes las corporaciones locales que cosas como la limpieza de las calles, la recogida de basura, la iluminación pública, los centros cívicos, la asistencia social, los bomberos, la policía local, y un larguísimo etcétera, son prestaciones que recibimos gracias al trabajo que en ellas se realizan.
Sin duda pienso que los ciudadanos creen en sus ayuntamientos. Creen porque han visto que su trabajo viene de muchísimos años atrás y el resultado está ahí, es algo que se palpa cada día. La política es anticiparse, es gestionar bien, es dar respuesta a los problemas de los ciudadanos, y en esto los ayuntamiento son verdaderos puntales.
Hace unos días hablaba con dos amigas que están en política. Una con experiencia, generosa, inteligente y con una inmensa carga vital. La otra con la frescura de quien empieza y todavía no conoce del dolor de las cicatrices, con pasión, capacidad y ganas de aprender. Hablamos como siempre, a calzón quitado sobre la importancia del trabajo en la política, sobre la necesidad de rehabilitar una actividad que ha caído en el desprestigio y que los españoles ven como el tercer problema del país. Tal vez hablábamos de ello por seguir la estela de la ilusión frustrada y los planes precipitadamente abortados. Hablábamos de la importancia de creer en los proyectos, de apostar por los equipos, de tener la lealtad de los colaboradores... Sí, es verdad, hay personas que hacen daño a la política, pero en el fondo lo que hacen es mucho daño a las personas, porque la acción del político debe ir orientada a la mejora de las condiciones de vida de las personas, a hacer que todo sea más cómodo, más fácil, mas atractivo. No creo que tenga una concepción romántica del servicio publico, somos muchas las personas que creemos sin haber visto, y creemos porque hay alguien que es capaz de mostrarnos el camino desde los ojos de la vocación, de la ilusión y de la entrega. Hay personas que son capaces de mover el mundo, su mundo, su entorno, y poner en marcha proyectos que han surgido de tormentas de ideas, de horas y horas de intercambio de información y de datos. ¿Y para qué?.... Pues para hacer un mundo mejor, para que nuestras ciudades sean más habitables, que nuestros pueblos no se mueran, que nuestras comunidades sean más pujantes, para que nuestro país brille más, para que todos tengamos trabajo, que los jóvenes tengan futuro... No, no soy la reina de la utopía. Basta con creer de verdad para poderlo hacer realidad. Basta creer y confiar en las personas, en esos líderes naturales que son capaces de arrastrar con sus palabras y con sus hechos, que son capaces de dejar una huella, una estela, que hay personas dispuestas a seguir.
Sé que los caminos no son tan sencillos de emprender como de enunciar. Sé muy bien que las zancadillas, las lenguas viperinas, las envidias miserables, los celos irreductibles... son obstáculos que a veces parecen insalvables; pero también sé que si creemos con fuerza, si unimos a los que valen, y son muchos, podremos hacer grandes cosas. Lo importante es tener un proyecto, parirlo, madurarlo e intentar ponerlo en marcha. Se lo debemos a los ciudadanos a quienes no podemos recurrir a por el voto sin ofrecerles nada a cambio, sin ser capaces de contagiarles las ilusiones, los sueños, sin intentar abrirles los ojos sobre las oportunidades.
No es verdad que todos los políticos sean iguales. Es una gran mentira. Hay de todo, como en cualquier actividad de la vida. Pero sobre todo hay personas. Creamos en las personas, porque os aseguro que en este mundo las hay muy buenas, gentes honradas que creen de verdad en lo que hacen, que sueñan con gestionar para lograr cosas para la sociedad, personas entregadas que están dispuestas a hacer de la calle su despacho, como lo vienen haciendo miles de concejales y de alcaldes anónimos de pequeños pueblos, que no conocen las moquetas, ni los protocolos, ni los coches oficiales, que hacen política de la de verdad porque de lo que saben es de vecinos, de amigos, de solucionar problemas y de mejorar sus pueblos...
Cuando hay un líder hay un tesoro; cuando hay una ilusión, hay alma; cuando hay un proyecto, hay un posible. Con estas tres premisas podemos creer de verdad, porque estoy segura que vamos a ver. Mis amigas y yo lo hablamos a menudo y en el fondo soñamos con verlo. Soñamos con sacar a la luz los apuntes del proyecto truncado y en empezar a ponernos manos a la obra. Trabajar no es una maldición divina, trabajar es un privilegio que dignifica al ser humano y hacerlo con ilusión es el sueño acariciado. Él lo enseñaba, pero desgraciadamente no ha podido hacerlo más y ha dejado una cierta orfandad que hay que superar.
Yo he asumido el reto. He argumentado que es necesario creer para ver... Ahora os toca a otras cumplir la segunda parte. Seguir el camino iniciado, rescatar los proyectos y sentar las bases del trabajo en equipo, del trabajo con ilusión y poder ver muy pronto que los sueños pueden ser una maravillosa realidad.

6 comentarios:

  1. Verdades como puños Mireia.Pero ahora esos políticos buenos deben unir sus fuerzas y echar a quienes están pudriendo las manzanas del cesto.A partir de esas política regenerada,que eso si que es un sueño,hay que ponerse a hacer realidad los proyectos y los sueños de los que nos hablas.¿Quién es el líder del que nos hablas?.

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  2. Hoy se han constituido los ayuntamientos españoles, la buena noticia es que hoy comienza una nueva etapa en las administraciones mejor valoradas de España dónde decenas de miles de concejales en pequeños pueblos dedican su tiempo y, en la mayoría de los casos, hasta su dinero en trabajar (gratis) para mejorar la vida de sus vecinos.

    Creo que este ejemplo y muchos otros de personas abnegadas que trabajan honradamente por el bien común es con lo que nos tenemos que quedar de la actividad política.

    Estimada Carla: No busques ningún líder que nos salve, busca en tu interior y sé tú misma ese líder que andas buscando, nuestros problemas sólo los resolveremos nosotros mismos. Eso sí con la generosidad suficiente para nunca dejar de preocuparnos por los más débiles. Solo tendremos paz y justicia si mantenemos la cohesión social y para ello los que tenemos suerte debemos de trabajar por mejorar la vida de los demás.

    Mireia, tus dos amigas son dignas de admiración. Han dado el paso de significarse políticamente y serán dos concejalas magnificas que trabajaran ( insisto seguramente gratis ) por sus vecinos con ahínco. Cuidalas y no dejes de animarlas, necesitamos muchos más ciudadanos como ellas.

    En cuanto a "creer para ver" no puedo estar del todo de acuerdo, no se puede hacer una enmienda a la totalidad sobre la actividad política en su globalidad pero es la hora, ( el movimiento del 15-M es sólo la punta de un iceberg enorme ), de que los ciudadanos dejemos de "creer" y empecemos a actuar. ¿ Cómo ? Utilizando el voto con inteligencia. ¿ De qué manera ? Impidiendo que los partidos políticos se adueñen del sistema.

    Hay una sociedad civil a pesar de todo, en ella confío para salir del marasmo. Entretanto no están de mas gestos como el del Alcalde de Salamanca o la Alcaldesa de Zamora ( se han bajado el sueldo ), son sólo gestos pero como el de tus dos amigas nos devuelve la esperanza para poder volver a "creer".

    Salutacions afectuosos Mireia, bon cap de setmana i molta força.

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  3. No todos los políticos son iguales pero los malos han calado de tal manera en la sociedad que parece que han manchado a los buenos.Es un disfrute leerte porque transmites ilusión,porque das con la palabra exacta y porque transmites la emoción que te produce la buena practica de la política.Reconforta pensar que en los partidos hay personas que tienen ideales y que no se mueven por el interés,sino que creen que se pueden hacer muchas cosas por los demás.Creo que hay que sacar esos papeles de los que hablas y ponerse a trabajar en proyectos,porque los ciudadanos quieren líderes,personas capaces de arrastras y de contagiar vibraciones buenas que parece que ya han huído de la política.Además de haber hecho un bello artículo,has dado una lección de humanidad y eso siempre se agradece.

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  4. Señor J.R.,entre que se adueñen del sistema los partidos políticos o que lo haga el movimiento 15M,tengo claro que prefiero el sistema de partidos.Esta asamblea permanente que toma las calles sin pudor,que no respeta a los comerciantes,ni a los vecinos,que se adueña por decreto de la moral pública y que ayer se dedicó a boicotear e insultar a los munícipes,sólo es un movimiento que se aprovecha del descontento colectivo,un descontento que tiene que ser expresado por los mecanismos que se articulan en nuestro estado de derecho.Yo también creo en la sociedad civil,pero hoy día esa sociedad solo actua para lo económico,porque desde un punto de vista social,aquí cada uno va a lo suyo y sálvese quién pueda.Hay una falta de solidaridad asombrosa y lo que prima es el indivudualismo.Nuestra sociedad ha perdido los valores y por eso nuestra amiga Mireia acierta cuando postula que hacen falta liderazgos e ilusiones.Cada uno tiene que ser el mejor para sí mismo,pero formando parte de una sociedad que unida se hace más fuerte.Creo que los proyectos son buenos y luchar por ello mucho mejor.Esta sociedad nuestra traga por todo porque le da igual todo y sólo es capaz de movilizarse cuando lo nota en el bolsillo.

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  5. Hoy -ayer, vamos- Mireia habla de sentido común en política, pero para llegar a eso hay que citar varias cosas.
    Todos conocemos políticos de raza, de abolengo, de vivir de la política. Son personas que defienden prioritariamente al partido. Eso no vale. Queremos, creo, personas libres a las que la política supone un paréntesis existencial en sus vidas. No podemos creer en los políticos que no han hecho nada en su vida aunque tengan unas demostradas dotes de liderazgo... para no sé qué razones.
    Personas libres, de eso estamos deficitarios.
    De lo que estamos sobrados es de parásitos cuya presencia en la cosa pública obedece a razones de partido y no de servicio público. La vida política española se está caracterizando por dar vidilla a esa ralea de parásitos para los cuales el pueblo es una cosa amorfa.
    Algunos de esos parásitos ocupan ahora mismo algún ministerio. He aquí el meollo de esta pobre exposición: ¿cómo es posible que la mediocridad -siendo magnánimo- inunde la responsabilidad de administrar la vida pública?
    El problema es éste precisamente: ¿Cómo puede ser que una persona de partido -sin más mérito, claro- llegue a las más altas cotas de poder?
    Partitocracia contrapuesta a democracia, pero esto sólo ocurre cuando hay déficit de valores en el pueblo, que se pone como una moto cuando habla de política y cuando es convocado a elecciones. Estoy hablando del conjunto vacío... bueno, ya no sé ni de qué hablo ni de lo que quería hablar. Otro día sigo.
    Saludos.
    Fdo.: J.Robles

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  6. Lo anterior que escribí era preámbulo, y ahora voy a la catarsis (perdón por el símil griego).
    Todos sabemos de personas que han ocupado, hasta estas últimas elecciones, puestos de responsabilidad -con sueldo- en la cosa pública. Suele ser gente que pasó de ser estudiante a cobrar del erario por mor de la cosa democrática laudada por el pueblo llano, como no puede ser de otra manera.
    Y ahora viene el "¿qué hago yo ahora que no he pillado cacho en la cosa electoral?". Lo más seguro es que se hayan allanado el camino para esta vaca flaca. Los habrá que hayan tenido tiempo para preparar oposición; también los hay que han jugado a la cadena de favores, y he aquí donde ya finalizo lo que quería decir. Y ahora queda la NADA, lo mismo que la vida política de muchos -no todos, claro está- que
    sólo se debían al partido por mucho que nos lo adornen con el sacrificio por el administrado.
    Es una retroalimentación que produciría gases a cualquier persona con unos mínimos principios éticos. Aquí se ve perfectamente que el político de clase, generalmente, se sirve del puesto para el medre personal y tiene más prerrogativas que un ciudadano de a pie que se escuerna en pagar su hipoteca, sacara los hijos adelante o... plantearse si puede tener hijos con este panorama.
    Luego criticaremos al movimiento 15M.
    Vale, ya sé que pido mucho... ¿seguro que es mucho pedir?
    Saludos.
    Fdo.: J.Robles

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