Con el frío que hace, la tarde del domingo me invitaba al cine o a leer la prensa. Mi incursión dominical en el mundo del cine la centré en la Gala de los Goya, con un nuevo formato y con dos importantes correcciones sobre anteriores ediciones. Por un lado, la reconciliación de Pedro Almodóvar con la Academia; y por otro, que de una vez por todas, ¡y ya era hora!, la gala no tuvo el "tufo" político militante al que nos tenía acostumbrados en los últimos años. No hubo grandes sorpresas y “Celda 211” y “Ágora” se lo llevaron todo. Personalmente, me quedo con “Celda 211”, que se llevó el Goya a la mejor película (y me congratula doblemente porque está rodada en Castilla y León, en Zamora, y un buen número de extras eran de Zamora, de Salamanca y de Valladolid).
La lectura de la prensa y las declaraciones del actor de “Celda”, Luis Tosar, (uno de los promotores de la ceja de ZP), que anunció que hoy no irá a la recepción con Zapatero, “porque hay cosas más importantes que hacer”, ponen de manifiesto que algo está cambiando. Los periódicos dominicales buscan entrevistas con los líderes del PP con todo lujo de detalle. Si esta atención mediática la unimos a las buenas perspectivas de las encuestas, podemos pensar que tenemos una alternativa sólida en ciernes.
Claro, que sería un error que el PP se confiara con estos indicadores, porque sólo hay una encuesta definitiva y falta tiempo para ella: las elecciones. En la coyuntura actual y desde mi particular punto de vista, Rajoy y su equipo han de trabajar para transmitir confianza a la población y ello implica volcarse en dos frentes: por una lado la unidad del partido y por el otro, el programa de gobierno.
La unidad del partido es prioritaria. Una de las cosas que más castiga el electorado es la falta de unidad y el PP no puede permitirse el espectáculo de enfrentamientos internos que no conducen a nada bueno. Que un partido sea capaz de aunar muchas sensibilidades no sirve para nada, si esas sensibilidades no son capaces de sumar y, por el contrario, dividen. Sería una grave irresponsabilidad poner en riesgo un proyecto colectivo por ambiciones estrictamente personales.
Por lo que respecta al programa electoral, la situación actual le confiere una particular importancia: al PP le gusta hablar del programa como de un contrato con la sociedad. Debe irlo preparando. El PP es partido de gobierno y no puede esperar mucho más para dar a conocer a los ciudadanos su receta. Estratégicamente tiene que poner sobre la mesa medidas, ideas, posibles acuerdos y escuchar a la calle. Insisto mucho sobre ello, porque es importante ganar, pero mucho más hacerlo convenciendo y logrando la confianza de un electorado que necesita ver la luz al final del túnel.
lunes, 15 de febrero de 2010
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Se veía que Malamadre era listo en la película de la celda. Listo es ahora quién lo interpretó y ahora se aparta de los estómagos agradecidos que inventaron lo de la ceja zapateril. Zapatero ha recibido hoy a los artistas porque él es un artista..., pero de circo.Hace falta ser desahogado y tener cara para hacerse las fotos que se ha hecho hoy en Moncloa con los de la ceja. ¡Con los problemas que tiene el país!. Es un político frívolo y un cara dura. así nos va.
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