La decisión de Zapatero de dar una respuesta común para todos los grupos políticos, hurtó viveza al debate de esta mañana en el Congreso sobre la crisis. Sin embargo, le fue muy eficaz para el resultado final. Evitó el "cara a cara" con Rajoy y en la contestación global fue más ágil y efectivo. Tuvo el reflejo de pedir al líder del PP, que “si tiene coraje, presente una moción de censura”, la lógica consecuencia a la petición que Rajoy hizo a los diputados socialistas para que cambiaran a Zapatero o a proponerse él a la Cámara para, con los votos de todos, liderar un cambio. Sobraban tales peticiones...
La primera parte del debate fue claramente del presidente del PP. En la tribuna del Congreso vimos un Zapatero fuera de juego frente a un Rajoy más incisivo, más certero en el análisis y más convincente en sus afirmaciones. Y es que Zapatero está aquejado del peor mal que puede tener un gobernante: perder la credibilidad. Su discurso sonó hueco ¿Cómo es posible que volviera a incidir en que en el primer semestre veremos el crecimiento económico del país y comenzará la creación de empleo?... ¡Ojalá!... Pero desgraciadamente, los indicadores reales van en sentido contrario. Rajoy se lo dijo: “Usted niega la realidad con afán de engañar”, porque sólo así se pueden entender sus afirmaciones, repetidas ya seis veces desde abril del pasado año y siempre desmentidas por la realidad.
Suenan a hueco los cuatro consensos que ofrece, las leyes que prevé, las reformas que anuncia, su clamar al consenso. Rajoy le recordó que se lo ha ofrecido hasta seis veces y se lo ha negado con la peregrina excusa de las diferencias ideológicas. Le espetó una gran verdad: "España acepta los sacrificios y puede superar la crisis, pero necesita un gobierno fuerte y sólido". Lo escuchado hoy demuestra que a Zapatero ya no le quedan demasiadas ideas. Sus apelaciones a ampliar acuerdos y consensos, son un grito “in extremis” para evitar el naufragio al que está abocado y al que puede llevarnos.
Aunque sin explicar cómo lo haría, Rajoy sí habló de medidas concretas: eliminar la subida de impuestos, reforma del IVA, una ley contra la morosidad, activar la liquidez de las PYMES, reducir en un 25% los altos cargos, reducir en 10.000 millones los gastos del Estado o limitar el endeudamiento de las comunidades autónomas; medidas muy diferentes a los "globos sonda" hasta ahora empleados por el gobierno.
La verdad es que el resultado final del debate no es muy esperanzador, porque lo que ha quedado es una comisión con la que los ministros Salgado, Blanco y Sebastián deben gestionar salidas a la crisis. Ya se sabe: "cuando no puedes resolver un problema, crea una comisión". Tal vez la solución la esbozó Rajoy al pedir a la Cámara “que cambie de rumbo”, una evidente referencia a que la era Zapatero ha concluido y lo lógico sería adelantar las elecciones.
miércoles, 17 de febrero de 2010
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Coincido con tu análisis. Yo me pregunto, ¿quién asesora a Rajoy?. Hizo un buen discurso y la cagó al pedir a los socialistas que echen a Zapatero. Le ha dejado ir vivo en este debate y esos lujos el PP ya no se lo puede permitir. O Rajoy cambia o todavía Zapatero le remonta....
ResponderEliminarZP quiere subir los impuestos para poder pagar la factura del gasto social que quiere continuar igual, RJ quiere bajarlos para quitar lastre y que la economía resurja pero también necesitará bajar el gasto social...; ZP quiere subvencionar contratos y no se atreve al enfrentamiento con los sindicatos, RJ quiere minorar coste de despido para agilizar la movilidad laboral. Se vuelven a ver las políticas liberales de derechas donde la economía tiene que vivir solita y sólo ser intervenida en casos puntuales o las políticas intervencionistas de izquierdas donde quieren meter mano en todos lados dando lentitud al sistema bajo una supuestas mejor redistribución de rentas... Yo, ahora, me quedo con lo primero. Dejemos ir lastre y que el buque empieze a navegar... porque detrás viene una enorme ola que nos puede engullecer a todos.
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