Cuando una tiene 6 años no es consciente de las muchas cosas que pasan, aunque sí se da cuenta de que hay movimiento y que algo importante está sucediendo. Barcelona es una gran ciudad y en las grandes ciudades algo tan importante como un golpe militar corre como la pólvora; mucho más cuando la pretendida involución de lo primero que se llevaría por delante serían los nacionalismos, que habían estado condenados al ostracismo, como los partidos, como las libertades, durante los 40 años de dictadura del general Franco.
La joven democracia española que había nacido en 1.975 con la muerte de Franco, ha pasado por muchas vicisitudes que la hacían especialmente vulnerable en aquellos tiempos. La legalización del PCE en el Sábado Santo de 1979 y la cruenta actuación de los asesinos de ETA, especialmente activos en 1980, habían creado un serio malestar en los estamentos militares. España estaba en crisis, en una crisis institucional y económica, en una grave situación que llevó a Adolfo Suárez, al gran icono de la transición, a presentar la dimisión. Coleaba por entonces la Operación Galaxia, que advertía de la existencia del ruido de sables en los cuarteles, y los artículos de fondo en periódicos como El Alcázar o El Imparcial, que ponían el toque civil al malestar de los nostálgicos del régimen, que buscaban de forma enfermiza reconducir a una sociedad que consideraban descarriada.
El momento elegido era perfecto, todo el Gobierno y los Diputados en una sesión para elegir nuevo Presidente del Gobierno, un personaje serio, aunque decían que muy riguroso, que no tenía ni el carisma ni el tirón de Suárez. La investidura de Calvo Sotelo era el caldo de cultivo para asestar el golpe.
La entrada de Tejero en el Congreso es uno de los videos más vistos. Fue la radio la que llevó el sonido de su “Quieto todo el mundo”... y posteriormente la estruendosa ráfaga de disparos que han quedado impresos para siempre en las pinturas del techo del salón de sesiones del Congreso de los Diputados. Luego vino la incertidumbre y según me contó mi padre hubo gran desconcierto hasta que el Rey salió en la televisión y tras su alocución nos fuimos a dormir. Los primeros periódicos a toda plana con el respaldo a la Constitución y la posterior multitudinaria manifestación en Madrid, devolvieron la tranquilidad a unos momentos tan intensos como importantes, tan duros como elocuentes, tan determinantes en suma en el dibujo de lo que hoy es nuestra democracia.
El tiempo nos ha hecho madurar a todos, también a aquella niña de 6 años. He leído sobre el golpe, he escuchado sus múltiples interpretaciones. Se siguieron las sesiones del juicio en Campamento y he ido configurando mi criterio sobre ese acontecimiento de nuestra vida, que siempre estará presente y que permitirá recordar lo que nunca debe volver a pasar.
Hoy estoy convencida de que aquella incipiente democracia, que pudo ser derrocada, salió fortalecida con mucha más firmeza. El Rey demostró que era el garante, y el pueblo el gran sancionador, de un proyecto común y en libertad. Los medios de comunicación, los partidos, sindicatos y la sociedad civil, cerraron filas en torno a todo aquello que representaba la democracia. Sí, sé que los españoles demostramos que no queríamos volver a mirar atrás, volver a sentir la falta de libertad y tener que estar en una especie de estado de excepción que tanto nos empobreció, que tanto nos enfrentó, que tanto desprestigio internacional nos trajo y que tanta marginación de Europa y del mundo desarrollado nos acarreó. Me impresionan las imágenes de los millones de españoles que al día siguiente se echaron a la calle para clamar de forma unánime el grito de libertad y supimos que afortunadamente la involución no era posible.
Aquellos nostálgicos de las dos Españas, aquellos salvadores de la patria, aquellos personajes empeñados en dirigirnos por el buen camino, que era el que ellos querían y nunca otro, son hoy personajes de revisión histórica y memoria viva de lo que no puede volver a pasar. Son nuestro mejor aval de que España no tiene vuelta atrás y que nos hemos instalado en las democracias occidentales con una fuerza imposible de vulnerar.
Posteriormente he leído que cuando TVE transmitió las imágenes del golpe a Eurovisión, algunos responsables comentaron “Qué rara es España, ¿qué hace un hombre vestido de torero en la Cámara de Diputados?”. Tal vez estas palabras pongan en evidencia la vergüenza que todos sentimos aquellos días, una vergüenza que no se ha perdido 30 años más tarde, tiempo en el que sí hemos conseguido ver y participar en que se haya asentado la democracia, reforzar nuestra creencia en las instituciones y en los españoles, como seguro de que no queremos dividir más al país, de que no queremos volver a esas dos Españas que tanto daño nos hicieron y de que queremos progresar en paz y libertad... Hoy hace 30 años que apostamos muy fuerte por la libertad, hoy la estamos disfrutando. Ha sido un trabajo de todos y jamás consentiremos que nadie venga a arrebatárnosla.
miércoles, 23 de febrero de 2011
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Los españoles hemos sufrido durante generaciones la falta de libertad como algo natural y consustancial al hecho mismo de ser españoles.
ResponderEliminarLa grandeza de los políticos de la transición unido al ansia de libertad de una generación de jóvenes que no habíamos vivido la guerra civil hizo el milagro de la transición española de la dictadura a la democracia en paz, ejemplo en el mundo de cómo la voluntad de todo un pueblo puede superar todas las dificultades.
Los españoles aprendimos a conquistar nuestra libertad a base de concordia y de generosidad mutua a la hora de olvidar los agravios de nuestros padres.
El 23- F el pueblo español volvió a demostrar que nada se podía contra la causa de la libertad, ese día todos nos unimos para decirles a los golpistas y a los liberticidas que ya nunca renunciaríamos a un futuro en paz.
Espero que, como pueblo, nunca olvidemos el precio que tuvimos que pagar por conquistar nuestra libertad, yo me esfuerzo cada día para que mis hijos nunca olviden que la libertad, después de la vida, es el tesoro más preciado de un ser humano.
Saludos afectuosos Mireia.
Estoy casi de acuerdo en todo con tus apreciaciones de la efeméride de hoy,pero hay algo que no tienes en cuenta y es que Zapatero ha sido el dirigente que desde entonces se ha encargado de reactivar las dos Españas y aunque hoy no hay condiciones para la involución política,si que las hay para el enfrentamiento y el nacimiento del odio entre unos y otros.Preservar la libertad no es solo evitar que la democracia caiga,es también fomentar la convivencia y esta puede que no esté tan protegida como muchos piensan.
ResponderEliminarHoy es día para algunas reflexiones.¿Cómo habría reaccionado la calle si el golpe triunfa?.¿Los españoles nos envalentonamos cuando ya sabemos el resultado de las cosas?.¿Es golpe hoy no es posible porque somos pasotas y todo nos da igual?.Si como dices los españoles somos el seguro de la libertad,¿cómo es posible que nuestra sociedad esté tan desactivada?.¿Por qué consentimos que Zapatero vuelva a despertar el fantasma de la guerra civil?.Hay muchos interrogantes sobre una sociedad que no está demasiado sana Mireia,aunque pienso como tu que ama la libertad y soporta la democracia como el menor de los males.No está mal que hoy nos recuerdes todo lo que supuso aquel día en el que éramos todavía muy niñas.
ResponderEliminarYo también pienso que es un día que reforzó la idea de que España había entrado en una situación democrática irreversible,aunque no por ello nos sentimos avergonzados de aquel hecho incalificable,que tan gráficamente describe la anécdota de Eurovisión que nos cuentas.Pienso que no hay muchos nostálgicos de aquello,pero es un peligro juntar crisis politica,económica y de valores,porque es una conjunción muy peligrosa de la que pueden surgir iluminados salvadores.Es cierto que hoy hay muchos medios y poco patriotismo y eso nos permite estar tranquilos de que un golpe de estado en España no es posible.
ResponderEliminarSaludos.
Es muy cierto que hemos crecido en derechos y en algunas libertades, pero el sistema se ha desgastado de manera lastimosa. Si tenemos un ámplio margen para decidir, pero nuestra democracia se encuentra secuestrada por una carta magna insuficiente. Hace falta mucha altura para revertir el esfuerzo por presevar la LIBERTAD. Hoy vulve a ser un eufemismo hablar de libertad con mayúsculas...pero es necesario seguir construyéndola.
ResponderEliminar30 años de democracia no son muchos pero si los suficientes para saber que es el menos malo de los sistemas políticos y que gracias a él tenemos activa la vida política,sindical y ciudadana.Con sus defectos este sistema nos ha permitido a todos ser más personas. Si Tejero y los suyos hubieran triunfados hoy Mireia no estaríamos participando en este foro de debate tan interesante que has creado,porque estos salvadores de la patria no conocen otro sistema que no sea el suyo.
ResponderEliminarHabría que ver si la democracia está salvaguardada como tu lo señalas o es que a los ciudadanos ya nos da igual todo.Se ha instalado en la sociedad una corriente de individualidad que hace que lo colectivo esté en un segundo plano.Cada cual va a lo suyo y lo que le pasa a los demás no le importa.Tendremos asegurada la democracia,pero hemos perdido la solidaridad y eso terminará por afectar a todo.
ResponderEliminarSiempre hay en política fantoches que se creen elegidos por el destino para resolver los problemas de los pueblos.Son fantoches iluminados y en España sabemos mucho de estas situaciones.Sin ir más lejos en España nos gobierna uno de esos que creen que ha sido elegido para salvar al pais y al mundo a través de su talante.
ResponderEliminarSiempre das una buena visión en tus análsis y son especialmente atractivos los entrelíneas que en ellos se pueden seguir.Es un hecho que España aprendió la lección,pero eso no puede ser excusa para que haya dirigentes que sabedores de que se soporta casi todo abusen hasta el extremo de despertar las dos Españas.El 23 F es historia y parece que no se puede volver a producir,pero para que eso sea así los políticos han de trabajar en la unidad y no en la divergencia,tarea en la que se empeña casi siempre Zapatero.Enhorabuena un día más Mireia.
ResponderEliminarDel 23-F recuerdo esa tarde. Estaba estudiando para un examen de filosofía pensando que mi profe, un rojo confeso, se había tirado al monte.
ResponderEliminarPero no, el bueno de Pedro (así se llama el profe) estaba a primera hora dando el callo cuando el resto de compañeros se había ido allende... vaya usted a saber hasta las 13,00.
En este país hasta para dar golpes somos chapuceros. De hecho, dicen, hubo varios golpes.
El cerebro gris quería una república gaullista; Tejero no se sabe qué quería, pero la publicidad se la llevó él.
La imagen bananera queda, pero ha de permanecer la idea de un golpe ilustrado, y de eso nunca sabremos nada. Lo ilustrado, en las Españas, es oximoron.
Saludos.
Fdo.: J.Robles.
No me acuerdo muy bien porque era una niña y tenía poco mas edad que tu Mireia,pero también tenía la sensacioón de que algo gordo podía estar pasando porque había caras de preocupacioón.Tengo muy vagos recuerdos de que estaban pendientes de la noche y creo que todo se debe a que luego mis padres y mis hermanos mayores me lo han contado.A mi me parece inconcebible que haya pasado eso y me parece que es un guión de cine más que la realidad de nuestro país.Desde luego coincido en que verlo hace que nos protejamos para que no vuelva a suceder.Me has hecho pasar un buen rato compartiendo vivencias que contaría de una forma muy parecida a la tuya,aunque creo que no podría hacerlo tan bien y tan acertadamente.Gracias Mireia.
ResponderEliminarHe visto hoy las imágenes y los especiales del informativo de televisión este mediodía y es algo chusco,ridículo y que debió dar una imagen de España próxima a los paises mas subdesarrollado.También he visto los grandes fastos y homenajes de hoy,que me perecen bien para reconocer a personas que han sido artífices de la democracia pero no creo que haya que insistir en magnificar lo que fue una mascarada por parte de unos golpistas de esos que se creen que solo lo suyo es lo que vale.
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