El mundo entero mira a Egipto. Es una doble mirada, con expectación y asombro por el proceso que está sufriendo, y con preocupación por las consecuencias que pueden tener los sucesos en la crisis global que padecemos. La rebelión contra Mubarak pasará a la historia como uno de esos grandes acontecimientos del planeta que tendrán un día su reflejo en los libros de historia. Estará a la altura del mayo francés, la caída del muro o la rebelión en la plaza de Tiannamen. Son hechos que han cambiado el curso de la historia.
Egipto es una dictadura corrupta que ha agotado la paciencia de los habitantes del país, que han gritado un desesperado ¡basta ya!. No lo han hecho en nombre de una religión, ni de un movimiento político, ni en representación de una determinada clase social. Se han unido unos y otros y han lanzado un grito unánime para que se vaya Mubarak y llegue la democracia y así poder ganar un futuro para la presente y las nuevas generaciones. Tal y como se preveía, la respuesta de la dictadura fue violenta, pero tal vez por la avanzada edad del dictador o por el protectorado que sobre el país ejerce Estados Unidos, la actuación del ejército ha sido medida. De momento, ya se han logrado cosas importantes como la dimisión de la cúpula del Partido Nacional Democrático de Mubarak, que asegura que su hijo Gamal no heredará el puesto. También se han abierto conversaciones para negociar una transición democrática que dé garantías a la sociedad egipcia y lleve al mundo la tranquilidad de que se mantendrá la permeabilidad del Canal de Suez.
La apuesta de EE.UU. es Omar Suliman, el dos del Gobierno Mubarak, con quien ya habla la oposición y el consejo de sabios que se ha creado en el país. Es, además, la apuesta internacional, ya que el mundo occidental no quiere sorpresas en una zona tan complicada como es el norte de África. Lo que los egipcios piden es democracia, que haya elecciones libres a las que puedan concurrir los partidos de oposición libremente y que se elija un Gobierno que acabe con la corrupción, las desigualdades y la miseria en la que ha sumido el régimen a grandes capas de la población. La gran duda es si lo que ha comenzado como una revolución de la calle, un movimiento espontáneo donde lo que se busca es echar a Mubarak y ganar el futuro, no acabará dando un giro hacia un movimiento religioso, que acabe por islamizar al país y entrar en esa deriva radical que hace temblar al mundo entero. Los Hermanos Mulsulmanes, un movimiento islamista que no está reconocido, pero que opera en Egipto con gran respaldo y popularidad, aparece como una clave en este proceso y en la posible transición. Tiene muchos simpatizantes, porque su acción social es grande e importante y sus líderes tienen voz en lo que está pasando. Este grupo es ahora un movimiento moderado, pero no debemos olvidar que nació en 1929 en Egipto con el objetivo de islamizar el país y la zona. De él han derivado grupos radicales y organizaciones como Hamas. Si Egipto cae en manos radicales islámicas, el mundo tendría un grave problema, ya que este país es una de las vías más importantes de salida del petróleo árabe.
Los cristianos coptos, que no es que hayan tenido tranquilidad durante el régimen de Mubarak (basta recordar las muertes en las pasadas navidades al salir de la misa de nochebuena) han dicho que prefieren el régimen actual a un posible régimen islamista, apuntando con ello a los Hermanos Musulmanes... Puede que sea ponerse la venda antes de la herida, porque tampoco es seguro que si concurren a las elecciones, vayan a ganar.
Lo que sí es cierto es que asistimos a un cambio trascendental en una zona caliente del planeta y que corresponde al país resolver sus problemas, pero la comunidad internacional debe velar para que las cosas se hagan bien. No todos los países islamistas son radicales. Turquía es un modelo de convivencia de las religiones, es un territorio mayoritariamente mulsulmán con gobierno laico que ve en la convivencia su garantía de futuro. Aspirar a este modelo en Egipto sería una noticia internacional de primera categoría, porque podría extender poco a poco a estos países la savia de la convivencia en paz y la marginación de la radicalidad religiosa. Egipto puede hacer un gran favor, el mejor, a la religión islámica, si es capaz de demostrar y estos días lo ha hecho, que lo que quiere es libertad y bajo su amparo lograr una convivencia que debería extenderse cuanto antes a todo el mundo islámico... La democracia no es la panacea pero, hoy por hoy, es la mayor garantía de libertad. De momento, seguimos mirando a la plaza de Tahrir, porque allí está cambiando una parte de la historia.
lunes, 7 de febrero de 2011
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EEUU vigilará porque el islamismo no gobierne en Egipto pero no por el interés de los egipcios,sino por su interés estratégico en la zona y por el interés económico.Es muy interesante tu reflexión de hoy,porque si finalmnente la revolución anti Mubarak triunfa por las razones por las que se ha hecho,se hará dado un gran paso en poner a los fanáticos del Corán en su sitio.El islam necesita paises modernos que sean capaz de culturizar a sus ciudadanos y no explotar su incultura para que se radikalice el mensaje religioso.La yijah no es una guerra santa permanente contra los occidentales,es cosa muy diferente que ya es hora que se empiece a ver.Saludos.
ResponderEliminarEl régimen de Mubarak está jugando a cansar a los egipcios,a ahogarles en la protesta y tener finalmente que deponer su actitud.Pero no parece que la revuelta se vaya a apagar y yo espero que esa vigilancia internacional acabe por provocar la caida del dictador.Pero hay el peligro que dices y el islam fanático intentará ganar un país para su causa.Ese es un peligro que afecta a todo el mundo y que no se debería consentir.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo Mireia.La rebelión en Egipto es una esperanza para el mundo islámico y además una oportunidad de entrar en el mundo libre y normalizar una religión que fuera de su profesión,da miedo al resto del mundo.Muy bien Mireia.
ResponderEliminarLa importancia de lo que pasa en Egipto es el carácter espontáneo de la protesta o al menos eso es lo que nos están haciendo creer.Es posible que a los cabecillas de la rebelión les interese ese caracter laico de la protesta,pero no debemos olvidar que si detrás está el islam,está la islamización del territorio,conquistarlo para esa fanática guerra santa,el problema de Egipto pasará a ser un problema del mundo.Cuidado con las revueltas en este área de la tierra que las carga el diablo.
ResponderEliminarApuntas bien al canal de Suez que es lo que le interesa a los estados unidos y eso que llamamos con pompa mundo desarrollado.Los petrodólares salen por ahí y nadie quieere que haya un atasco que vuelva a encarecer el crudo y ponga en jaque al mndo económico occidental.Los gobiernos volverán a trabajar a corto plazo para asegurar que el canal no se bloquea y tratarán de que el que venga permita alianzas estratégicas.Si son o no islamistas radicales tendrá en principio menos importancia y como no lo vigilen,luego va a costar mucho más enderezar la situación.Es muy altriusta la actuación de los egipcios lo que ahora no se lleva nada en el mundo.
ResponderEliminarEl hipócrita mundo occidental transige con las dictaduras si a ellos les va bien.No les importa lo que viven los ciudadanos,ni las carencias que tiene.Lo que quieren es asegurar sus economías.Sólo se mueven cuando la estabilidad que ellos piensan está en juego.Egipto lleva 30 años de dictadura pro nadie se ha preocupado de saber que pasa con la población.Es ahora cuando les interesa porque han visto que los ciudadanos se han alzado en revuelta y entonces piensan que ellos tienen que dirigirla.No estoy a favor de que salgan de una dictadura para meterse en algo tan malo o peor,pero me provoca nauseas tanta hipocresía como la que practican los paises de occidente.
ResponderEliminarLa mejor receta contra la explotación y la miseria es la libertad de los pueblos, antes Túnez y ahora Egipto han iniciado el duro camino de la transición hacia la libertad.
ResponderEliminarLa incógnita ahora es cómo se hace ese tránsito sin violencia y sin víctimas, las acciones de pillaje y desordenes públicos pueden derivar en un caos civil que alimente la represión.
Alegremonos de que la causa de la libertad avanza imparable en el mundo.
Saludos afectuosos Mireia.
Cita JR una palabra, "pillaje", que es el común denominador antes, durante y después de toda revolución, sea pacífica o incruenta.
ResponderEliminarPillaje y expolio de recursos de todo tipo para interés de esa oligarquía que está por encima de cualquier voluntad popular. Por otra parte, cuanta más democracia se asome a un país islámico más incruenta será la reacción del sector confesional islámico, sea sunní, en el caso de Egipto, sea shií en el caso de Irán. Esto por poner dos ejemplos.
Mubarak sabe perfectamente que lo suyo ha sido un ciclo agotado, no sé exactamente el porqué, pero está claro que internet y las redes sociales han tenido mucho que ver en la manera de hacer esta revolución.
Ahora hay otro problema en Egipto: la telaraña tejido por Mubarak durante treinta años. La cadena de favores, los amigos con influencias, los hijos corruptos y malcriados del dirigente son, seguro, los que más tienen que perder, y esto es lo insultante: unos pocos por encima de un todo.
Casi como está diseñado el mundo en el que vivimos en este aséptico occidente que tendrá que ir pensando dónde dará cobijo a la jaula de oro de Mubarak y sus nenes. Alguien tendrá que pagar, y me huelo que seremos los asépticos occidentales, como siempre.
Saludos
Fdo.: J.Robles