Algo no va demasiado bien en nuestra sociedad cuando ya entrado el siglo XXI la celebración del Día Internacional de la Mujer sigue siendo eje y centro de la actualidad del 8 de marzo. Que a estas alturas la celebración siga teniendo tintes reivindicativos y no se quede en una mera efeméride, demuestra que no se ha recorrido el camino todavía y que siguen produciéndose situaciones que no sólo son denunciables, sino que son realmente intolerables.
No funciona bien una sociedad en la que tiene que haber un día de la infancia para que tengamos conciencia de la explotación de los niños, un día del mayor para que nos fijemos en las atenciones que necesitan, un día del trabajo para recordar que todos tenemos derecho a él, un día del enfermo para recordar que hay personas que sufren... y así un largo etcétera de “días de”, que lo único que parece que ponen en evidencia es que queremos lavar en 24h nuestras conciencias, para seguir viviendo en ese individualismo en el que nos hemos instalado y que cada vez tiende a ser mayor, sin darnos cuenta de que el día que perdamos la perspectiva como sociedad, habremos perdido una de las batallas más importante de nuestras vidas.
Se ha luchado mucho para que la mujer tenga la consideración de "persona". Lo sé, suena terrible, pero es la triste realidad; porque hasta muy avanzado el siglo XX, la mujer dependía para todo del marido y su papel estaba supeditado a él y a las tareas del hogar. Ese papel impuesto es, en gran parte, el responsable de que durante muchos años la mujer no recibiera formación intelectual y su aspiración fuera la de encontrar una pareja con la que crear una familia y siempre sometida a sus deseos. No soy feminista, no creo en el victimismo feminista, ni en la algarada o alzar la voz para tratar de imponer la razón. Creo y defiendo que, afortunadamente, mujeres y hombres no somos iguales, nos complementamos, somos capaces de unir nuestras fuerzas y crear las bases más sólidas para cualquier proyecto sea empresarial, familiar o vital. Debemos ser iguales en derechos y obligaciones. No creo en que para reclamar igualdad de trato tengamos que asimilarnos en todo, porque afortunadamente tenemos diferencias como personas, que son las que generan entre nosotros la atracción, la amistad, la colaboración o la más hermosa de las relaciones: el amor... Cada vez que escucho hacer una reivindicación feminista en términos de una mal entendida igualdad, pienso en el flaco favor que esas mujeres nos hacen como género, porque a lo que de verdad tenemos que aspirar es a que se nos considere por nuestra capacidad, por nuestra preparación y por nuestro rendimiento en cualquiera de las facetas de la vida.
En lo que el sentido común dicta sobre la igualdad, la verdad es que no somos iguales todavía. Hemos avanzado sí, pero falta mucho trecho por recorrer. Es una realidad, un hecho, que las mujeres ocupamos menos puestos directivos o que a igualdad de puesto la retribución es menor. Es un hecho que algo tan maravilloso, tan importante para la realización de la mujer y para la perpetuación de la especie como es la maternidad, está penada porque somos incapaces de crear normas realmente eficaces para la conciliación de la vida familiar. No quiero caer en los estereotipos de si las mujeres somos más tenaces, más ordenadas, más reflexivas, etc... No, simplemente somos mujeres, tenemos una forma de pensar y de actuar por nuestra pertenencia a un género y no podemos escapar a la cultura de una sociedad que nos envuelve, en la que vivimos y en la que tenemos que sobrevivir cada día. Basta echar un vistazo a las estadísticas de los centros universitarios o de formación profesional, para ver que no hay diferencias intelectuales entre hombres y mujeres. Basta acceder a cualquier empresa para comprobar cómo el género ya no es algo que se cuestione como factor para ocupar uno u otro puesto. Hoy hay mujeres arquitectas, médicas, ingenieras, políticas y además amas de casa, mujeres que cumplen perfectamente su papel como personas, como profesionales o como madre de familia y que ayudan al avance de una sociedad que, desafortunadamente, sigue siendo todavía punto machista.
No digo ninguna mentira cuando afirmo que, en general, a un hombre se le supone su valía, su preparación y su capacidad y en función de los resultados de su tarea, se le valora. También a la mujer, pero no es menos cierto que, en general, nosotras tenemos que demostrarlo todos los días, tenemos que hacer un doble esfuerzo, como si se nos exigiera demostrar más para lo mismo, una especie de sobreesfuerzo que puede ser enriquecedor en lo personal, pero que es muy injusto socialmente y que algún día tiene que desaparecer.
No podemos, ni debemos, renunciar a nuestra faceta femenina. No podemos, ni debemos, renunciar a intentar conseguir una sociedad más justa e igualitaria, que acepte desde la más absoluta naturalidad que la mujer puede llegar a las más altas responsabilidades, porque estamos preparadas para ello y porque afortunadamente esta sociedad está preparada, lo entiende mejor y lo ve más cerca. Comprobar que hoy en la primera fila de los partidos hay mujeres que destacan, que Madrid que es la comunidad más pujante de España, está regida por una mujer, que la número dos del PP es una mujer y que otra mujer suena para ser alternativa al Presidente del Gobierno, son buenas noticias para todos, son índice de una sociedad que madura y que se normaliza.
Estamos en la sociedad por derecho propio, porque pertenecemos a ella, porque podemos aportar mucho, tanto como los hombres y además sabemos compaginar nuestra vida laboral con la familiar. No renunciaremos jamás a ser mujeres, a nuestra feminidad, a disfrutar de lo mucho y bueno que tiene la condición de ser mujer, de ser madre, novia, esposa, amante o abuela. La sociedad del siglo XXI no será una sociedad evolucionada hasta que no desaparezcan las noticias de los malos tratos, ni de la marginación de la mujer en la vida laboral... Hombres y mujeres nos necesitamos, somos el complemento perfecto de una vida que sólo se vive una vez y que, desgraciadamente, nos empeñamos demasiado en complicarla.
martes, 8 de marzo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¿Qué sería de nosotros sin vosotras?
ResponderEliminarLa causa de la igualdad de la mujer que,no es otra que la causa de la justicia con la mujer, está ganando la batalla en nuestra sociedad a pesar de las cuotas obligatorias y otras ocurrencias de nuestros políticos.
ResponderEliminarLa mujer en España tiene igual acceso a la cultura que es la pricipal fuente de igualdad que un ser humano puede tener, pero es verdad que aún se deben superar barreras en relación con la maternidad que están impidiendo, en algunos casos, el normal desarrollo de la carrera profesional de algunas mujeres.
Dónde de verdad nos debe preocupar la situación de la mujer es en algunas partes del mundo dónde aún son tratadas con la justicia que un ser humano se merece.
El mundo no será libre hasta que no lo sean todas las mujeres, esa en hoy, junto con el hambre, una de las mayoras causas del sufrimiento de millones de seres humanos.
Enhorabuena Mireia por tu visión equilibrada y realista de una causa que a todo ser humano nos debe preocupar.
Saludos afectuosos
Gran reflexion Mireia la que hoy haces y para pensar en la hipocresia de esta sociedad.Cada cual tiene su genero y su personalidad y esto si
ResponderEliminarque es algo propio que nadie puede rrancar.Apoyo la reivindicacion que haces de la condicion femenina,porque ya estoy harta de las mujeres de la vida publica que reivindican que si volvieran a nacer
quisieran ser hombres.Nuestra grandeza como seres humanos es que somos
diferentes y asi debe seguir siendo si queremos que el mundo sea
mejor.
La sociedad actual no se puede entender sin la participación de la mujer.Todos decimos lo mismo pero la causa de la mujer no está cerrada,porque sigue la odiosa violencia de género,porque hay acoso en el trabajo,porque a la coquetería se la llama otra cosa,porque hay agentes externos que no permite que se nos juzgue con naturalidad.Si vestimos de una forma u otra,si usamos tacones altos o bajos,falda corta o larga, escote o cuello alto,por lo que sea,se nos mira de otra manera y eso es muy injusto.Claro que somos coquetas y femeninas y que nos gusta gustar,y a los hombres les pasa lo mismo pero a ellos no se les exige ese plus que tan bien hoy nos relatas.Enhorabuena Mireia.
ResponderEliminarHablamos mucho de conciliar la vida familiar para facilitar el acceso al trabajo de la mujer pero la realidad es muy distinta,porque nos contratan menos por si quedamos embarazadas y luego nos vamos de vacaciones,que no son vacaciones sino la baja maternal para cuidar a los hijos.Si no se cuida este aspecto cada vez nacerán menos niños y el futuro será más difícil.La igualdad de oportunidades es conseguir que a la hora de la maternidad no seamos un problema,sino que la solución ya esté dada.
ResponderEliminarEntre tanta feminista furibunda poder leer a una mujer un juicio tan ponderado,tan real y tan bien argumentado es un oasis para un día en el que nos bombardean con mensajes que tienes razón que sólo sirven para lavar nuestras conciencias.Mujer y hombre son imprescindibles,tienen su papel y tiene derecho a reivindicar su condición humana en libertad y en igualdad de oportunidades.
ResponderEliminarHemos avanzado mucho en España pero en la comunidad internacional de los países menos desarrollados la cosa es diferente y mucho más en los países árabes donde la condición de ser mujer es una condición menos que lleva a vejaciones que sorprenden. hay países donde se sigue con las lapidaciones,donde el adulterio existe sólo en una dirección,y donde la mujer tiene que quedarse en casa o formar parte del harem del señor.Contra eso hay que luchar en jornadas como esta y todo el año.Es un muy buen artículo lo que has escrito hoy.
ResponderEliminarA los sindicatos se les llena la boca con temas como la igualdad pero no he visto que en ningún convenioo colectivo de los que negocian fuercen a que se escriba que a igualdad de trabajo tiene que haber igualdad de sueldo.No vale decir que se sobre entiende,porque hay muchas empresas que a igualdad de trabajo se trata de diferente forma a las mujeres que a los hombres,siempre con mejor trato hacia el sexo masculino.Así que menos hablar y más forzar medidas que eviten situaciones que de hecho se están produciendo.
ResponderEliminarUn saludo.
SUGERENCIA: BUSCA EL SIGNIFICADO DE FEMINISTA...
ResponderEliminar