Alfredo Pérez Rubalcaba tiene fama de ser un buen político, de eso no cabe ninguna duda, pero no parece que sea la cabeza que ahora necesita el PSOE. A su inteligencia y preparación se une su soberbia y prepotencia que aflora en casi todas las comparecencias públicas, mucho más en aquellas en las que se enfrenta a temas complejos, en las que aparece sobrado. La situación se agrava en el Congreso de los Diputados, donde en la comparecencia de los miércoles opta por la ironía y la gracieta, en lugar de dar la cara y ofrecer las explicaciones que se espera en la Cámara legislativa.
Tras tres semanas de ausencia de la sesión de control, una por viaje y dos por enfermedad, Rubalcaba se enfrentaba ayer a la ya habitual pregunta del diputado popular Ignacio Gil Lázaro. Como el Vice-Presidente se niega a responder, Gil Lázaro insiste machaconamente en una especie de juego de “a ver quién aguanta más”. Si no fuera por la gravedad del asunto, no dejaría de ser un divertimento político, pero es que se trata del caso Faisán, nada más y nada menos que desentrañar las razones por las que se dio el chivatazo a ETA para que pudiera escapar de la redada prevista. Parece no sólo razonable, sino una obligación del partido de la oposición, exigir que se aclaren las circunstancias y nada mejor que hacerlo pidiendo explicaciones al jefe político de la policía, a la persona que lo controla absolutamente todo y que logra que nada se mueva en Interior sin que él lo conozca.
Una vez más Rubalcaba no respondió por el caso Faisán, paseó a Amaral por el Congreso y acusó a Ignacio Gil Lázaro de “pasear sus infamias por las televisiones de la ultraderecha”. Arremetió contra Rosa Díez a la que dijo que sólo leía los periódicos de la derecha y a Soraya Sáez de Santamaría le espetó que no tenía ni idea de economía. Si eso no es ir sobrado, que venga Dios y lo vea.
La inteligencia de Rubalcaba no está en tela de juicio, ni su preparación, si su capacidad de trabajo. Tampoco hay que dudar de sus capacidades directivas y de organización; pero todas estas habilidades que hacen de él una referencia en el PSOE y en la vida política española, se ensombrecen por su infinita capacidad de manipulación, por la incapacidad de asumir sus responsabilidades que combina con un escapismo político prodigioso y con una soberbia muy difícil de igualar. Rubalcaba es el autor de la famosa frase de “España no se merece un gobierno que miente”, situación que él ha practicado en infinitas situaciones. Fue el instigador, y quién sabe si el organizador de la famosa noche de la jornada de reflexión tras el 11M, con un acoso vergonzoso a las sedes del PP. No duda en filtrar informes o lanzar operaciones policiales para distraer los problemas del PSOE, y famosas son también las sospechas de que lo vigila todo y que utiliza los resortes más oscuros de la información del Estado, para controlar y tener información de todo aquello que le interesa.
Locuaz como pocos, Rubalcaba entra al trapo siempre, pero rara vez da argumentos sólidos para sus problemas. Lo suyo es la técnica del despiste, de conseguir diluir el debate y de despistar a base de descalificaciones, chanzas y un buen ataque al adversario, aderezado de sospechosas advertencias. Todo ello hace que sea el más admirado, pero también el más odiado; el más deseado, pero también el más atacado. Para un sector del PSOE es la esperanza blanca en un momento de ausencia de liderazgo, pero para otros supone una vuelta al pasado y colocar al frente a un personaje que ha estado metido en el barro más espeso y sucio de la vida de su partido en la etapa democrática. Su nombre está asociado a los herederos del felipismo, una etapa que muchos creen que fue pasado pero que no puede volver, porque no hay que repetir los tiempos de “el que se mueva no sale en la foto”.
He defendido siempre la necesidad de contar con los mejores. Pero los mejores han de serlo en todo, no sólo en inteligencia o preparación, sino en su capacidad de dar ejemplo a la sociedad y fomentar valores que la sociedad hoy tiene desterrados y cuya ausencia se nota demasiado. El ejemplo pasa porque la sociedad considere a los líderes ejemplares, modelos a seguir, referencias, personas cuyas actuaciones posibiliten avances importantes. Haber cedido a los arribistas y haber estado poco atentos en los mecanismos de control, es lo que ha hecho que los políticos hayan caído en un fuerte y seguramente injusto desprestigio. Actitudes como la de Rubalcaba ayer, tomándose a rechufla un asunto tan grave como un chivatazo a ETA y jugando con el tesón de un diputado que trata de saber la verdad, demuestra poca categoría para el liderazgo, para dar buen ejemplo y para estimular los valores que los españoles necesitamos.
jueves, 24 de marzo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Alfredo Pérez Rubalcaba es un viejo zorro de la política que no deja nada a la improvisación y por eso ha triunfado.Es un hombre muy listo y como una gran mayoría de los políticos que son listos usan su inteligencia para la maquinación y la estrategia.Lo que sucede y en eso coincido bastante contigo,es que es un controlador nato y no quiere que nada se le escape y eso es lo que hace que sea tan perverso y tan temido.No creo que sea lo que España necesita porque su rostro tenso y su sonrisa malévola pueden dar confianza al psoe que está ahora hundido,pero a los españoles nos da miedo,mucho más cuando los hechos van demostrando que llega a manejar los tiempos hasta para dar un chivatazo a eta,que es lo más ruin que un político puede hacer.No lo hizo él pero lo consintió que es lo mismo.Sería una mala noticia para todos incluído ahí el psoe si fuera el sucesor de Zapatero.
ResponderEliminarParece increíble que la salvación del Psoe se esté dejando en manos del hombre que encubrió los GAL,que organizó lo más antidemocrático del mundo la noche previ a las elecciones del 14M.Este país nuestro se ha vuelto loco si ve la salvación en un hombre que es un dictador interno,un espia de toso los ciudadanos y un frívolo en el tratamiento público de los asuntos.Si el Psoe lo quiere para él que lo ponga a organizar el partido pero que nos lo retiren de la esfera pública porque con estas personas es por lo que está la política tan dresprestigiada.
ResponderEliminarA mi me recuerda a Rasputín,ese sinisetro personaje que no es que fuera malo es que era más listo que el hambre.No se le puede negar que es brillante,que comunica bien y que tiene siempre un estado de ironía y de perversidad que pone en jaque a todo adversario.Al PP no le gusta y a un sector del PSOE tampoco,pero no hay muchas más posibilidades para un partido que ahora ya se ve en una clara recesión y que tiene que sufrir su calvario para volver a subir.
ResponderEliminarSolo había que mirar ayer la cara de Carmen Chacón para ver que Rubalcaba va a ser el sucesor de Zapatero.Tienes razón que es el más admirado y el más odiado,pero es el único que tiene el PSOE y por lo tanto el clavo ardiendo al que tienen que agarrarse.Si falla Rubalcaba ekl PSOE se hunde.Carmen Chacón es la liebre que el PSOE puede haber lanzado para despistar y dejar el camino libre a Rubalcaba.
ResponderEliminarPues si Rubalcaba no vale el PSOE acabará por ser un partido extraparlamentario.No hay líderes en el PSOE y un tipo tan feo,tan desabrido y tan malencarado es el que se ha llevado el triunfo de liderar el partido.Mira si lo liderará que ayer fue más aplaudido que Zapatero.Es muy inteligente y creo que va a tener que hacer la transición en el PSOE y para eso vale porque será un látigo para el PP.
ResponderEliminarNo tiene otro el PSOE y acabará siendo el candidato.Es el único que mantiene el espíritu del partido en un momento de frustración colectiva.Las encuestas son demoledaoras con el PSOE y sólo Rubalcaba es capaz de subir la moral de los cuadros y tener la organización en tensión.Si es malo o no es algo que el PP no debe juagar porque él no consentiría jamás que interfirieran en sus candidatos.
ResponderEliminarEs un punto perverso,pero es lo que llamaríamos el canalla atractivo de la política.Es listo y da mucha caña porque está por encima de los demás,no se puede condenar a un político por eso.La maldad en el juego político acaba por ser un arte y en este país nuestro hemos hecho que estas características acaben siendo las que se llevan las flores del éxito.
ResponderEliminarHay personas en la vida y en la política que disfrutan siendo malos,que
ResponderEliminarasumen ese papel y de paso fijan la atención en ellos para que el patrón
esté protegido.Pero llega un momento en el que el patrón es tan sumamente
nulo que deciden jugar y abrirse paso en el aparato del partido para llegar
al poder.Como Rubalcaba es el aparato no tendrá problemas para llegar a la
sucesión,nadie puede hacerle sombra y Blanco es su fiel escudero.Si la salud
le falla Blanco estará dispuesto para saltar.El PSOE ahora hace demasiadas
aguas y todo es posible.En lo que se equivoca Rubalcaba,y tienes toda la
razón Mireia,es que no se puede ser tan histriónico y hacer tanto rueido en
el Congreso.
Ya puede tu partido aprovechar tu talento y tu capacidad de analisis.Enhorabuena Mireia por tu brillante analisis sobre Rubalcaba.Lo desenmascaras sin pelos en la lengua.
ResponderEliminarNo soy lo que popularmente se denomina "facha" o, más fiel semánticamente, "faccia".
ResponderEliminarCuando leo algo relativo al´"Caso Faisán" no puedo por menos que deducir el alto nivel de irresponsabilidad del que está imuída la opinión pública. Quiero decir, y afirmo, que la opinión generalizada se basa en el impulso y no en el razonamiento. De todo estamos haciendo un instrumento con el que ha de atacarse a un partido o a otro. En cualquier país con cierta conciencia de estado se sabe que el Estado -con mayúsculas- tiene y ha de tener sus cloacas. Por lo legal no se acaba con los que juegan en la ilegalidad, y en esto me bato con quien sea.
Los partidos juegan a lo suyo, lo cual va en paralelo a cualquier juego inteligente que queramos hacer. Juguemos al Faisán todo lo que se desee, pero hemos de saber hasta dónde hemos de llegar en el ridículo juego del partidismo y eso del "y tú más". Ahora están metidos en que lo de Libia en nada tiene que ver con lo de Irak. Estoy pidiendo que mi Gobierno me diga "miren ustedes, en Libia hay un petróleo ligero que nos conviene, y eso del I+D, en este país de estúpidos, nos suena a ciencia ficción. Por tanto,hay que mojarse el culo para tener peces". En este contexto, lo valiente iría parejo a lo racional porque cuando vas a una guerra hay que dejarse de eufemismos apoyados por la ONU o la curia vaticana; una guerra es una guerra, y eso de las razones humanitarias para preservar los derechos humanos de los rebeldes me suena a chino. Que yo sepa, en Sudán, se lleva masacrando a los nubios desde hace tres décadas... pero ellos no tienen petróleo y, por tanto, no tienen derecho humano al que agarrarse.
Saludos.
Fdo.: J.Robles
El caso Faisán es uno de los más graves de la democracia.Es una burla al estado de derecho y sobre todo es una patada a lasa víctima del terrorismo, a quienes han muestro aseinados por una banda carente de escrúpulos.Lo que parece insólito es que dirigentes políticos que dicen demócratas y al servicio de la sociedad,sena tan sinvergüenzas que vendan su moral por un interés espúreo y por conseguir un puñado de votos.Esto es lo que retrata a Rubalcaba,lo que muestra su falta de etica y lo que lo invalidad para un servicio a la comunidad.Lo que cuantas hoy nos permite reconocer la realidad de este embaucador que se esconde tras unas formas y una inteligencia que hay que reconocer que es muy grande.Un gran artìculo Mireia.
ResponderEliminar