No hay que ser adivina para intuir que las posiciones en la negociación de la reforma laboral están tan alejadas, que ni siquiera la somnolencia que pueden causar casi 12 horas seguidas de negociación, han sido catalizador para un mínimo acercamiento. Tal y como se preveía, lo que tenemos ahora por delante es un decreto que tendrá que convalidar el Congreso de los Diputados y que de nuevo volverá a medir las agónicas fuerzas del PSOE en la Cámara Baja.
Habida cuenta que no va a haber pacto, no puedo entender la estrategia del Gobierno de no tratar de encontrar puntos de acuerdo con la oposición en esta reforma. Como una salida de “pata de banco” debe ser calificada la respuesta del presidente Zapatero, al ser preguntado por si había consultado con Rajoy su propuesta de reforma laboral. “Rajoy sabe lo que tiene que saber”, dijo Zapatero, mientras el líder del PP en los pasillos del Congreso decía a los periodistas que tenía su teléfono abierto por si el Gobierno quería hablar...
Una reforma laboral es algo muy serio. Marcará las reglas del juego de las contrataciones laborales y de los despidos en los próximos años. De ella depende el futuro tejido laboral del país y la paz social, imprescindible para crear el clima necesario que permita generar empleo. Parece lógico que se negocie con las partes implicadas, pero el calado es tal, que es un error que podemos pagar muy caro, si se hace al margen del resto del arco parlamentario. Zapatero ha de ser consciente de que puede llegar el día 16 al Congreso con una propuesta unilateral, en la que reclame que por responsabilidad se le apoye. Eso es no saber de política, es no entender qué es el diálogo y la democracia. Eso es ser un chapuzero, un irresponsable y un nefasto gestor; algo que ya sabemos, pero que no quisiéramos ver ratificado en algo tan trascendente como es la reforma laboral.
Llegados a este punto, el Gobierno debe hacer un esfuerzo para intentar, al menos, un acuerdo político, un respaldo a sus propuestas que puedan llevar el sello de los representantes de los ciudadanos. Quedarse solo o ganar por la mínima, en tiempo de descuento (no olvidemos que España empieza en los mundiales el 16) será una muestra más de su orfandad y de su incapacidad para negociar, lo que indica que es incapaz para gobernar... La primera víctima será Corbacho. Seguro que le siguen un buen puñado de ministros/as, porque esto no aguanta mucho más.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Está cantado. Cuando el gobierno proponga a los grupos su reforma, se amparará en el momento para no aceptar enmiendas del PP y tratará de consensuar con algunos de los nacionalistas para maquillar el diálogo. La carroña de CiU ya dice que no se abstendrá, lo que en la práctica es una forma de ponerse en venta. De aquí el 16 tendremos un lamentable circo en marcha.
ResponderEliminarNo lograr el acuerdo con los agentes sociales no es nada bueno, porque garantiza conflictividad. Aún así y todo hay que decir que es positivo que Zapatero emoprenda la reforma laboral. El PP podrá criticar la propuesta, pero no negará que por lo menos hay una propuesta sobre la mesa, una decisión valiente que busca establecer unas nuevas reglas que intenten ayudar al país a salir adelante y crear las condiciones necesarias para crear empleo. Sería irreal mantener una situación de pagar un despido tan caro. Como trabajador quisiera que me dieran más si me tuvieran que despedir, pero comprendo que el mundo actual va por otros caminos y tenemos que estar en él. Zapatero en esto se está portando, aunque estoy de acuerdo contigo en que debe buscar un acuerdo y no actuar en solitario.
ResponderEliminarZapatero es un converso.Los exfumadores son los más intolerantes. Los nuevos conversos con los más radicales, y esto es lo que le pasa a Zapatero, que de no saber coser, se ha hecho el maestro de las tijeras y por lo tanto de los recortes.España no necesitaba reformas y ahora nos habla de que son necesarias tres. La pasión de los conversos es un peligro y hemos tenido la mala suerte de que quién se haya caido del caballo sea Zapatero, un iluminado.
ResponderEliminarEspaña necesita una reforma electoral y Zapatero necesita la reforma laboral porque si no la hace no pasará el examen de Europa. El PP debe ser consciente de que tiene una oportunidad de hacer un servicio bueno al país, forzando la reforma responsable que tiene que hacer. Espero que en esta ocasión no utilice algo tan trascendente como las reglas de juego laboral para hacer política y dar otro golpe de gracia al Psoe. A ver si de una puta vez Psoe y PP están a la altura que se les exige.
ResponderEliminarA la reforma laboral,habrá que sumar muy pronto una reforma sindical,porque para los sindicatos se abre un tiempo nuevo. No parece que vayan a seguir siendo la niña mimada del Gobierno. van a perder peso si lo gana la figura del arbitraje para resolver conflictos laborales. Ya iba siendo hora de que se les recortara el poder, aunque la paradoja es que lo vaya a hacer una reforma del Psoe. Lo que una vez más vemos es que las grandes reformas de esta nación las ha hecho el Psoe y eso es justo reconocerlo. Para quienes demonizan a los socialistas,también se les deben cosas importantes mal que le pese al PP.
ResponderEliminar