Jamás pensé que una mujer del siglo XXI, alguien que además va por el mundo como abanderada del feminismo, fuera a oponerse a prohibir el uso del burka en los lugares públicos en nuestro país. Es algo que no me cabe en la cabeza, salvo que la feminista de turno fuera la "sideral" Pajín. Lo suyo sí que es planetario, porque cada día que pasa, sus torpezas políticas ponen en mayor evidencia al PSOE y en esta ocasión, además ha fijado ante la sociedad española la imagen de soledad de los socialistas de la que hablaba en el texto anterior.
La señorita de “la conjunción planetaria” dijo que la iniciativa del PP en el Senado, de pedir al Gobierno la prohibición del uso del burka en los lugares públicos (a excepción de las manifestaciones religiosas), evidenciaría que quién está solo es el PP... Pues bien, en su nuevo "calentón dialéctico" demostró que no controla nada, porque en Cataluña, donde nace la iniciativa, los primeros que se suman a la prohibición son ayuntamientos gobernados por el PSC. ¡Pero si CIU se había manifestado proclive a respaldar la iniciativa popular!... Pajín guiñó un ojo y esgrimió una enmienda transaccional, en la que se oponía a la prohibición del burka, para proponer colaborar con las comunidades mulsulmanas y fomentar la dialéctica y el respeto. El final estaba cantado y el PSOE se volvió a quedar solo. Es más, quedó en evidencia, siendo el único grupo que no se opone a prohibir esta vestimenta, que no deja de ser una auténtica cárcel para la mujer en un mundo libre.
Las feministas radicales tienden a meter la pata; y lo digo como mujer y orgullosa de serlo. Pero su intento de poner en solfa planteamientos de una sociedad, que es verdad que es proclive al machismo, casi nunca encuentra un punto de equilibrio. Debe ser porque intentar hacer entrar en razón a los extremos es algo realmente complicado...
Una sociedad moderna es aquella que juzga por las capacidades, por la competencia, por la predisposición, por los aciertos, no por el sexo. Pero hacer todas estas valoraciones, no supone que el hombre y la mujer pierdan su identidad como tales. Cuando de lo que se trata es de buscar un equilibrio no natural, sino un equilibrio forzado, sacar las cosas fuera de su lugar, lo que se logra es el rechazo y lo que es más triste, el refuerzo de los machistas reclacitrantes.
Soy de las que creen que hay que luchar para que la mujer ocupe el terreno que le corresponde por su capacidad personal y profesional. Pero soy enemiga de las imposiciones, porque las imposiciones nos convierten más en floreros y nos alejan de la realidad del mundo de hoy. La condición de mujer es un Don y tenemos que saber defenderlo. Somos seres libres y como tales debemos rechazar todos los comportamientos y estereotipos que cercenan nuestra libertad como mujer y nuestra capacidad como persona y como profesional... Y el burka lo hace, el burka encierra a la mujer en un mundo de sumisión, de vergüenza... Y aunque sólo sea por un acto de rebeldía, de rechazo a ese aislamiento que propugna, una sociedad moderna no debe amparar esos comportamientos. Esa es la realidad, la vea o no la vea la ínclita y sideral Pajín. Me pregunto... ¿Qué pensará de esto la ministra Aído?... ¿Por qué su silencio?...
jueves, 24 de junio de 2010
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Mireia,Pajín es uno de esos blufs de la política que hacen pensar que las mujeres somos lelas o memas o algo parecido. ESte tipo de mujeres sólo tratan de abrirse un hueco medrando, alabando a sus jefes y diciendo originalidades que sólo dañan la imagen de la mujer en política.Es muy doloroso que nosotras tengamos que demostrar más para hacer lo mismo, que se nos presuponga que somos monas y que además, podemos hacer otras cosas. Estas son las que dañan nuestra imagen, las que hacen que esta sociedad tan machista y tan misógina, tenga prevención sobre nuestro trabajo y nuestra tarea.Las Pajines,las Aido o las Cospedales,las Mato y compañía son las que tanto daño hacen a quienes creemos que la mujer puede tener un hueco propio y competitivo.
ResponderEliminarÁnimo y sigue adelante.
Completamente de acuerdo con usted y con Rosa, y eso que no soy mujer.
ResponderEliminarSiendo un poco malvado tengo que decir que todo se debería reducir -como quien reduce quebrados- a persona, sea del sexo que sea. lo del género es un invento de la iletrada -que no he dicho imbécil- Bibi Aído.
Si yo fuera mujer -que no lo soy, no sé si lo he dicho- me sentiría insultada por dar prebenda a género cuando mi género es secundario a ser persona letrada o no, pero persona al fin y a la postre.
No necesitaría de todo un ministerio para vindicar mi causa, que no es otra más que la causa de la caspa española. Si existe un Ministerio de Igualdad es porque alguien ha pensado que debe existir un anticaspa que debiera estar superado, pero no, ahí tenemos a una ilustrada Aído que hasta es capaz de postularse como alternativa válida a la Real Academia de la Lengua como reducto machista.
Uno será de izqueirdas, pero esta izquierda no representa a la izquierda o al más puro sentido humanista de la sociedad.
Cachis, si hasta la izquierda hispánica es casposa, cosa que la aleja de la izquierda. Al final va a resultar que la izquierda española es una franquicia en la que el que esto firma puede parecer un faccia.
Los (y las) oportunistas me dan yuyu, perdón por ello.
Saludos, abrazos, amplexos.
Besos, al fin y al cabo.
Fdo.: J.Robles.
Redios, según me leo lo escrito no me entiendo, perdón por ello.
ResponderEliminarSe me fue la perola y no expuse un hecho manifiesto. Ese hecho no es más que la puesta en evidencia de que género y sexo se están confundiendo en el presente mandato o legislatura, esto al gusto.
Género tiene una silla, una mesa.. pero sexo es otra cosa.
Dicho quede.
Más abrazos.
Fdo.: J. Robles
Si tu llevaras burka, se impediría ver tu belleza y eso debe estar prohibido de forma contundente.Una razón más para la inútil de la Pajín.
ResponderEliminarSi un hombre fuera por la calle con la cara tapada, la policía lo identificaría de inmediato y aunque sñolo fuera por razones de seguridad se le daría el alto. ¿Por qué es distinta la mujer?. ¿Por que dice la imbecil de la Aido la estupidez de que prohibir el burka es añadir una penalización más a la mujer? Me pregunto a donde quieren llegar las progres socialistas.
ResponderEliminarEl burka es una prenda deleznable por lo que significa.Me parece inconcebible que sean precisamente las feministas de salón las que cuestionen su prohibición, cuando montan un zapitoste muy considerable por cualquier otra menudencia.Este debate demuestra hasta que punto está prostituída la vida política española y hasta que punto hay que echar a esta chusma que nos gobierna.
ResponderEliminarPoner al descubierto el feminismo es valiente, porque en este país lo primero es lo correcto, luego lo que uno piensa.La trampa del Psoe es contraponer burka y libertad. Tú lo pones al descubierto con tu artículo, en el que de una forma brillante y moderada defiendes el valor de las mujeres como personas,no como objetos.Estamos hartas de ser "floreros" como tu dices, que vayamos de decoración a los actos y que siempre estemos divinas de la muerte.Afortunadamente hay cada vez más mujeres que sin perder la elegancia, la coqueteria y la feminidad, reivindicamos nuestra capacidad.
ResponderEliminarTe doy la enhorabuena Mireia porque tu nos la demuestras cada día con tu decisión a opinar y a defender el valor de lo que crees, por abrirnos también tu corazón y por hacernos disfrutar con tu elocuencia y tu realista forma de ver y analizar la política que vivimos. Sigue adelante, que cada día te seguimos más.
Esto lo ví hace tiempo en una base de datos muy interesante sobre el mundo islámico y más concretamente sobre el uso de estas prendas, verán vuesas mercedes lo interesante del tema.
ResponderEliminarBurka, chador, nikab, y otras formas de cubrirse la cabeza de algunas mujeres en el mundo musulmán no son el "velo islámico". De hecho tal concepto, simplemente, no existe en el Corán. En ninguna parte del libro sagrado de los musulmanes se les exige, ni siquiera se les recomienda, cubrirse la cabeza, ni mucho menos llevar un velo integral que les cubra todo el cuerpo incluso el rostro.
De las ocho veces que aparece el término hiyab "velo" en el Corán ninguna hace referencia a la prenda que camufla el pelo. En dichos versículos el sentido de hiyab es "cortina", que separa espacios físicos, el privado del público.
Las únicas referencias del Corán al modo de vestir son las siguientes: « ¡Oh, Hijos de Adán! Les hemos dado ropas para que se cubran y la ropa es como un adorno. Pero la ropa de rectitud es mejor. » (Coran 7:26); aunque el objeto de la polémica es la numero (24: 31): “...Y di a las creyentes que bajen la mirada y que guarden su castidad, y no muestren de sus atractivos sino lo que de ellos sea aparente; así pues, que se cubran el escote con el JIMAR ". Sura que si por un lado pide que ellas cubran sus senos, y no su cabeza, por otro, recomienda que lo hagan, no con hijab, sino con JIMAR que era el tocado común de las mujeres en la península arábiga y que dejaba al descubierto sus pechos.
En otra ocasión pide que se vistan de “yilaba” (Un chal largo y grande) como signo de distinción. “!Profeta! Di a tus esposas, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran con la yilaba. Es lo mejor para que se las distingan y no sean molestadas. Coran, 33:59.
Más allá de las teorías y las suposiciones, el mapa étnico real del mundo islámico -con malayos, persas, kurdos, árabes, turcos, chinos, caúcasos, turcomanos, tayicos, etre tantos otros- impide una vestimenta unificada. De hecho, hoy, la mayoría de las mujeres musulmanes del mundo no utilizan ninguna forma del velo, y siguen llevando sus vestimentas étnicas y tradicionales que son, por cierto, muy coloridas y casi nunca negras. Color que culturalmente se ha identificado con la muerte y mal augurio.
La discrepancia entre los ulema, doctores en la fe, tanto sobre este tema como en otros empieza cuando además del Corán son consideradas fuentes de la ley, ahadiz, los dichos del Profeta recogidos después de su muerte y la Sunnah, tradiciones práctica de la religión, que para la mayoría de los reformistas del Islam son poco fiables. Para esta corriente, el Libro Sagrado es completo y acabado, y el silencio que guarda en algunos temas es precisamente para dar un espacio al sentido común, respetar la libertad del creyente y dar una oportunidad al progreso.
Para muchas feministas islámicas, llevar la ropa modesta es para pasar desapercibida, y justo por ello consideran que en Occidente cubrirse con el chador o el velo integral llamarían más atención.
El velo integral de color negro que llevan algunas mujeres es una tradición patriarcal de Arabia saudí y Yemen, y de ninguna manera es el Hijab islámico. Es interesante recordar que esta vestimenta utilizada por algunas maestras iraníes en la época de Ayatolá Jomeini, fue prohibida por el propio Ministerio de Educación, por los efectos psicológicos negativos que producía sobre los alumnos.
Bueno, hasta aquí lo islámico. Pero vamos a lo propio.
Uno ve una monja por la calle y no se escandaliza porque vaya con su tocado. Digamos que tradición, costumbre o hábito (nunca mejor dicho) hacen que la libertad de ser monja está por encima de cualquier otra perspectiva sin que tenga que salir al paso en su defensa una Ministra.
Ahora viene lo peliagudo: ¿Se siente la monja sojuzgada por vestir su hábito? ¿Se siente la monja soterrada por estar enclausurada?
Ahí lo dejo.
Abrazos.
Fdo.: J.Robles