Llamadme malpensada.

Según me contaban, durante la dictadura, el viejo régimen utilizaba el fútbol para distraer a los ciudadanos. Si se celebraba el día del trabajo, pues corrida de toros y/o partido de fútbol. Pan y circo para que no se pensara y para que pasara desapercibida una fecha reivindicativa en el resto del planeta... Que había algún tipo de conflicto, pues las cámaras de TVE al Bernabéu y partido para la única televisión. Todo para distraer la atención...
Me ha recordado esta vieja historia la fecha que Zapatero ha puesto para aprobar la reforma laboral, el 16 de junio. Resulta que ese día hay Consejo de Ministros y a primera hora de la tarde se anunciará la misma, todo parece indicar que será por decreto ley, porque el acuerdo sigue muy, pero que muy difícil. Pero mira por dónde, apenas un par de horas después de la comparecencia, este país va a estar pendiente, dispuesto a vibrar con el debut de España en el Mundial de Sudáfrica... ¡No me digáis que no es casualidad! Se da además la circunstancia de que España, que es una de las favoritas al triunfo, juega con Suiza y según los entendidos todo apunta a que habrá una victoria cómoda e incluso abultada. Vamos, que será casualidad, pero suena a maniobra de distracción, teniendo en cuenta lo que es el fútbol y la selección en este país nuestro.
Puede que me haya vuelto una desconfiada, pero no creo en las casualidades y mucho menos cuando se trata de aprobar una de las reformas más trascendentales, y también más polémicas, de la etapa democrática.
Nos queda el consuelo de que hay muchas diferencias con la vieja etapa que tanto gusta desenterrar a Zapatero -no en este caso, aunque utiliza las mismas técnicas- y entre ellas la más importante es que hay pluralidad de medios y partidos de oposición que, estoy convencida, no van a dejar de informar de lo que es realmente importante. Lo que interesa de verdad, es que este país salga de la crisis. Lo del fútbol generará una gran ilusión colectiva, que no está nada mal, pero cuando acabe el mundial habrá que volver a echar mano a los bolsillos, porque nos han bajado el sueldo, nos han subido el IVA y estamos a las puertas de la aplicación de una reforma laboral, de la que nada concreto sabemos ahora... ¡Casi nada!