Cuando lo que está en juego es la libertad.

Es una resolución del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, la que anula siete artículos de la normativa del Ayuntamiento de Barcelona sobre el uso del catalán, por considerar que son claramente excluyentes del castellano. La resolución la adopta el TSJC a raíz del recurso presentado en su día por el concejal del PP, Alberto Fernández Díaz. No hace falta decir que de inmediato saldrá al escenario público el victimismo nacionalista para decir que hay un flagrante ataque a Cataluña y una defensa Popular del centralismo. De nuevo Alberto Fernández y el PP recibirán todo tipo de descalificaciones que, en mi opinión, demostrarán una cierta heroicidad de quienes están empeñados en la defensa de sus principios y de sus ideas.
Hay que tener agallas para ser militante activo del PP en Cataluña. No es la situación de violencia física y de miedo que han vivido muchos militantes de los partidos constitucionalistas en el País Vasco, pero sí es una situación de indefensión ante los intentos de exclusión social por la defensa de sus ideas.
Los miembros del PP de Cataluña se sienten profundamente catalanes y españoles, porque ambas posiciones no son excluyentes. Son personas comprometidas, sin complejos, que defienden una convivencia en paz, en la que es posible un futuro a base de sumar, a base de hablar y a base de preservar la esencia de las raíces. Cataluña es una tierra de acogida, donde cientos de miles de españoles de otras comunidades han encontrado el sustento, la familia y el futuro. Donde cientos de miles de españoles han echado raíces y se sienten muy orgullosos de lo que viven y cómo lo viven. Duele comprobar que un mal entendido catalanismo ha transformado la visión de Cataluña, en la de los "buenos" y la de los "malos". Y a estos últimos pertenecemos quienes creemos en una Cataluña fuerte, dinámica, tierra de solidaridad y de compromiso en el conjunto de una gran nación que se llama España. Las mujeres y los hombres del PP de Cataluña hablan catalán, porque se sienten catalanes, porque saben que tienen el patrimonio de una lengua que jamás ha estado muerta, que siempre ha sido vehículo de comunicación, de diálogo y de paz. Una lengua que entronca en las familias y que ni siquiera la dictadura fue capaz de doblegar. Ese patrimonio común nunca ha debido ser excluyente, ni ha tenido por qué ser moneda de cambio. Es el vehículo de comunicación de millones de personas que creen en catalán, que se expresan en catalán, que viven en Cataluña... ¿Qué sentido tiene contraponerla al español?... ¿Qué se gana con aislar al español en Cataluña?... La respuesta es evidente: nada. En el PP defienden una Cataluña en catalán, en la que sea posible la convivencia con el idioma del Estado, un idioma que ya es el tercero más importante del mundo y vehículo de información y de comunicación en todos los continentes. En el PP piensan que anular el español es anular oportunidades, anular futuro (parece más que evidente, ¿no?)... España necesita a Cataluña y Cataluña necesita a España. Es una simbiosis por la que el PP apuesta sin complejos y con la gallardía de defender en todo el territorio nacional lo mismo, no como otros partidos nacional-oportunistas, que dicen en cada lugar lo que conviene.
Rompo una lanza en apoyo de mujeres y hombres comprometidos con su tierra, comprometidos con sus ideas, comprometidos con Cataluña y con España; mujeres y hombres que dan la cara sin temor a ser aislados, con la gallardía de la apuesta por la libertad y por la convivencia. Alberto Fernández Díaz ha cumplido con su compromiso con Cataluña salvaguardando los derechos en el territorio de quienes hablan español. Alicia Sánchez Camacho representa el empuje de un equipo que pretende hacer historia en las próximas elecciones catalanas. Desde el paisanaje y la admiración, desde una tierra que siempre ha tenido unos lazos muy estrechos con Cataluña, les deseo la mejor de las fortunas... Ganará Cataluña y por tanto, ganará España.