No son advertencias, son chulerías.

Zapatero se equivoca. No es sólo a Mariano Rajoy al que se le está haciendo eterna la presente legislatura, es también a un gran número de españoles que la perciben como un auténtico calvario y prueba de ello, son todas las encuestas, todas (incluido el CIS), que dan una holgada victoria al Partido Popular y sitúan a Zapatero en mínimos de popularidad. Pero a los que sin duda todo esto les parece mucho más eterno, es a los casi 5 millones de parados que tenemos en España, que comprueban cómo van cayendo los días del calendario sin que la política del Gobierno funcione y les cambie el negro panorama que tienen ante sí.
Zapatero se lanzó ayer en trombra desde Ponferrada para anunciar que las legislaturas duran cuatro años (como si no lo supiéramos) y que gracias a la “responsabilidad” del PNV y Coalición Canaria, la presente se agotará. Lo que no dijo Zapatero es que a la chequera ahora la llaman responsabilidad, porque el acuerdo con el PNV y CC se ha logrado a golpe de talonario y quién sabe qué otras cesiones, porque hasta el momento no hay luz y taquígrafos para el acuerdo alcanzado.
Es verdad que los actos de partido tienen mucho de arengar a los convencidos y subir la moral de la organización, pero el despliegue mediático del que se rodean, hace que se proyecten a toda la sociedad. No es nuevo, es lo que ha pasado siempre, pero ahora las cosas son algo diferentes... Al político no sólo se le demanda capacidad de gestión, se le pide también confianza, que sea capaz de transmitir a la sociedad que está capacitado para afrontar las situaciones complejas y aportar soluciones. Y Zapatero sigue haciendo frasecitas. Sigue echando mano de obviedades, como que las legislaturas duran cuatro años, y de fanfarronerías partidistas, que si no fuera por la gravedad del momento que vivimos, provocarían sonoras carcajadas. Hay que ser iluso, frívolo o necio, para decir hoy que ganarán las próximas y las siguientes elecciones. La única verdad de sus últimas palabras, es que un año y medio en política es mucho tiempo. Lo es... Y tal y como están las cosas, puede convertirse este periodo en una auténtica agonía que nos pondrá en situación límite. Si tan seguro está Zapatero de las victorias electorales que proclama, ¿por qué no anuncia a las claras que se presenta a la reelección? ¿Por qué no acaba con el “tam tam” interno, cada vez más clamoroso, sobre su liderazgo? ¿Es que acaso toda la prensa nacional está tan desenfocada, que ve una crisis en el socialismo cuando el Presidente dice que aquello en una balsa?
Zapatero ha perdido ya su credibilidad. Sus frases “bonitas” sólo calan en los convencidos y cada vez son más los desengañados de un líder político que se asemeja a un charlatán y al que ya se oye sin escucharle, sin prestar atención a premisas en las que él mismo no cree. No hay que olvidar que Zapatero negó la crisis y sólo la afrontó por la orden tajante de mandatarios mundiales que estaban más preocupados por nuestra situación que él mismo. Y más dramático todavía, no niega que tomó medidas obligado porque van contra su ideología. ¡El colmo!
El PSOE tiene un problema, y no puede hacer lo que hizo con la crisis, negarlo y no adoptar soluciones. La política del avestruz ya está haciendo grave daño al partido, pero lo peor es que ha sido nefasta para España, un país que cada vez está más triste y que espera en las próximas semanas una EPA de infarto.